Revista Diario

Diarios de Haití: La dolce vita

Por Antoniopampliega

Desde Puerto Príncipe.

Tenemos la sensación de que vivir en Haití es una condena. Una pesadilla de la que es imposible despertar. Un castigo por los pecados cometidos en una vida anterior… y desde luego que si eres haitiano debes tener esa sensación. Pero… si eres occidental y trabajas-o eso es lo que les dices a tus amigos- para una ONG o para Naciones Unidas estar destinado en Haití es un chollo. Un lujo. Un destino por el que venderías a tu madre si hiciera falta.Supongo que pensareis que desvarío o que el sol haitiano me ha vuelto medio loco… Nada más lejos de la realidad. Ser occidental en Haití es como haber ganado la lotería.

Buen clima. Una vida a cuerpo de rey- para una gran mayoría de los occidentales que supuestamente trabajan en la reconstrucción del país (¿reconstrucción? Pues no será levantando casas... o repartiendo comida entre los hambrientos). Haití lo tiene todo. Mujeres hermosas. Una temperatura estable durante buena parte del año. Un sol espléndido y si te agobias por la inmensa cantidad de ‘trabajo’ que tienes sobre la mesa del escritorio siempre puedes recurrir a darte una vueltecita por los países vecinos. En menos de una hora te puedes tomar unas caipiriñas en República Dominicana o darte una vuelta por ‘la pequeña habana’ de Miami; aunque los hay que prefieren broncearse en la piscina del hotel Caribe Convencion Center, enclavado en la zona más ‘chic’ de Petion Ville.

Diarios de Haití: La dolce vita

Qué mejor que pasar un sábado tostándote en la piscina del Caribe Convencion Center. Foto. A. Pampliega

Muchos de los occidentales que ‘supuestamente’ trabajan para levantar el país tienen sueldos astronómicos, casas impropias del lugar en el que nos encontramos y muchos de ellos aparecen por la oficina lo justo. Si es que aparecen… a muchos es más sencillo encontrarlos en la piscina fumándose un buen habano y disfrutando del sol del Caribe -que para eso les han destinado a Haití- que intentando solucionar los problemas de los haitianos. ¡Qué se las apañen ellos! ¡Se siente...!

Edmond Mulet, jefe de la Misión de Naciones Unidas para la estabilización de Haití (MINUSTAH) en una entrevista concedida hace poco dio en el clavo y señaló a las ONG como un cáncer. “Haití es la república de las ONG. Hay 10.000 en todo el país… Pero sólo unas 500 informan de sus actividades. De las demás no sabemos a qué se dedican”, sentenció.

Pues muchas de esas ONG están metiendo mano en la caja de los donantes y viviendo a cuerpo de rey mientras unos pocos tienen que intentar tirar del país para evitar que se hunda. Esos pocos pasan horas de tienda en tienda cambiando el suero de los pacientes de cólera… El resto. Los encontrarás bronceándose al sol.


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