¿Estás en una relación tóxica? La respuesta es afirmativa cuando: tu pareja te maltrata física o psicológicamente o la relación se ha convertido en un constante foco de malestar, sufrimiento y conflicto. Cuando no respetan ni tus derechos ni tu dignidad. Y cuando estás autoengañándote para convertir lo anormal en normal.
Si estás en esta situación y deseas dejarla, estos son algunos de los (innumerables) beneficios que comporta esta decisión.
1. Salud mental, física y emocional: una mala relación conduce, casi invariablemente a vivir en el estrés constante, en la depresión o en la ansiedad. ¿Cómo reacciona un cuerpo sometido a estas agresiones constantes durante mucho tiempo?Baja las defensas y se vuelve más vulnerable a agentes externos aún más peligrosos. Numerosos estudios inciden sobre los orígenes psicosomáticos de diversos tipos de cáncer. Si no puedes aclarar tus emociones, escucha a tu cuerpo: si está enfermando, quizás te esté diciendo un mensaje alto y claro. Dejar una relación tóxica revierte en salud.
2. Ser independiente: decía Ayn Rand para decir “yo te quiero”, primero uno tiene que saber cómo decir el “yo”. ¿Sabes quién eres y qué quieres? ¿O tienes tantas fuerzas y energías concentradas en que tu relación se arregle que ya no queda nada para ti? Las buenas relaciones te dejan ser: no te absorben.
3. Dejar de luchar: las relaciones tóxicas exigen una lucha constante entre mente y emociones que nos agota. Acabar con este dilema constante conlleva mucho, mucho alivio.
4. La relación tóxica no es la enfermedad, es el síntoma: tolerar a una pareja tóxica y no saber poner límites o zanjar una situación que nos está causando dolor, no es indicativo de que hayamos caído en las manos de un ente maligno con superpoderes para controlarnos. Es un aviso de algo en nosotros tampoco está bien. Empezar a conocerse es otorgarse el derecho a una vida mejor.
5- Abrirse al cambio: estar atrapado en una relación tóxica es como mirar el mundo a través de una mirilla. Dejarla atrás supone abrir la puerta y contemplar la vida en todas sus inmensas posibilidades. Romper viejos esquemas es muy doloroso: pero es necesario para poder crear esquemas nuevos.
6- Construir tu autoestima: tener una escasa autoestima es el perfecto camino para caer en una relación tóxica. La ruptura será dolorosa y difícil, pero con ello estás apostando por empezar una hermosa relación de amor contigo mismo que durará toda la vida.
7- La esperanza tóxica: esperar que una relación tóxica se transforme en un amor maravilloso es como tropezar una y otra vez con la misma piedra, con la ilusión de que un día se convierta en un lecho de plumas. Las falsas esperanzas nos encadenan de pies y manos y entregamos el devenir de nuestra vida al azar de sucesos hipotéticos. No te engañes: si la relación te daña, lo más probable es que siga dañándote.
8- La felicidad consciente: los placeres y las alegrías son momentáneos. La felicidad no es una lotería, ni un deus ex machina, ni una cuestión de suerte. Es una actitud ante la vida fruto de un trabajo de madurez que requiere, ante todo, tener el valor de renunciar a aquello que necesitamos y sin embargo, nos daña. ¿Quién dijo que era fácil?
9- Ni te quiere, ni le quieres: en la película Mejor, Imposible, el personaje de Jack Nicholson le decía a su chica aquello de tú me haces querer ser mejor persona. Si la relación saca lo peor de vosotros, si en lugar de hacerte crecer, te estanca, no se basa en el amor, sino en dependencia y sufrimiento. El amor es libertad, admiración, pasión y respeto: no aceptes sucedáneos.
10- ¿Arrepentirse? ¡Nunca!: pasar por una relación tóxica es una experiencia que te cambia para siempre. Tus miedos, inseguridades, vacíos y carencias salen a flote y se muestran fuera de control. En lugar de avergonzarte o reprimirte, aprovecha esta inmemorable oportunidad para aceptarte tal y como eres. Piensa en ti como en un amigo al que quieres y que necesita apoyo, consuelo y un abrazo. ¿Se los darías a un amigo y te los negarías a ti mismo/a? No te arrepientas: perdónate.