Vivir en el otro es trascender. Con amor ganamos a nuestras vidas.
No hay amor más altruista en un ser humano que donar, ceder o entregar una parte de nuestro organismo a otra persona necesitada. Es decir trascender en otro cuerpo y darle vida y salud a un semejante. Estas actitudes de desprendimiento tienen un valor incalculable que engrandece al que lo hace. Por eso el donar una parte de tu cuerpo a otro es de grandes de sentimientos y tú eres uno de ellos.
En esta época de avances científicos en donde la Medicina ha logrado proezas quirúrgicas inimaginables, el donar un tejido, un hueso, un riñón o una parte de tu hígado es de mucha significación. Debería haber una ley que obligue a los familiares a donar órganos de personas que tienen males irreversibles. Es decir que acepten que con el fin de las vidas de sus seres queridos se pueda iniciar el de otra -persona -paciente, y con mejor calidad de vida.
Los prejuicios religiosos de muchos hombres y mujeres de algunas congregaciones es lo que no permite que se donen un órgano a tiempo a un bebé, un niño, una esposa, una madre que puede morir si no se le realizan de inmediato un trasplante. Es decir la insensibilidad de muchas familias al no consentir que se tome esta decisión está ocasionando muchas muertes prematuras. Los que creemos en la trascendencia de la vida estamos dispuestos a ofrecer parte de nuestros órganos.
Cuando veo a un niño víctima de ceguera y a un delincuente muerto en un enfrentamiento con la policía me pregunto que ese hombre que equivocó su camino podría trascender moralmente en la vida de otra persona si su cornea fuera trasplantada a tiempo en esa criatura. Es lógico que se le tengan que realizar una serie de exámenes de riesgo como de prevención para ver si existe compatibilidad y se logre dicho trasplante sin peligros.
En relación a los riñones he podido percatarme que muchas veces uno de las parejas de esposos son los que donan esta parte del organismo al otro. ¿Qué tal demostración de amor que es el de vivir en el cuerpo del ser amado?. ¿Qué tal identificación de entrega y trascendencia?. También hay padres que donan una parte de su riñón o del hígado a sus hijos que necesitan de este órgano para salvarlos.
De la misma forma se están produciendo una serie de trasplantes a personas quemadas. Es decir se toma la piel de un animal (tiburón o cerdo) o del cadáver de una persona. Es decir que si ofrecemos la piel de estos animales o de un ser amado fallecido podríamos ayudar a una madre quemada. Como también sus huesos pueden servirnos de suplantación para devolverle la psicomotricidad a un inválido que puede ser tu hijo.
Cuánto ha avanzado el desarrollo de los trasplantes y donación como el del representativo Christiaan Barnard quien hizo un trasplante al corazón con éxito. Hoy día se operan muchos pacientes y se ponen by pass, y se agregan otros aditamentos quirúrgicos salvando las vidas a personas cardiacas. Por eso debemos de tener una cultura de donación desde niño y salvar las vidas de cualquier ser humano.
Como también el Estado y la Policía Nacional deberían de perseguir a los traficantes de órganos que explotan la necesidad económica de muchas personas dedicándose a la venta de riñones, hígados. Este tipo de negocios está sancionado en todas partes del mundo pero todavía existen traficantes que trabajan en coordinación con malas enfermeras o médicos que se prestan a estos negocios turbios.
Me parece muy visionaria la campaña de ESSALUD de pedir a la comunidad que tomen conciencia de la necesidad de donar un órgano o tejido. Podría necesitarlo tu madre, tu padre, tus hijos, tus nietos, tu esposa. No esperemos que la adversidad toque nuestras puertas y egoístamente exclamemos ¡Dios mío por qué a mí!¡cuando ya es demasiado tarde!.
Recién te vas a dar cuenta que estuviste equivocado cuando te negabas a donar un órgano. Por eso debemos de recapacitar ante la situación que nos ofrece esta vida tan limitada. De ti depende que un paciente que se encuentra desesperado en un hospital o en su casa se pueda morir o se salve.
Sobre el autor
Humberto Pinedo Mendoza (Lima, 1947) Escritor peruano. Ha publicado cuatro libros de poesía: Olguita Amando, Topus, Avizor y Convulsión. Libros de Historia Rostros y Rastros del Callao y La Historia de San Miguel. Incluido en la Historia de la Literatura Peruana de Augusto Tamayo Vargas, César Toro Montalvo y José Beltrán. Ha sido Presidente de la Casa del Poeta del Callao en 1992 e integrante de Gleba Literaria. Incluido en los suplementos dominicales del Comercio y Ojo y en la revista Olandina. Como Periodista ha trabajado en el diario Expreso, Ojo, Oriental el diario Callao y el Faro. Ha sido columnista de las páginas de Historia y Cultura de los diarios del Callao. De acuerdo a los críticos literarios Wolfgang Lutching, César Toro Montalvo y Augusto Tamayo Vargas el poeta Humberto Pinedo practica una poesía concreta de gran significado y sensibilidad social. Acaba de publicar ¡Yo no hice nada!: Sobre la idiosincrasia peruana, obra que incluye “Raúl Allain y la reserva moral”.
Referencia biográfica
http://es.wikipedia.org/wiki/Humberto_Pinedo