Revista Vino

Dos Palillos de nuevo

Por Jgomezp24
Venía de un día y una noche difíciles. Durante el día, un recorrido nostálgico por la ciudad donde nací, me devolvía a la cruda realidad: somos de donde vivimos, no de donde venimos, y la ciudad que yo tenía en la cabeza, la mis recuerdos de infancia, ha desaparecido para no volver. Por la noche, en sueños, había sufrido un accidente de aviación y había muerto en él. Desperté y recordé: en los momentos previos al impacto, había disfrutado de las vistas de un lago, de un precioso bosque y había pensado "mira qué me va a pasar". Y basta. Existía y dejé de existir. Mientras vivimos, sentimos. Cuando morimos, dejamos de hacerlo. No hubo dolor, no hubo sentimiento amargo. Moléculas en disolución. Espíritu libre.Wok de verduritas tiernas de Dos PalillosLa reconciliación con la vida fue espléndida. Coincidencias de esa vida, al día siguiente, habíamos quedado con unos conocidos, muy conocidos por su perfil profesional, pero todavía no amigos. ¡Y con sus santas, que lo son casi tanto como la mía! (Entre paréntesis, ¡esto del conocimiento previo a la amistad durará poco porque la sintonía fue grande!). Mañana en plena "Spanish Revolution" y mi nueva ciudad, Barcelona, que olía a "flower power" por sus cuatro costados: dia limpio de primavera, luz sin matices que todo lo llena, buena temperatura. Paseo agradable y Dos Palilllos. Directamente y sin florituras: su cocina es una de las tres mejores de la ciudad para mí, en estos momentos. Llena de contrastes, de sencilla y buena técnica, con colores y sabores. En un momento óptimo. Nuestros nuevos amigos no la conocían, mi santa tampoco y disfrutamos de lo lindo.Los aperitivos fríos, las tempuras, los dumplings, los woks, las brasas, las huevas con sus combinaciones de ácidos, salados, dulces, texturas y puntos de cocción ofrecen un panorama de gran nivel. Y la carta de vinos sigue mostrando una cuidada y atenta reflexión sobre cómo combinar esa cocina, que es y no es asiática, con vinos hispanos y europeos (en su gran mayoría). A un excelente champagne básico de André Clouet para los aperitivos (cómo me gusta Bouzy...), siguió un extraordinario Mâcon-Villages de Pierrette y Marc Guillemot-Michel, el Quintaine 2008: una chardonnay de enorme profundidad, vibrante, que surge de la copa como caballo desbocado (recordaba el joven Pur Sang de Daguenau) y acaba siendo domado a duras penas. Puro placer para muchos años. No estuvo a su altura habitual, en cambio, el Ronco dei Tassi Fossarin 2009. Necesita mucha botella todavía y la malvasía se mostró cansina y algo pesada. Recuperamos tono gracias a Tamae y a Bodegas Tradición, con su enorme palo cortado, que le hizo la corte a una panceta al temaki, con un ligero toque cantonés. Espléndido. Y rematamos con el conocido pero no menos bello Auslese de Bürklin-Wolf del 98, Wachenheimer Rechbächel, que explotó en boca en compañía de un ninyo yaki de chocolate y jengibre: qué guiño...Samarreta_Japo_Dos_PalillosHabía sobrevivido a un trauma sentimental (la muerte de mi ciudad de nacimiento). Había despertado de otra muerte, ésta soñada (el "accidente aéreo", que me confirmó en mi epicureismo militante). Habíamos ganado cuatro nuevos amigos (tuve la fortuna, además, de saludar a uno "viejo", pero no menos querido: E.) y había confirmado que Dos Palillos es una de las grandes cosas que hay en mi nueva ciudad. ¿Qué más podía pedir...? Tener la posibilidad de mostrar mi agradecimiento. A los amigos ya les llegará su momento. A Albert, Tamae, Takeshi y todo el equipo, una pequeña mano para que puedan vender las camisetas solidarias que idearon tras el terrible terremoto en Japón. Vida y muerte: un círculo que no se interrumpe jamás (la cepa y el vino, en el fondo, no son otra cosa...). La noticia ha huido de primera plana, pero la tragedia tremenda sigue allí. Y la venta de esas camisetas (poneos en contacto con el restaurante porque las venden también a distancia) irá, directa, a uno de los pueblos de pescadores que conoce Tamae. Merece la pena.

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