Un repaso a las más destacadas (por su calidad o simplemente por su popularidad, sean mejores o peores) adaptaciones al cine de la obra literaria de Stephen King, popular narrador de historias de terror, generalmente de digestión rápida y muchos con la etiqueta de best-seller que, sin embargo, ha encontrado en historias, digamos, más cercanas al drama, el aplauso popular y hasta cierto punto el prestigio que en numerosas ocasiones (tal vez más de las que debiera) se le ha negado con sus relatos de horror, por mucho que le haya llegado la celebridad a través de la sangre y los gritos.
Más popular y llevado al cine que otros escritores contemporáneos como John Grisham (el thriller judicial), Michael Crichton (la ciencia-ficción) o Tom Clancy (acción), casi podríamos hablar de un género en sí mismo. Muchos cineastas se han interesado por su obra, desde desconocidos o simplemente artesanos encargados de plasmar en imágenes y llevar al mejor puerto posible una novela cualquiera del autor, o realizadores con cierta firma (Lawrence Kasdan, Bryan Singer, Rob Reiner, Frank Darabont) hasta reconocidos maestros con una influencia notable en la historia del cine (Stanley Kubrick, Brian de Palma, David Cronenberg, John Carpenter, George A. Romero) evidentemente con mayor (Kubrick) o menor (Carpenter) fortuna y acierto, por citar un par de ejemplos, aunque buena parte del éxito de sus novelas y de que se sigan plasmando en imágenes lo tiene las más que notables acogidas, tanto críticas como de público, que tuvieron sus dos primeros trabajos llevados al cine, Carrie y El resplandor. Éstas crearon un filón a priori y hasta el día de hoy inagotable para King y el cine: cada nueva novela y adaptación basada en algún escrito del escritor se convertía en todo un acontecimiento para el aficionado al género fantastique.Aunque me deje alguna o algunas que no he visto, a continuación va un repaso a lo más destacado del legado de King en el cine.
- Carrie (Brian de Palma, 1976): el género de terror, ya en la serie A del cine mainstreamtras el éxito que supuso El exorcista (The exorcist, William Friedkin, 1973,) y un par de nominaciones a las mejores actrices (Sissy Spacek y Piper Laurie) dotaron de prestigio a la primera adaptación cinematográfica de un relato de King, dirigida por un prometedor cineasta surgido del Nuevo Hollywood como de Palma, años más tarde reputado cineasta de plausible estilo, un estilo que ya comenzó a dar sus frutos con esta historia de adolescente marginada por sus compañeros de instituto que tiene una extraña habilidad para mover cosas (telequinesis) y que estallará contra sus compañeros en un vengativo y muy sangriento final, genuinamente macabro. Quizás algo excesiva, destacando la escena de la primera menstruación de la protagonista. Un film más que correcto y con un marcado carácter de culto, gracias en parte a la posterior carrera de su realizador (El precio del poder, Los intocables, Atrapado por su pasado, entre muchas otras dignas de mención en las que homenajeaba a Alfred Hitchcock). Hoy de nuevo de actualidad gracias a un reciente remake con Julianne Moore como la madre de Carrie.
- El resplandor (The shining, Stanley Kubrick, 1980): seguramente, y aún siendo despechada por el escritor y por un final absolutamente ininteligible, sigue siendo la adaptación más celebrada de su autor (al menos en el campo del horror) junto con, a mi juicio, la genial La niebla (The mist, Frank Darabont, 2008). Un inolvidable Jack Nicholson (como prácticamente en cada película en la que aparece el veterano intérprete) y una estremecedora descripción de la locura, acompañada por el talento de Kubrick (Senderos de gloria, La naranja mecánica, 2001) a la hora de mover la cámara (brillante uso de la steady-cam) por el tenebroso hotel dan al film una solidez incontestable. Digamos que poco menos que masacrada en su estreno, hoy día resulta uno de los títulos más destacados de los 80.
- Creepshow (George A. Romero, 1982): el responsable de la seminal y capital La noche de los muertos vivientes (Night of the living dead, 1968, http://movieallure.blogspot.com/2013/05/la-noche-de-los-muertos-vivientes-night.html) entregó una entretenida antología de cinco relatos de horror basados en cuentos del escritor de Maine. El mejor es el titulado Father’s day. No necesita de mayor interés, más allá de que intervengan prestigiosos secundarios tanto del cine mainstream (Ed Harris, Hal Holbrook) como de la serie B (Adrienne Barbeau), además de Leslie Nielsen.
- Cujo (Lewis Teague, 1983): insuficiente adaptación a cargo de Lewis Teague, responsable del estupendo actioner Navy seals (1990), que cuenta con la famosa madre de ET (Steven Spielberg, 1982) como la protagonista de esta historia con perro endemoniado. Una cierta estética de telefilme (como el que tuvo años más tarde Cementerio viviente) quita más hierro si cabe a la función.
- La zona muerta (The dead zone, David Cronenberg, 1983): una de los mejores libros de King que no tuvo una adaptación acorde por parte de Cronenberg, más preocupado de agradar (es de sus films menos personales) que de centrarse en él y en su cine, a pesar de contar con actores de la talla de Christopher Walken y Martin Sheen. El libro fue una genial experiencia en la que un hombre despierta de un larguísimo coma descubriendo que tiene poderes mentales capaces de adivinar el futuro, normalmente chungo, de las personas con sólo tocarlas, y un Cronenberg en seguramente la mejor forma de su carrera- en esos años 80 llegaron Scanners (1981), Videodrome (1983), La mosca (The fly, 1986) e Inseparables (Dead ringers, 1988), aunque ha sido alabado estos últimos años como renovador del thriller criminal con Una historia de violencia (A history of violence, 2005) y Promesas del este (Eastern promises, 2007)- no supo sacarle el mejor partido, llevándolo a menudo al terreno del amargo melodrama. Con todo, resulta un film estimable, ayudado por el bon faire de su responsable tras las cámaras y el impresionante trabajo de Walken.
- Christine (John Carpenter, 1983): mancha completamente negra en la filmografía de Carpenter (http://movieallure.blogspot.com/2014/01/breve-encuentro-vi-john-carpenter.html) que falló estrepitosamente con una, en honor a la verdad, difícil empresa: adaptar una novela en la que, un adolescente inadaptado (como en Carrie) tiene un coche poseído por el Mal. El talento de Carpenter, elevado a la máxima expresión por aquellos años, no estuvo a la altura esta vez, iniciando unos años de auténtico declive en su carrera. La novela ya era mala, y la peli no lo fue menos.
- Ojos de fuego (Firestarter, Mark Lester, 1984): una Drew Barrymore post-ET provocaba fuego con sólo pensar en él. Esa premisa y George C. Scott (Patton), Heather Locklear (serie Melrose Place), Louise Fletcher (Alguien voló sobre el nido del cuco) y Martin Sheen, o sea, un reparto más que interesante, resultan lo más destacado de un insulso y olvidable film. Realizada por el director de Commando (1985). Muy poco interés.
- Los chicos del maíz (Children of the corn, Fritz Kiersch, 1984): suerte (desafortunada, aunque bueno, entretiene, aunque se aprecia su mediocridad, pero bueno, la vi hace tela de años…) de revitalización del British classic El pueblo de los malditos (The village of the damned, Wolf Rilla, 1960) que sería rehecha, con no menos flojeza, por John Carpenter en los 90. Típica de videoclub en la época de apogeo de aquellos establecimientos.
- Los ojos del gato (Cat’s eye, Lewis Teague, 1985): estructurada en tres historias con el hilo conector de un animal tan siniestro y con tantas posibilidades para el terror como un gato. Con actores interesantes en su reparto como, otra vez, Drew Barrymore y James Woods y, aunque resuelta con cierta pericia por Teague y contando con la firma del propio King en el guión (adaptando su propio original literario), en el pico más alto de su popularidad ya que en los 80 se produjeron un sinfín de adaptaciones suyas, cuya mayoría pasaron sin pena ni gloria, destaca la primera de las historias, sobre la paranoia de un hombre (Woods) que es sometido a una dura terapia para dejar de fumar.
- Miedo azul (Silver bullet, Daniel Attias, 1985): un escritor como King tenía que tocar todos los vértices y mitos del terror, y aquí le tocó el licántropo. Y bueno, ni pasa por ser la peor de todas las adaptaciones pero tampoco se mantiene en el recuerdo más tiempo del que dura el film. Olvidable.
- Cuenta conmigo (Stand by me, Rob Reiner, 1986): descubrimiento, para el gran público, de un King humano y sensible, no siempre sinónimo de terror y misterio, con un reputado (aunque lo que contaba aburría sobremanera) drama coming of age (luego llegaría Cadena perpetua) sobre adolescentes en las vacaciones de verano. Con el prematuramente desaparecido River Phoenix (hermano de Joaquin), actualmente tiene carácter de culto por las razones que ya se han señalado: giro de King al drama y su protagonista. Su realizador escogería una de las mejores novelas de King , Misery, para su siguiente y muy lograda adaptación.
- Perseguido (The running man, Paul Michael Glaser, 1987): giro de King en el cine, que ni siguió en su línea dramática ni tampoco en la del horror, para adentrarse esta vez en la ciencia-ficción, con bastante acción además, con un Schwarzenegger en plan estelar y esplendor taquillero (ya había estrenado Terminator, Commando , Ejecutor y Depredador), pero en la que con ésta patinó de forma escandalosa. Con unos decorados y un vestuario ridículos, cuenta la historia de un programa de televisión en el futuro (en una sociedad dictatorial) donde los concursantes son prisioneros obligados a superar toda clase de obstáculos pero que cuyo destino es, con bastante seguridad, la muerte. Sólo para incondicionales del escritor o del protagonista, pues resulta un vehículo de una idiotez extrema, a la medida de Schwarzenegger. Sólo mola su canción de los títulos créditos.
- Cementerio viviente (Pet sematary, Mary Lambert, 1989): pese a la estética de telefilme y a la falta de actores conocidos en su elenco, no estaba nada mal, la verdad, aunque no pasaba de entretenida. Cuenta la historia de una familia que vive junto a un cementerio que tiene la particularidad de resucitar a quién se entierra allí. Lo dicho, no destaca por su calidad pero no merece ser despechada.
- Misery (Rob Reiner, 1990): un film que mereció un recorrido comercial mucho mejor del que tuvo (resultó un fracaso). Bastante más que correcta, con James Caan y Kathy Bates (la cual ganó un Oscar) como protagonistas, cuenta una historia de verdadero horror (pese a que no hay elementos sobrenaturales en su trama) en la que un escritor sufre un accidente de coche y va a parar a casa de su mayor fan, la cual resulta que es una psicópata de tres pares de cojones. Las escenas de tortura (en especial aquella en la cual en la que le rompe los pies con el mazo) son admirables por su crudeza y filmadas con notable talento por uno de los artesanos más fiables de Hollywood: es el responsable de uno de los mejores ejemplos de cine de juicios como Algunos hombres buenos (A few good men, 1992), así como de una de las comedias románticas más recordadas de las últimas décadas, Cuando Harry encontró a Sally (When Harry met Sally, 1989).
- La fosa común (Graveyard shift, Ralph Singleton, 1990): absolutamente horrendo telefilme a cargo de un don nadie en esto del cine como Singleton y basado en un popular y, la verdad, extraordinario relato de King titulado Turno de noche, incluido en su antología El umbral de la noche. Realizada sin interés ni vigor alguno, merece ser olvidada.
- It (Tommy Lee Wallace, 1990): más que aceptable (quizás gracias a que es una de esas pelis que ves en la infancia y te acojonan vivo, por eso le tengo cariño) adaptación de la novela homónima de King con el payaso Pennywise como maligno asesino y devorador de niños, mitificado como el propio Mal en sí mismo. Con un Tim Curry inolvidable. Realizada por un director cuyas mayores tablas en la dirección cinematográfica vinieron de descartables secuelas de filmes capitales del fantástico como Noche de miedo (Fright night, Tom Holland, 1985), quizás el título sobre hombres lobo más destacado de los 80, y La noche de Halloween (Halloween, John Carpenter, 1978, ver http://movieallure.blogspot.com.es/2013/06/la-noche-de-halloween-halloween-john.html?q=La+noche+de+halloween). Está dividida en dos partes bien diferenciadas, al estilo del thriller Sleepers (Barry Levinson, 1996), aunque ésta estaba dividida en tres. Quizás mejor que la novela. Aún así y con ciertos logros, no deja escapar ese tufillo a telefilme tan propio de las adaptaciones de King de la época, lo cual hace que esté bastante defenestrada y olvidada a día de hoy, además de los efectos especiales, cutres hasta decir basta.
- La tienda (Needful things, Fraser Heston, 1993): otra de esas películas a las que tengo cariño, más allá de su estima puramente cinematográfica. El mismo Satanás (Max Von Sydow, el sacerdote anciano de El exorcista) abre una tienda en la que vende el exacto artículo que cada cliente necesita…Muy recomendable para un buen rato de intriga y suspense, pese a que, como ya he dicho, hoy está totalmente olvidada.
- La mitad oscura (The dark half,George A.Romero, 1993): el realizador de la seminal y capital La noche de los muertos vivientes (Night of the living dead, 1968, ver http://movieallure.blogspot.com.es/2013/05/la-noche-de-los-muertos-vivientes-night.html?q=la+noche+de+los+muertos+vivientes) aportó su granito de arena en solitario al legado del King cinematográfico, con un relato en el que el alter ego de un escritor quiere apropiarse del propio escritor, asesinando uno a uno a los amigos del protagonista, dejando a éste para el final. Muy discreta de principio a fin, puede verse como las obsesiones personales de King, aunque está mal narrada y no crea el suspense necesario, lo cual hace creer que el talento de Romero fue flor de un día. Aburrida y de fácil despacho, aunque sale Michael Rooker.
- Cadena perpetua (The Shawshank redemption, Frank Darabont, 1994): adaptación de Rita Hayworth y la redención de Shawshank, uno de los relatos cortos de Cuentos de las cuatro estaciones, resultando en un clásico, espléndido, muy popular drama carcelario y una obra totalmente opuesta al estereotipo que cualquier espectador tiene de Stephen King y su obra. Cuenta la historia de un hombre injustamente condenado a una life sentence (cadena perpetua), con todo lo que vivirá en prisión, narrada en off voice por el personaje de Morgan Freeman, compañero y amigo del hombre en la cárcel. Esplendorosa interpretación de Tim Robbins y, sobre todo, Morgan Freeman. Curiosamente este libro, poco o nada que ver con el horror, puede que haya dado pie a varias de las mejores adaptaciones al cine de su autor. Una de las cintas más populares de los años 90.
- Alianza macabra (The mangler, Tobe Hooper, 1995): dos iconos del fantástico como Hooper (realizador de La matanza de Texas y Poltergeist) y Robert Englund (el Freddy Krueger de la saga Pesadilla en Elm Street) unieron sus fuerzas para una extraña (la Christine de los 90: una máquina poseída por el demonio) propuesta. Se nota el interés de su responsable pese a su sobrevalorado estatus, pero su resultado no pasa de mediocre.
- Eclipse total (Dolores Clayborne, 1995): correcto (y por momentos realmente absorbente) thriller psicológico dirigido por otro de los artesanos más eficientes de la industria como Taylor Hackford (Oficial y caballero, Ray, Parker, Pactar con el diablo) protagonizado por Kathy Bates, la cual ya había entrado en el universo de King con la excelente Misery. Como muchas otras, olvidada pero algo por encima de la calidad de las adaptaciones de King.
- Thinner (Tom Holland, 1996): dirigida por Tom Holland, firmante de la cult movie Noche de miedo (Fright night, 1985), resulta una original propuesta con una genial premisa, en la cual un anciano gitano maldice a un hombre (un abogado obeso sin escrúpulo alguno) para que no deje de perder peso. Sale Joe Mantegna en un breve papel, visto anteriormente en títulos de prestigio como El padrino. Parte III (The godfather. Part III, Francis Ford Coppola, 1990) o Casa de juegos (House of games, David Mamet, 1987). No está nada mal, de lo mejorcito del fantástico dedicado a King en los 90 y servido por uno de los realizadores de terror más eficientes como Holland, firmante de las grandiosas Muñeco diabólico (Child’s play, 1988) y Noche de miedo (Fright night, 1985), aunque inferior a todas luces a éstas.
- El aviador nocturno (Night flier, Mark Pavia, 1997): ¿un vampiro que viaja en avión? Sí. Pero esa absurda premisa da pie a un filme salvable. Sólo por esa extraña premisa merece su visionado, aunque no es nada del otro mundo. De lo menos conocido de la producción cinematográfica del escritor, aunque no de lo menos rechazable..
- Verano de corrupción (Apt pupil,Bryan Siner, 1998): firmada por el escandalosamente sobrevalorado Singer (Sospechosos habituales tiene una reputación alta sí, pero tampoco era nada del otro mundo, y Valkyria simplemente entretenía… de Superman returns mejor ni hablamos), el cual dirigió aquí seguramente su mejor trabajo, poblado de terror pero esta vez psicológico, en el que un nazi retirado y fugitivo es víctima del chantaje de su angelical (al principio) vecino adolescente. De un notable interés. Y con un final impactante.
- La milla verde (The green mile,Frank Darabont, 1999): intento de repetición de la jugada (mismo director y parecida temática: drama carcelario, además del interés que supone que se desarrolle en el corredor de la muerte, aunque esta vez con tendencia a la lágrima fácil y toques sobrenaturales) de Cadena perpetua y, aunque sigue siendo un film recuperable y reivindicable, no llega a las cotas de calidad que sí tuvo la cinta de 1994. Un buen elenco de actores ayuda al recuerdo que se tiene hoy en día de esta aceptable y popular película.
- El cazador de sueños(Dreamcatcher, Lawrence Kasdan, 2003): al realizador del, otrora, estandarte del thriller erótico pre- Instinto básico como Fuego en el cuerpo (Body heat, 1981) se le encargó la adaptación de otra popular novela de King, en la que unos jóvenes recién llegados a la adultez y con un extraño poder sobrenatural que comparten deben hacer frente a una invasión extraterrestre en unos bosques nevados. Extraña y decepcionante debido al cambio de registro que sufre el filme hacia la mitad, pasando de una muy buena y llena de suspense primera parte en una cabaña de un bosque nevado, al más inverosímil actioner, estilo casi Independence day, en la segunda. Una pena, aunque, como ya he dicho, su primera hora merece su visionado.
- La ventana secreta (Secret window, David Koepp, 2004): muy mediocre propuesta (sólo eso; apenas entretiene) de uno de los, en su día, mayores talentos de Hollywood para la escritura de guiones- Koepp es el autor de los libretos de las excelentes (y en varios géneros, lo cual habla por sí solo de la chispa que un día tuvo y quién sabe si un día recuperará…) Malas influencias (Bad influence, Curtis Hanson, 1990), Parque jurásico (Jurassic park, Steven Spielberg, 1993), La habitación del pánico (Panic room, David Fincher, 2001) y Spiderman (Sam Raimi, 2002), así como también del seguramente mejor relato criminal de Brian de Palma, Atrapado por su pasado (Carlito’s way, 1993), además de haber realizado las notables El efecto dominó (The trigger effect, 1996) y El último escalón (Stir of echoes, 1999), por mucho que ésta última fuera estrenada a rebufo y remolque, por temática, de El sexto sentido-, pero que aquí simplemente llevó como pudo la adaptación de una novela de King que daba mucho más de sí. Propone un thriller de aceptable conducción narrativa pero falto de todo lo demás, en el que el villano (John Turturro) interpreta a un psicópata obsesionado con el hecho de que el protagonista (un Johnny Depp con pinta de simplemente pasar por allí y querer cobrar el cheque cuanto antes), un escritor en crisis, le haya plagiado sus relatos. Para un domingo por la tarde sin ganas de pensar.
- La niebla (The mist, Frank Darabont, 2007): Darabont dejó el drama para sumergirse en un texto mucho más King-stylecon esta excelente fábula de ciencia-ficción y terror con toques alegóricos y socio-políticos (estudia el comportamiento humano expuesto a situaciones extremas, tocando temas como el racismo y el fanatismo religioso). Ambientada en un supermercado, donde varias personas están atrapadas por una sorprendente niebla que, de repente, emerge sobre un pequeño pueblo y de la que emanan unas criaturas que nadie sabe de dónde proceden y que irán mermando al grupo. Una puesta en escena excelente y un poder narrativo que nunca decae, desembocando en un desenlace terriblemente desolador. Un título que debería ser perpetuado dentro del fantástico del siglo XXI.
- 1408 (Mikael Hafstrom, 2007). Entretiene, que ya es bastante más de lo que se puede decir de La ventana secreta, y da un par de buenos sustos, sobre un hombre (John Cusack) que se dedica profesionalmente al desenmascaramiento y desmitificación de supuestos fenómenos paranormales, teniéndose que hospedar en una habitación de hotel, la 1408 que está embrujada, regentado por un siniestro Samuel L. Jackson. Intentándose vender como especie de suerte de El resplandor (por eso de que está ambientada en un hotel), tampoco pasa del mero divertimento.