Revista Deportes
DUELO DE VERÓNICAS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
No lo sabían pero era un serio duelo de verónicas. En Torremolinos se citaron para pelear como si al final de la temporada aún hubiera que conquistar un cetro del toreo. Luque por sus gatos en la barriga. Fortes porque cuanto antes quiere llegar a dominar la escena. Leonardo Hernández para reivindicarse en las plazas del sur. Los tres dieron verónicas, a su modo, Hernández, claro está a caballo, con las grupas de sus jacos. Los otros dos, toreros de a pie, con sus percales. Quizás estos dos matadores se encuentren dentro de una baraja de los cinco mejores capoteros del momento junto a David Mora, El Fandi y El Juli.
La verónica de Luque es liviana, grácil, aseadamente cortita, muy pegadita al muslo y un pelín, cuando no es, codillera. El lance se hace estético por el compás, a veces semi abierto y balanceado con la cintura.
La verónica de Fortes es amplia, como amplio es su capote, larga como largo es su brazo. Extensa en la dimensión del brazo que torea, y ceñida en lo que a la mano que aguanta abajo en la entrepierna, el cite. Se hace estética por el vuelo de las telas y por la composición que a ella le da el malagueño.
Sin duda fue este duelo de verónicas lo más importante de la tarde en la corrida de feria de Torremolinos donde los toros de Parladé y uno de Juan Pedro Domecq, que salió en quinto lugar, no se prestaron al lucimiento por parados, tardos, sosos y bobos. Dejaron estar a los toreros pero sin ninguna emoción. De la tarde se extraen algunos momentos de las faenas más por la voluntad de los toreros en sacarles partido, que por la condición del ganado que a veces rayaba la desesperación. Caso de Luque que llegó a insultar en público a su primer ¿oponente? por manifiestamente parado.
El niño sin zahones, es decir Leonardo Hernández, rejoneador, anduvo voluntarioso en su primero, lote de Flores Tassara demasiado desmochado, y más arrebatado en el cuarto. Uno parado que arreaba y el otro manejable. Las verónicas que este dio las dio con la grupa de sus caballos con los que imprimió temple en algunas facetas de la lidia.
Los toros de Parladé desigualmente presentados y desigualmente “arreglados”, es decir, de feas encornaduras.
¡Aquí paz y allí gloria!
FICHA:
Plaza de toros de Torremolinos, corrida de la feria de San Miguel. Domingo dos de octubre de 2011. Se corrieron tres toros de Parladé, desiguales de presentación, de pocas fuerzas, noblotes y sosotes. Y uno que hizo quinto de Juan Pedro Domecq que parecía un Limusin, sosote que se rajó. Y dos toros para rejones de Flores Tassara, primero parado y cuarto manejable. Leonardo Hernández, rejón trasero, le hace la rueda con el caballo, pie a tierra y descabello. Oreja. Rejón contrario en los costillares, dos orejas. Daniel Luque, estocada caidita, oreja. Trasera atravesada, dos orejas. Jiménez Fortes, media tendida y contraria y dos descabellos, ovación que saluda. Estocada caída, dos orejas.
Anotación curiosa: Aveces la tarde se convenía en plúmbea, solo los matadores con sus arrimones la animaban. De repente miro a una niña gordita, que junto a, supongo, su padre, también entrado en carnes, le agarraba la oreja a su hermano queriéndosela arrancar con fuerte violencia y aparato, diciendo:
.- Ahora si me divierto, ahora si me divierto, - zarandeando la rojiza, casi morada oreja –
Y para terminar la faena, zas, el hermano va y le da una sonora trompada cual carnero al enemigo...
De divertimento, oiga, de divertimento y emoción en la tarde.