¿Alguna vez te conté que prefiero no automatizar mis textos?
Es uno de mis caprichos. Si bien tengo un calendario editorial muy específico - y cuando escribo "muy" soy literal- para cumplir con mis propósitos, prefiero escribir los post de este blog el día previo a la publicación.
Lo sé.
No es una estrategia inteligente. Tampoco pro. Es que, aunque lo intente, no me siento cómoda con las convenciones y rara vez sigo las normas tal como están propuestas por "las autoridades" solo porque así "debe hacerse". O las sigo mientras adquiero confianza y las quiebro a los tres minutos porque me aferro a la búsqueda personal de mi propia forma de hacer.
Mi empecinamiento en no "automatizar" se sustenta en mi aspiración de autenticidad y frescura en la narración pero...en ocasiones, comprendo que el tiempo (mi recurso no renovable) no se multiplica aunque yo me proponga practicar rituales etruscos para conjurar las horas.
Así que este post sale un poco demorado pero llega a vos con un objetivo: compartir contigo una estrategia que no podés ignorar si sos bloguera. Comencemos a construir tu propio relato.
¿Cómo?
Como se aprenden las cosas importante cuando aún no racionalizamos: jugando.
Storytelling para blogueras intensas.
Dejemos de hablar de mí y mis cavilaciones temporales. Y de los etruscos. Que son gente interesante pero no tienen nada que ver con tus propósitos como bloguera.
Quiero escribir sobre lo que realmente importa: tu proceso de escritura. Hasta el momento, fuimos creando juntas:
- Tu visión de liderazgo personal.
- Tu tagline.
¿Por qué? Porque son los textos en los cuales vas a sostener todo el peso de tu blog. Así como lo leíste. Todo el peso de tu blog está en apenas unos párrafos.
No te agobies. Los ejercicios previos son para que construyas verbalmente los cimientos de tu proyecto. Para saber qué pasos dar, primero tenés que saber a dónde querés llegar y, eventualmente, cuál es el principio que te rige.
Y tu tagline es como tu propio escudo de armas. De pronto me puse medieval.
Con estos textos en tus archivos mentales, podemos continuar construyendo tu identidad bloguera. Si ya tenemos los cimientos, ¡comencemos a levantar paredes! Llegó el momento de dedicarle tu atención y energía a la construcción de tus relatos.
No voy a prometerte que es "fácil". Si voy a prometerte que es la única estrategia que realmente funciona para mantener sano tu blog: conectar con tu comunidad lectora a través de las historias que vas entretejiendo en cada post.
Contar historias no está reservado a algunos iniciados en el arte de narrar. Contamos historias todos los días, tan naturalmente como respiramos. Lo que nos resulta difícil es encontrar nuestra propia voz para escribirlas...
Esta desmesurada te propone que te olvides de tus prejuicios y te sientes a jugar. O a escribir, que puede ser lo mismo si tu actitud es lúdica.
Durante las próximas tres semanas vamos a darle forma a tus relatos para que descubras el tono de tu voz. Seguí la serie. Sin saltar ejercicios. Practicalos aunque te parezcan poco trascendentes y... contame los resultados.
Primer ejercicio de storytelling: La rebelión de los objetos.
Nos observan con su silenciosa mansedumbre de esclavos eficientes. Los objetos que nos rodean son personajes secundarios en nuestra vida cotidiana y, únicamente descubrimos cuánto los necesitamos cuando fallan o se descomponen...
Quiero que pienses en ellos preguntándote: ¿qué pasaría si los objetos de mi casa se rebelaran?
Algún día tengo que contarles el periplo de mi computadora rota en la víspera de un webinar... por un momento, juro que llegue a pensar que esa caja negra tenía oscuros sentimientos y estaba saboteando todos mis esfuerzos por darle formalidad a mi emprendimiento digital.
Pero aunque vos sos una mujer sensata que comprende que una computadora no es la antagonista cruel de tu telenovela personal vas a escribir una historia de pasión y rebelión con tu objeto preferido -y quizás el más necesario de la casa.
¿Qué sería de nosotras sin heladera?
¿Cuál sería nuestra esclavitud sin lavarropas y lavavajillas?
Y antes de llegar a una visión apocalíptica que tiene los ecos del mundo de mi abuela, quiero que comiences a escribir pensando en las siguientes preguntas:
1- ¿Qué pasaría si "tu objeto" dejara de funcionar indignado por el abuso al que es sometido?
2- ¿Qué consecuencias tendría en tu vida?
3- ¿Cuáles son las denuncias de "tu objeto"?
4- ¿Cuáles serían sus reclamos para ponerle fin a la rebelión?
Respondidas estas cuatro preguntas, tu tarea de la semana es escribir la carta de protesta con la cual "tu objeto" renuncia a su funcionalidad, exigiendo nuevas condiciones de vida.
Sin prejuicios dije...
Puede leerse simple y poco trascendente. Sin embargo los ejercicios de personificación o prosopopeya tienen un rol esencial en la construcción de nuestro relato personal porque nos obligan a desautomatizar el pensamiento y observar la realidad con una mirada diferente.
Siguiendo la serie de ejercicios que voy a proponerte y sumándote a "Matriz" el curso para las blogueras que quieren identidad y visibilidad, el 2016 es el año en que tu blog se rebela al anonimato y le planta su carta de denuncia a Google.
¿Nos leemos la semana próxima?