Tal vez sea solo cosa mía pero, de un tiempo a esta parte, me da la impresión de que cierta forma de descripción de un tipo de vino hasta ahora reservada a un submundo friki y denostado como aquel al que creo que muchos pertenecemos se está poniendo de moda. Y la moda, como casi todo lo efímero, es peligrosa.
Leo por doquier cosas sobre "el alma de los vinos" y me preocupo. No tanto por lo que tiene de positivo, que por una vez lo que es un hecho para unos pocos se vuelva normalidad para todos los demás, sino mas bien por en boca (o tecla) de quien leo esto de "el alma" de los vinos y a santo de que y en que contexto..etc.
No creo que el macroevento que el amigo Paco Berciano y su gente tienen previsto celebrar en Burgos ( y que algunos hemos preferido llamar de un modo mas prosaico como "la madre de todas las catas") tenga nada que ver en esta ola de sentimentalismo vinícola. Paco respeta profundamente la palabra alma y lo demuestra a diario, en su selección de vinos y en el modo en como se dedica en cuerpo y, precisamente, alma a ellos. No es una broma lo de Paco y el alma de los vinos únicos. Cosa muy seria. No todo el mundo dedica vida, salud y hacienda a algo tan voluble y cambiante como el gusto personal. Nadie. Salvo que esté loco o ame con pasión lo que hace. Yo creo que Paco es de los segundos.
Otra cosa es otra cosa. Me ha gustado algo en la lectura de este enlace a un articulo de Meritxel Falgueras para su blog en la pagina de la SER. No es mi estilo, no me mal interpreten, pero me ha gustado esta frase final "El vino perfecto no existe, aunque tal vez no nos gustaría. El vino, como las personas, nos gusta o no por lo que es, no por el análisis de sus propiedades si no por su autenticidad" Correcto para mi, al menos para describir al vino que me gusta. Y a las personas que me gustan.
Un tipo que parece sincero es mi tocayo Xosé Luis Sebio, enólogo de Coto de Gomariz. Sebio tiene buenos amigos en el colectivo bloguer y es por ello por lo que sus palabras en el blog que regenta (Viños de Encostas) deben ser situadas en el margen de la confianza en los que leen, bloguers la mayoría. No son, o al menos yo no las interpreto, como un ataque a este modo de opinión publica. Porque esto, para quien aún no lo haya entendido, es la opinión publica. Con mayúsculas.
Es opinión porque quien escribe lo hace desde su prisma, único y particular. Esto de la objetividad como medida del buen periodismo hace tiempo que está superado, ¿no?. Bueno, si pillo a alguno de nuevas en esto lo siento. Siento ser yo quien les diga que Papa Noel no existe (salvo si quien lee esto es menor de 12 años en cuyo caso debe ignorar estas lineas y dejar de leer, ¿que haces viendo blogs sobre bebidas alcohólicas rapaz?)
Así que, hecho este matiz, debo manifestar mi malestar (flojito eh) con lo de "La labor de los bloguers en el mundo del vino. ¿Necesarios o un mal del mundillo vitícola?. No. De mal nada.
Tal vez el prisma de algunos bloguers pase por su cuenta corriente y el de otros carezca de sentido critico (o de ganas de meterse en líos) pero que la opinión publica es necesaria y cuanta mas (y libre) mejor es impepinable. Otra cosa es el daño que ciertos bloguers puedan hacer a ciertos vinos, una afectación en la que por cierto estoy totalmente en desacuerdo. Estamos muy lejos, aunque algunos crean lo contrario, de ver que las ventas de tal o cual vino caen por la opinión que uno, cien o mil bloguers tengan sobre ese vino. Si algo así sucediese, tengan por seguro que volarían las querellas y las amenazas. Vamos, no lo duden ni un segundo.
Otra cosa es pedir que la opinión sea una opinión formada, que no se haga seguidismo o que se tengan criterios claros mas allá del gusto de un día. Vale. Pero puestos a ponerle pegas a todo, esos criterios, ¿cuales son?. ¿Los de Sebio?. ¿Los míos?. ¿Los de Nicolas Joly?. Serían tres visiones bien distintas, creo yo, de lo que es moralmente lícito o éticamente correcto en la elaboración del vino y el tratamiento del viñedo. Muy diferentes.
Y ya puestos, ¿quien estaría en posesión de "la verdad" (si tal cosa existiese)?. ¿El ingeniero, el periodista o el artista/religioso?. ¿O ninguno?.
A lo mejor, la verdad en esto del vino la tiene la levadura ML01, o la Y3079. O la D254. O las enzimas. O la ósmosis inversa. Quien sabe, la verdad suele ofrecer caras muy dispares dependiendo de quien mire. Abran la prensa cada día y verán tres países distintos. O cuatro, si leen La Gaceta.
Creo que se habla con mucha facilidad de alma sin dar nada a cambio. La salud, por ejemplo. Dar la salud a cambio de... nada. Solo por ser capaz de sentir lejanamente a que se refieren cuando dicen que un vino les cambió la vida. ¿Donde está el alma de un vino?. ¿En la viña, en la bodega, en las manos del viticultor, en la probeta del enólogo?. ¿Cuantos vinos tienen alma?, ¿todos?. ¿Solo los no comerciales, los de verdad?. ¿Un viticultor/vinicultor/enólogo sin alma puede hacer vinos que la tengan?. ¿Por qué?. Y lo mas importante, ¿le importa a alguien todo esto, o al final todo se resume en precio-valor-moda-merchandising?
Yo no me atrevo a decidir si algún vino tiene alma o si los bloguers son solo una banda de niños malcriados con mucho tiempo libre. Me conformo con que se acuerden de mi cuando me vean. Eso ya es un logro. Incluso cuando es para mal. Por algo será, ¿no?.
*Fotos de mi autoría situadas con animo puramente decorativo.