Revista Cultura y Ocio

El bebedor de vino de palma. Amos Tutuola

Por Mientrasleo @MientrasleoS
El bebedor de vino de palma. Amos Tutuola
     "He sido un bebedor de vino de palma desde que tenía diez años. No he hecho otra cosa en mi vida que beber vino de palma. En aquellos tiempos el único dinero que conocíamos eran los caracoles, así que todo era muy barato, y mi padre era el hombre más rico del pueblo."
     A veces uno decide dar una oportunidad a un libro, por venir de alguien de fiar. Y ese alguien puede ser un amigo, un librero, un blog, una editorial... En este caso es una colección de la que voy leyendo cada título. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El bebedor de vino de palma.
     Tenemos como protagonista a un hombre que se dedica a beber vino de palma desde su infancia. El autor no nos lo plantea como un borracho, pero sí como un auténtico bebedor que no ha tenido jamás que preocuparse de otra cosa que su propio placer y el de los amigos que le rodean. Sin embargo, el día que muere su sangrador (quien le proporciona el vino), no sólo le abandonan sus supuestos amigos, además, se queda sin quien le proporcione vino. Emprenderá entonces un largo viaje en busca de ese sangrador que tanta falta le hace, recorriendo lugares lejanos y conociendo seres de todo tipo.
     Hay libros que son difíciles de explicar y El bebedor de vino de palma es uno de esos libros. Ya desde las primeras frases, con un aire a vieja fábula, nos damos cuenta de que esta no va a ser una narración convencional. Y es que el autor parece jugar a cuento encantado para hablar de un viaje plagado de aventuras y seres extraordinarios en el que se mezcla lo tradicional y lo moderno. Los dioses, incluso el propio protagonista se revela como tal, se pasean a sus anchas por ese mundo peligroso y divertido en el que la muerte vive al final de un cruce de caminos y hombres se desmembransegún su propio criterio. Juega el autor, qué duda cabe, a una suerte de realismo mágico que destila olor a leyenda de tradición oral en un país, el suyo, tan lejano como desconocido. Y aún así se hace entender alcanzando un tono que convence al lector, obligándolo a seguir leyendo, a seguir escuchando esa voz de quien realizó una suerte de viaje iniciático que le llevaría a aprender un mundo que no le importaba mientras vivió protegido por las comodidades de su padre. Un viaje que le llevará de pueblo en pueblo, de aldea en aldea, de aventura en aventura proporcionándole una vida jamás imaginada, en la que habrá mujeres, ejército y, como no, una Ciudad de los Muertos.  Lo exótico de los lugares, de los nombres entrecomillados y de los dioses mezclados con seres inimaginables, consigue que el lector se deje llevar por esta fábula Entregándose como aquel hombre que esperaba cada noche para conocer un cuento más de su querida Sherezade. Porque es justo así como me he sentido al leer esta historia, fascinada por esa voz desconocida capaz de dibujar un mundo tan maravilloso como irreal y, aún así, de dejar esa suerte de moraleja de quien recurre no sólo a la magia, si no también a la inteligencia para engañar a aquel que pretendió engañarle.
   
     Un libro cortito para disfrutar despacio, para desgranar sus cuentos entretejidos, su estilo y dejarse llevar por la magia de lo que nos está relatando. Sin preguntas. Dedicarse simplemente a disfrutar como un niño. Y luego, tal vez, descubrir lo que es el vino de palma, y que es cierto que se sangran palmeras y se bebe en muchos lugares. Pero antes de eso, disfrutad de la lectura, y de su sorprendente broche final.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias

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