Desde el pasado viernes día 3 la galería barcelonesa Espai [b] ofrece las obras de la artista cántabra Laura López Balza, un “bestiario” colorista protagonizado por animales y parajes rurales que podremos disfrutar hasta el próximo 25 de junio.
Nacida en Arena de Iguña, un pequeño pueblo del interior de Cantabria, su estilo apuesta por el color y la experimentación, pasando de las excelencias técnicas de las primeras vanguardias a extremos postmodernos, naïfs y transvanguardistas. Pero si hay algo que siga influyéndole, es el arte infantil y la ilustración contemporánea.
“Bestiario” es sin duda un título bastante explícito para una exposición pero necesario si tenemos en cuenta que en la mayoría de obras presentadas el protagonista es un animal. “Los animales son los protagonistas de esta ultima colección. Empecé a trabajar con animales como protagonistas porque me parecían muy potentes, expresivos y sugerentes”.
Así, podemos encontrar desde majestuosos gallos a inocentes cerdos, un casting orwelliano que no tiene nada de casual. “No me sirve cualquier animal, busco que tengan fuerza formal o simbólica. Me parece interesante y gracioso jugar con ellos, sugerir narraciones en los que apareciesen hieráticos, casi como recortes, en escenarios que han sido alterados por el hombre. Si introduces un animal en un espacio ‘humano’, la historia que surgirá es diferente a si le das el protagonismo a una persona”.
Y esa historia despierta numerosas lecturas, entre ellas, sólidas críticas a la relación del hombre con la naturaleza. “Sí, mis obras esconden cierta crítica, pero también algo de humor y de delirio… No quiero cerrar significados o interpretaciones”.
Volviendo al escenario, y repasando los que aparecen en sus cuadros, descubrimos una predilección por lo exótico y lo rural, así como un claro distanciamiento de las grandes ciudades, como si éstas no tuvieran cabida en su mundo pictórico. “Cuando pinto, recurro a imágenes o recuerdos que me sean cercanos, que me digan algo. Tengo presente lo rural porque es mi mundo, y a pesar de haber vivido los últimos años en ciudades me siento mas cercana a él. Muchos artistas toman la ciudad como temática o referente. A mi me interesa los lugares casi olvidados, no tan actuales. Los pueblos, los lugares exóticos o imaginarios son atemporales, me gusta lo que sugieren, lo que representan, otra alternativa, incluso una huida de lo contemporáneo”.
La obra de Laura tiene varios elementos técnicos que llaman tanto la atención como su discurso. La composición y el color son los más llamativos, pero como ella misma comenta, “dedico mucho tiempo a la creación (todo el que puedo) y el procedimiento compositivo es más bien instintivo. Me interesa y divierte investigar y crear con las posibilidades de la materia pictórica. Lo tomo como un juego y me produce mucha satisfacción ver que algunas de estas pruebas tienen su encanto”.
Un proceso creativo concienzudo y caracterizado por la variedad de técnicas y materiales implicados. “Realizo obras sobre papel, cartón, tabla o lienzo partiendo de una idea que quiero tratar. Recojo las imágenes claves y necesarias para comenzar las obras y empiezo a construir directamente sobre el soporte con diversos materiales tanto de pintura (óleos, acrílicos, témperas…) como de dibujo (lápices, ceras, lápices de colores, rotuladores…). Realizo un dibujo esquemático de manera directa sobre el lienzo. Una vez realizada la composición sobre el cuadro, dispongo los colores, trabajando de manera libre, lúdica e instintiva, dejándome llevar por lo que los tonos y la imagen me sugieren o piden. Hay un verdadero dialogo entre la obra y el artista. A través del color llevo a cabo la expresión personal”.
Respecto a los colores empleados, destacan por su calidez y viveza, por sus contrastes e integración total entre figura y escenario, transmitiendo una sensación positiva que también cuenta con un estudio y experimentación anterior. “Mi interés por el color ha estado siempre presente y se ha mantenido por encima de la diversidad temática o estilística. El color en mis obras toma relevancia, se va independizando y se expresa de manera muy particular. Busco maneras de entender el color, como un lenguaje plástico con el que poder expresarme, afín a la realidad pictórica que vivimos y a mis planteamientos personales. Creo que tiene una capacidad expresiva innata muy particular, que trato de enlazar con una esfera interior, más personal. El resultado suele ser una obra de carácter surrealista, ingenua, onírica o fantástica, debido quizás, a lo espontáneo y a la asociación de colores e imágenes de diversos tipos que aparecen en las obras”.
Todas las imágenes (c) Laura López Balza. Imágenes cedidas por la galería.