Revista Arte

El camino de Tulahuén

Por Marcelo Caballero

El camino de TulahuénEl fotógrafo Sergio Larraín ha dejado una larga huella en la fotografía, y en mi,  a pesar que sólo tuvo unos 10 años de producción. Y todavía se lo recuerda  por sus impactantes y refinadas imágenes  que no pierden vitalidad y envejecen bien. Pero por sobre todas las cosas, se lo recuerda por su valentía para tomar el camino adecuado, a decirle no a la fotografía sin pasión, y criticó la comercialización del infortunio ajeno. Larraín le dio la espalda a la fama, el dinero y a la mítica agencia Magnum porque ya no disfrutaba, no lo convencía como se trataban las noticias en los grandes medios de comunicación.El otro día, en Madrid, me encontré en la librería de Caixa Forum con un pequeño libro que me llamó la atención. “El camino de Tulahuén.En busca de Sergio Larraín”.Escrito por Phillipe Séclier y publicado por Lom Ediciones,en este libro, el autor confiesa que pasó mucho tiempo antes de reabrir la caja azul en la que conservaba las cartas, libros y notas de las entrevistas que tuvo con el fotógrafo chileno."Un rectángulo. La primera vez que lo vi fue en un rectángulo - señala Séclier - Movió una persiana y su rostro esquelético apareció, fugitivamente, bajo una de las ventanas de su casa. Era 5 de diciembre del año 2001, en Tulahuén. Nada he olvidado de ese primer encuentro con Sergio Larraín".

El camino de Tulahuén

Valparaíso 1952 © Sergio Larraín

"Mi primer viaje a Chile se remonta a 1998. Entonces yo fotografiaba puertos por todo el mundo. Esa primavera puse el ancla en Valparaíso. Me quedé quince días en esa ciudad <suspendida en las colinas>, según las palabras de Pablo Neruda, que Sergio Larraín inmortalizó en los años 50 y 60"."Pero por un extraño azar, fue solo regresando a París, algunas semanas más tarde, que descubrí su obra. La Fnac Montparnasse exponía las fotografías que él había tomado en Londres durante el invierno de 1958 - 1959". 

El camino de Tulahuén

Londres 1958 © Sergio Larraín


"Jamás había visto fotos parecidas: melancólicas, inclinadas, en desequilibrio permanente, oscilantes entre la vigilia y la sospecha, entre la oscuridad y la sombra".

El camino de Tulahuén

Londres 1958 © Sergio Larraín

Hasta el viernes!!
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