La imagen de portada es tan conocida que probablemente haya visto cientos o miles de réplicas, pero nunca a la versión original. Se le conoce como La Marcha del Progreso y se usó para ilustrar la evolución del linaje homínido. Sin embargo, a pesar de que la imagen era un excelente resumen de la evolución de este linaje, el panel superior que muestra una línea del tiempo cayó en el olvido y la memoria colectiva preservó solamente la escena inferior: una marcha de cómo un simio se convierte en un ser humano moderno. Esta imagen crearía la falsa noción de que los científicos pensaban que el ser humano era producto de una transformación gradual desde los simios ¿Qué sucedió? ¿Fue una mala representación de la evolución de un mal libro de ciencia? ¿O fue la gente que no entendió? ¿Fue una combinación de ambos?
La escena fue ilustrada por el pintor y muralista Rudolph Zalliger (1919-1995), quien fue comisionado por la editorial Time-Life Books, fundada en 1961 en Nueva York, para ilustrar el volumen Hombre Primitivo (1965) de la enciclopedia Biblioteca de Vida Natural ("Life Nature Library"), escrito por el antropólogo F. Clark Howell (1925-2007). Como se puede apreciar en la imagen de portada, la escena completa incluye una secuencia de quince primates que se imprimió en una hoja plegada que abarcaba las páginas de la 41 a la 45. Arriba de la escena se ilustró una línea del tiempo que marcaba el alcance estratigráfico de cada primate, o periodo en el que se sabe que existió cada una de las especies. Es decir, que lo que se podía interpretar como una secuencia, eran en realidad ilustraciones que acompañaban las etiquetas de cada barra (alcance estratigráfico) de la línea del tiempo superior.
Versión simplificada de la Marcha del Progreso, por José-Manuel Benitos.
Disponible para uso público a través de Wikimedia Commons.
Actualmente, muchos científicos ahogan en críticas la imagen, principalmente porque da a entender que la evolución es un proceso lineal con un objetivo definido. Incluso, la imagen ha sido utilizada por grupos creacionistas que la usan para implicar que el consenso científico sobre la evolución del humano es precisamente una transformación lineal gradual de simios en personas; muchos aventuran a decir que la imagen fue creada con ese propósito. El nombre de La Marcha del Progreso que se le dio a la imagen implicaba precisamente ese progresismo de inferior a superior en un camino a seguir; tal referencia se debe al pie de foto de la imagen encontrada en el libro Hombre Primitivo:
"What were the stages of man's long march from apelike ancestors to sapiens? Beginning at right and progressing across four more pages are milestones of primate and human evolution as scientists know them today, pieced together from the fragmentary fossil evidence."Que traducido se lee: "¿Cuáles fueron los estadios de la larga marcha de ancestros simioides hacia el sapiens? Comenzamos en la derecha y progresando durante cuatro páginas más encontraremos los hitos de la evolución primate y humana, como los científicos la conocen hoy, armada de las evidencias fósiles fragmentarias." En esta etiqueta, las palabras marcha y progreso aparecen separadas una de la otra en cuanto a su significado; aunque la elección de la frase "marcha de ancestros simioides hacia el sapiens" fue la que causó el infortunado accidente. La noción del progreso vendría por la aparición de esa palabra en la siguiente oración para aludir a una imagen que se expandía por varias páginas. La elección de palabras no fue la más indicada.
Pero en el cuerpo del texto queda claro que la intención de la imagen era precisamente dar cuenta de esa historia reconstruida a través de "evidencias fósiles fragmentarias" como un proceso complejo con múltiples ramas, de modo que las ilustraciones de los hominídos tenían la intención de reconstruir la morfología de los fósiles mencionados. Por ejemplo, en otros pies de figuras:
- Respecto al Oreopithecus, Zallinger implica que se trata de "una posible ramificación en el árbol genealógico del hombre".
- Respecto a Ramapithecus, dice "considerado por algunos expertos como el ancestro más antiguo del hombre en línea directa", como cuando en lugar de hablar de todos los primos y ancestros de cada primo, se habla de un hijo, sus padres, abuelos y tatarabuelos.
- Respecto a Paranthropus, le clasifica como un "camino evolutivo muerto", pues el linaje se extinguió.
Así tenemos que: a) en la quinta generación tendremos ancestros, b) en la séptima generación ancestros... c) ¿en la vigésima? ancestros d) ¿y en la ducentésima? ¡Unos ! Doscientas generaciones son aproximadamente 5,000 años, por lo que en este modelo consideramos que en ese tiempo (hace 5,000 años) existieron a la vez más ancestros humanos que la cantidad de átomos en el Universo ¿Qué salió mal en nuestro razonamiento?
De vuelta a cero... el problema está en cómo concebimos nuestra genealogía. Si vamos atrás lo suficiente, encontraremos que compartimos ancestros con otras personas, que no todos nuestros ancestros se agruparon en parejas toda la vida y que conforme más atrás vayamos y menos personas hayan existido tendremos más ancestros en común con otras personas. Es decir, como la población crece conforme se reproduce, hay cada vez más descendientes a partir de un reducido número de ancestros, no al revés. Si vamos lo suficientemente atrás en nuestro árbol genealógico, encontraremos que 1 de cada 200 varones en el planeta tiene como ancestro común a Gengis Khan, el gran conquistador huno, es decir que hay 16 millones de personas que son descendientes directos de Gengis Khan (es decir, que si recorremos una línea de ascendencia-descendencia desde un individuo hacia atrás en el tiempo, llegaremos a Gengis Khan). Lo mismo aplicaría para la descendencia de Cleopatra, Napoleón, Hernán Cortés o Nezahualcóyotl.
Hay individuos que dejan mucha descendencia, individuos con poca, otros nunca la tuvieron. Si se amplifica la escala, y consideramos ahora a las especies como "individuos", el mismo proceso se repite al ir hacia atrás. Si seguimos a un individuo el día de hoy y, en línea recta, retrocedemos miles de años, millones de años, miles de millones de años, iremos encontrando diferentes tipos (especies) de individuos. Pero si vemos a todos los individuos en su conjunto, difícilmente veríamos una línea o un árbol, sino un gran alboroto de ramas que van convergiendo más y más. Este es en esencia el principio detrás del proceso de evolución. No implica progreso alguno, solamente cambio sucesivo y acumulado a través del tiempo, de generación en generación. Si al recorrer la línea de descendencia directa tomáramos una foto de cada cambio drástico que viéramos, terminaríamos con una imagen como la Marcha del Progreso.
A nivel de especie, claro que implicamos que una especie se "transforma" en otra de manera gradual, pero en los niveles de poblaciones o individuos esa transformación no existe: los individuos se quedarán con las características que heredaron, durante toda su vida, de modo que un simio no se transforma en una persona, sino que tanto el simio como la persona comparten un ancestro común. Los tíos no se transforman en los sobrinos, ni en otros tíos, pero comparten un ancestro común en el pasado.
Diagrama que muestra cómo el flujo de genes se va distribuyendo sobre la geografía del globo mediante las migraciones. Extraído de "Haplotype Trees and Modern Human Origins" by Alan R. Templeton (Washington University), published at Am. J. Phys. Anthropol., 128: 33–59. doi: 10.1002/ajpa.20351 (2005).
Los primates de la foto familiarPara terminar, podemos hablar de los fósiles que Zellinger representó en la imagen y de lo que pensamos en la actualidad:
- Pliopithecus, 22-12 millones de años de antigüedad, ancestro del linaje del gibón.
- Proconsul, 21-9 millones de años de antigüedad, del linaje de los primates, aunque tal vez no sea ni siquiera un primate.
- Dryopithecus, 15-8 millones de años, probablemente primer ancestro de los primates modernos.
- Oreopithecus, 15-8 millones de años.
- "Ramapithecus", 13-8 millones de años y posible ancestro de los orangutanes modernos (actualmente se considera que se trata de una hembra del género Silvapithecus, por eso se entrecomilla).
- Australopithecus, 2-3 millones de años, considerado de los primeros homínidos primitivos.
- Paranthropus, 1.8-0.8 millones de años.
- Australopithecus avanzado, 1.8-0.7 millones de años.
- Homo erectus, 700,000-400,000 años, el primer miembro del género Homo.
- Homo sapiens primitivo, 300,000-200,000 años, considerado el primer representante de la especie H. sapiens.
- Hombre Solo, 100,000-50,000 años, se describe una subespecie extinta de H. erectus asiático.
- Hombre de Rhodesia, 50,000-30,000 años, probablemente una especie de Homo rhodesiensis u Homo heidelbergensis, linaje hermano de Homo sapiens.
- Hombre de Neanderthal, 100,000-40,000 años, considerada ahora como una especie aparte, H. neanderhalensis, aunque en aquel entonces se consideraba una subespecie del Homo sapiens.
- Hombre de Cro-Magnon, 40,000-5,000, posibles primeros Homo sapiens anatómicamente modernos, que reconoceríamos como nuestra propia especie.
- Hombre moderno, 40,000 años al presente. Considerada la especie que vive actualmente.
Esta cronología, desarrollada en 1965, ya no corresponde con lo que sabemos actualmente de la evolución de los primates y homínidos, a pesar de que se recicla no solamente en la cultura popular sino también en los libros de texto. Lo más conveniente es optar por utilizar una imagen que muestre la estructura de un árbol en vez de una línea del tiempo. Es justo decir que una combinación de una mala selección de palabras y una imagen con demasiada carga emocional, así como la dificultad de entender la evolución como un proceso genealógico de herencia, dotaron de fama y trascendencia a la Marcha del Progreso.
Nota: Para una elaboración más completa sobre el tema, puede leer las siguientes aportaciones que realicé en Revista Mito, principalmente si busca referencias arbitradas y revisadas, citadas al final:
Septiembre 2014. El origen de la identidad humana.
Octubre 2014. La historia de tres primos.
Diagrama filogenético que muestra el desarrollo de los diversos linajes del género Homo, elaborado por
Reed DL, Smith VS, Hammond SL, Rogers AR (Reed DL, Smith VS, Hammond SL, Rogers AR, et al. (2004) Genetic Analysis of Lice Supports Direct Contact between Modern and Archaic Humans. PLoS Biol 2(11): e340. doi:10.1371/journal.pbio.0020340) [Modificado y redibujado para su distribución con licencia libre vía Wikimedia Commons.