(Dirigido por Clint Eastwood – USA 2010)
No es un santo, es un hombre. Con problemas de hombres.
Nelson Mandela (Morgan Freeman) ha salido de prisión, tras 27 años encerrado en un cuarto de tamaño minúsculo. Tras un tiempo, es elegido presidente de Sudáfrica. Su pretensión es unir a su país, para ello debe unir a todas las razas, la mejor manera de hacerlo es a través del deporte, al menos eso es lo que piensa.
El encierro le ha enseñado muchas lecciones, entre ellas el conocimiento humano y que la mejor manera de sacar lo mejor de otros es a través del coaching. El último trabajo de Clint Eastwood me deja totalmente satisfecho, una vez más el maestro demuestra un talento especial para escoger actores y para que estos impriman unos diálogos inolvidables. Ya bordeando los 80 años, Eastwood quiere dejar en sus últimas películas un mensaje de esperanza a un mundo cada vez más ensimismado en los placeres banales.
Aquí algunas lecciones de la película a través del personaje de Mandela:
1. No teman. Lo que queda …… queda. Lo pasado es pasado. Ahora miremos hacia el futuro.
2. Reconciliación. El perdón empieza aquí. El perdón libera al alma. Remueve al temor.
3. Liderazgo o cómo inspirar a los demás a dar lo mejor de si: A través del ejemplo.
Si yo no puedo cambiar cuando las circunstancias lo demandan ¿Cómo puedo esperar que otros lo hagan?
El cambio empieza con uno mismo.
4. Coaching o cómo hacer que los demás sean mejor de lo que ellos creen: No tendrás miedo. Deberás ser fuerte y seguir adelante. Tú eres el amo de tu destino.