Revista Salud y Bienestar

El ‘contenedor’ familiar oficial

Por Yoisasi

Ahora estamos más familiarizados con los llamados‘arquetipos’, ya que, si habéis ido alguna vez a un terapeuta para intentar arreglar vuestra cabecita, sabréis que existen los siguientes: el viejo sabio, el guerrero, el héroe, la niña o niño interior, la doncella, el demonio, la sombra…
Si hay por ahí algún despistado en el tema aquí dejo esta aclaración: ‘Carl Gustav Jung estableció una división de la psique humana en tres partes: el consciente, el inconsciente y el inconsciente colectivo. En esta última es en donde aparecen los arquetipos. Podemos definir los arquetipos como patrones de comportamiento. Son las formas en las que la consciencia humana experimenta el mundo y se percibe a sí misma. Así, todos, en algún momento, representamos, vivimos, un arquetipo concreto, que nos dota de ciertas características que en ese momento necesitamos para desarrollarnos. No quedarnos “atascados” en un único arquetipo es un punto importantísimo en nuestro crecimiento personal.’
Pues bien, yo acabo de incluir uno más a la lista, uno al que he llamado ‘contenedor familiar’. Pero primero sepamos lo que significa basura‘Todo material y producto no deseado considerado como desecho y que se necesita eliminar’. 
Así que esta supuesta basura es acumulada por nuestro nuevo arquetipo, el contenedor familiar, que normalmente suele ser un miembro de la familia que se come lo que los demás de la casa no quieren. Pero encontramos muchas categorías de este nuevo arquetipo:
‘Contenedora materna’: Esa madre que se va comiendo lo que los hijos o el marido dejan en el plato porque le da pena que se quede comida en el plato. Ella no suele comer sentada (va de la mesa a la cocina, de la cocina a la mesa) e incluso alguna no se pone ni un plato como el resto de la familia. Aquí podríamos añadir una subcategoría ya que también, además de contenedora materna, tendríamos la madre perchero (‘Toma mamá, la chaqueta’), la madre ropero (recogiendo ropa que van dejando por el suelo el resto de la familia) o la madre de basura en general (pañuelos de papel, envoltorios de plástico de comida…).
‘Contenedor de restos’: Aquél de la familia que siempre va en busca de sobras que pueda encontrar en la nevera o que va revoloteando por donde se está comiendo por si le cae algo de alguno que no quiera más, como si fuera el perro de la familia (sin ofender). De esta categoría de arquetipo he conocido bastantes casos. Y son personajes que luego, aunque ya no vivan con la familia, siguen haciéndolo con su actual pareja o en las comidas con los amigos (‘picoteando’ sus platos sin permiso).
- ‘Contenedor infantil’: Muchos recordaréis vuestras horas interminables (cuando éramos niños el tiempo se hacía eterno en estas situaciones) delante del plato sin probar bocado porque no nos gustaba lo que tocaba ese día o porque ya no podíamos más pero teníamos una voz autoritaria que nos decía: ‘No te levantas de la mesa hasta que no dejes el plato como una patena’. Cuando el niño que ha vivido este arquetipo se convierte en adulto es de los que siguen sin dejar nada en el plato. Aunque se sienta lleno o satisfecho sin haber terminado, él de todas formas se lo ‘tiene’ que acabar todo y puede que incluso a un tiempo récord para estar el mínimo tiempo sentado. Muchos de estos casos son los adultos que en su infancia estuvieron en comedores escolares bastante estrictos. Aquí también podrían entrar los que han vivido épocas de verdaderas miserias como en la Guerra Civil.
‘Contenedor familiar oficial’: Aquél que ha sido asignado por el resto de la familia, normalmente sin su consentimiento pero que no ha puesto objeción y es el que se toma lo que ellos no quieren o no les gusta. Ejemplo: ‘Eso guardalo que ya se lo comerá tu padre’ ‘Toma mamá, cómetelo tú que a mi no me gusta’.

Un toque de humor al asunto...

Un toque de humor al asunto...

Estas son las categorías que se me ocurren pero me imagino que seguro que podríamos encontrar muchas más. Y parece que lo que decía Jung sobre que ‘en el inconsciente colectivo aparecen los arquetipos’ tiene bastante razón porque los contenedores familiares los podríamos considerar inconscientes ya que no llegan a percatarse de su situación hasta que ya están bien ‘repletos’.
Creo que es importante que los que ejercen de ‘contenedores’, sobre todo los que llamo ‘oficiales’ ya es hora de que se posicionen y digan: ‘Nunca máis!’ Ya está bien de comerse lo que los demás no quieren y ya no sólo por salud física sino porque aquí hay una parte mental y emocional muy dañada. Es sencillo verlo: Todo material y producto no deseado considerado desecho y que tiene que ser eliminado es ingerido por nuestro ‘contenedor casero’ trayéndole a la larga graves secuelas emocionales y físicas, desde ansiedad hasta depresión, diabetes, obesidad…Este tipo de contenedor suele serlo durante años y se muestra sumiso aguantando todo lo que le echen hasta que un día, sin previo aviso, estalla y ya no hay vuelta atrás.
Tenemos que empezar a ser conscientes de ello y tomar cartas en el asunto y cuando alguien de tu familia te diga: ‘Toma papá que ya no puedo comer más’. Poder dar el paso diciendo: ‘Pues no, porque yo ya tampoco puedo más. Así que te lo terminas o lo guardas para después pero se acabó eso de ir dándome los restos que ya no estoy para estos ‘menesteres’. Y uno así se libera de esa carga emocional llevada tanto tiempo y el estómago lo agradecerá enormemente. Las madres, grandes contenedoras familiares, deberían hacer más de lo mismo pero deben ser ellas, por ellas mismas, las que dejen este papel e intentar relajarse a la hora de la comida. Quien no pueda más o a quien no le guste pues nada, se acabó. No podemos pasarnos la vida llenándonos con los restos de los demás, debemos sentirnos libres para que así nuestra vida fluya y más si compartimos la vida con nuestra familia. Una cosa es compartir, compartir tu vida, tu comida y otra cosa es llenar el buche con basura ajena, aquí ya sabéis, me refiero a la basura ajena en todos los sentidos.
Salud y Buenos Alimentos
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com


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