Revista Baloncesto

El corazón de Sergio Llull

Publicado el 09 febrero 2014 por Toni_delgado @ToniDelgadoG
El base menorquín anota a falta de una décima la canasta que le da al Madrid su 24ª Copa del Rey ante un Barça penalizado por los tiros libres (76-77)

El corazón de Sergio Llull

Sergio Llull y Sergio Rodríguez se abrazan tras el partido - ACB Photo. 


Hasta llegar a ese Sergio Llull (Maó, Menorca, 1987) con ganas de abrazarse a todos sus compañeros y que acaba oculto entre varias camisetas blancas se sucede una final fabulosa, la mejor de los últimos años desde la de 2009, cuando Pete Mickeal resolvió en la prórroga con ocho puntos y haciéndole un tapón a Berni Rodríguez en Madrid. Ocurre en Málaga, en un Martín Carpena asombrado por un duelo entre dos gigantes con ganas de desempatar en el número de Copas del Rey. Ambos llevan 23 y con un triple a 2m 29s Nikola Mirotic (MVP
de la final) parece decantar la balanza a favor del Madrid (64-71). En una situación tan límite el Barça hace de tripas corazón y se pone 76-75 con un dos más uno de Oleson a 8'8 segundos. Xavi Pascual ordena no hacer falta y Sada atosiga a Sergio Rodríguez. Papanikolaou duda y decide ir a la ayuda. Al Chacho le sobra sangre fría para ver solo a Llull, que mete, a una décima, una canasta que le convierte en el héroe final de la 24ª Copa de su equipo (76-77). Al Barça le penalizan, entre otras cosas, el nefasto balance en tiros libres (15/27) y un partido descafeinado de su capitán, Navarro (1/9). 

Todo ha sido tan repentino que cuando a Mirotic, decisivo con 17 puntos y 11 rebotes para 32 de valoración, le preguntan por la jugada en TV3 cree que ha sido un triple. El ala-pívot por el que suspiran los Bulls reivindica la entereza de su compañero: "Esos los tiros tiros de Llull, esos [repite] son los tiros de Llull. Los mete cuando es más importante hacerlo". Y el propio Llull, con la red de la canasta colgada del cuello, le da el mérito a "las manos del Chacho. Me ha visto con el rabillo del ojo. Estaba solo y por suerte ha entrado. Nunca me he escondido. He fallado tiros, pero me ha llegado la recompensa". Llull se refiere a quienes le señalan por fallar lanzamientos en momentos clave. Quizás no recuerdan que Llull fue quien inició el ciclo de éxitos de Pablo Laso siendo fundamental -y MVP de la final- en la Copa de Barcelona de hace casi dos años en el Palau Sant Jordi. Ése fue el primero de los cinco títulos (una Liga, dos Copas y otras tantas Supercopas) del Madrid de Laso, que ha descontado tres títulos ACB. En los tres fue decisivo otro al que, como a Llull, no le faltan personas que le cuestionen. El mismo que ha mantenido a flote al Barça tras el descanso, después de dos triples y una contra de un Rudy espléndido (19 puntos, 4/5 triples). Marcelinho Huertas. 

Lorbek y Tomic

Hasta entonces el base brasileño había sido el faro del Barça en un primer cuarto en el que los azulgrana sacaron mucho partido a sus pívots, con Lorbek y Tomic repartiéndose 12 puntos. El 5 croata le sacó dos personales rápidas a Rudy, que ya anotaba de carrerilla. Y Oleson, que sería básico para defender a Sergio Rodríguez, fue el único exterior en anotar en ese período, que tuvo dos finales, pues se estropeó el marcador y se acabaron jugando los seis segundos extraviados. El tirador de Alaska los aprovechó para anotar sobre la bocina. 

El Chacho no era capaz de sacar su magia y el Barça se vaciaba en los rebotes ofensivos (capturó 11 más), aunque le restaban los tiros libres desperdiciados (Dorsey se llevó la palma con un 1/6) y la poca puntería con los triples (5/20). Hasta 17 minutos tardaron los azulgrana en meter un triple. Lo hicieron a la novena con uno de Abrines, que poco después metió otro. Hizo méritos para contar más para Xavi Pascual, que le dio menos de siete minutos en un partido difícil para Navarro. La Bomba solo estuvo cómodo en la rueda de calentamiento, en la que enlazó 18 triples seguidos. La única canasta en juego del capitán azulgrana fue la última de la primera parte (42-38). El Madrid no era el Madrid: no había recuperado ninguna pelota y había perdido nueve. Mérito de un Barça que estaba consiguiendo imponer el ritmo que más le convenía y apenas le daba un respiro.  

Huertas, al rescate

Huertas, que hasta entonces había tirado dos veces, se puso al equipo a sus espaldas y metió 11 puntos en un tercer cuarto marcado por un pique entre Slaughter y Tomic -reparto de técnicas-. El base brasileño estuvo 13 minutos seguidos sin descanso en pista y Pascual le dio oxígeno un instante. Casi nada, pues Sada salió acelerado y en un suspiro se precipitó en un ataque y le hizo personal a Reyes. Los azulgrana entraron en bonus muy rápido en el último cuarto. Mirotic volvió a surgir en los momentos decisivos, Huertas volvió a rescatar a su equipo, Navarro metió tres de los cuatro tiros libres que los que dispuso entonces y Oleson pareció firmar una remontada brillante. Pero ahí estaba Sergio Rodríguez en la última jugada para percatarse de que Llull estaba solo. El menorquín no dudó en tirar. 

"Menos mal que ha entrado", le dijo después a su presidente, Florentino Pérez, antes de abrazarle. Huertas, posiblemente el MVP de la final de haber ganado el Barça, describía la otra cara de la moneda: "Da mucha rabia perder siempre, independientemente de jugar bien o mal, perder de esta manera, un punto y en el último segundo, pues aún más, hace mucho daño y, sobre todo, después de haber hecho un gran esfuerzo, un gran partido"".
BARÇA 76 (17+25+17+17): Huertas (15), Navarro (5), Papanikolaou (2), Lorbek (8) y Tomic (14)-quinteto inicial-; Dorsey (7), Sada (0), Abrines (7), Oleson (11), Nachbar (7) y Pullen (0). MADRID 77 (16+22+22+17): Llull (9), Rudy Fernández (19), Darden (2), Mirotic (17) y Bourousis (2) -quinteto inicial-, Draper (5), Reyes (9), Rodriguez (8), Carroll (2) y Slaughter (4). Árbitros: Hierrezuelo, García González y Conde. Señalaron falta técnica a Slaughter y a Tomic, en el minuto 29. Eliminado por cinco faltas personales Reyes, minuto 40. Incidencias: Partido correspondiente a la final de la Copa del Rey disputada en el Palacio de los Deportes Martín Carpena, de Málaga, ante 11.000 espectadores. Mirotic, MVP de la final. 

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