El pasado viernes presentamos (Luis Garrido, redactor y periodista de La Opinión de Zamora y un servidor) "El día después" en la Biblioteca Pública de Zamora. Este libro es un claro exponente de lo que podríamos denominar narrativa de actualidad, una suerte de apropiacionismo que busca en los personajes reales y en el imaginario colectivo el sustento de la narración. De este modo, confluyen en sus páginas un protagonista llamado Esteban Alfaro y toda una pléyade de actores secundarios que no necesitan presentación: Pep Guardiola, Jorge Valdano, Donato Gama da Silva, Paco Buyo, Kiko Narváez...
Esteban Alfaro pretende demostrar una curiosa teoría en la que vincula los resultados deportivos con las decisiones políticas. Su fuente de información, los periódicos "serios" y su público, una legión de seguidores a través de Internet que buscan en sus pronósticos la información precisa para sus apuestas online. Dicho esto, "El día después" es un libro conspiranoico, sí. Eso es todo.
foto Emilio FrailePara tratar de explicar una conspiración, necesitábamos dotarla de realidad, porque la verosimilitud es un ingrediente fundamental para lograr cierta credibilidad. Por eso, obviamos la literatura, las influencias, las lecturas, los procesos de escritura y corrección y nos centramos, casi por completo, en el fútbol, en la trama.Todo nuestro discurso estuvo apoyado en material audiovisual. Somos una generación audiovisual, todo cuanto hemos aprendido lo hemos recibido a través de los ojos y, dotando de importancia al vídeo, conseguimos levantar las sospechas sobre el fútbol de los espectadores.Luis Garrido tuvo un papel destacado con una introducción elocuente y fundamentada, que sirvió para reivindicar el periodismo crítico e independiente. Una vez entramos en materia, conversamos en modo entrevista. Él hacía las preguntas y yo respondía a través de la voz de mi personaje. Una entrevista directa, inteligente, colocándome a mí y a mi novela contra las cuerdas una y otra vez.Durante la presentación, el Real Madrid jugaba un partido frente al Almería. Lo razonable era que el equipo blanco goleara al equipo andaluz, como así sucedió, pero durante más de una hora, todos y cada uno los asistentes creyeron en la teoría de Esteban Alfaro que, aplicada a la jornada liguera, pronosticaba sorpresa para tapar, como buenamente se pudiera, la aprobación de la famosa Ley Mordaza.Estará el señor Alfaro equivocado o los resultados deportivos están ligados, estrechamente, a los designios políticos y económicos. Descúbrelo en "El día después".