Revista Cultura y Ocio

El diamante negro de Atlantis, de Isha

Publicado el 05 septiembre 2011 por Quiquec

Para dar inicio a este post, quisiera aclarar que no es costumbre que en este blog se haga algún comentario acerca de los autores, a menos que guarde alguna relación directa con el análisis de los contenidos de un texto, pero en este caso hare una excepción. Esto debido a que siento que aquel nombre con el que va firmada la historia, es insuficiente, deja algo al aire que de manera provocativa (desde mi perspectiva es una intención implícita del libro), frente a un truco publicitario tan bajo, no queda más que mostrar aquello que ya estaba ahí presente desde un principio.Al igual que yo, muchas personas deben estar preguntándose ¿Quién demonios es Isha?
Debo decir, que de entrada, el leer aquel nombre, sin apellido y sin ningún dato más que el de una página web (www.isha.com) y un comiquísimo comentario acerca de su auto-superación espiritual no me trajo buena espina.Pero seguí adelante, decidí investigar confiando ciegamente en que si una persona no sabe algo, google si sabrá. Muy bien…
Búsqueda: ISHAPrimeros 3 resultados:             1. Página oficial de Isha   2. Blog oficial de Isha   3. Artículo de Wikipedia de Isha
Fue sorprendente descubrir cómo es que de tres páginas juntas no puede obtener más información que del “comiquísimo comentario”. (Eso dice mucho acerca de la valiosa información que contienen esas webs)Entonces, en síntesis, voy a presentar a la Isha que encontré en esos documentos: Australiana, de 49 años, no encontré su verdadero nombre, “iluminada”, “Maestra espiritual”. Le gusta cantar y domar caballos. Dedica su tiempo a su fundación “Educando para la paz”, y a dar simposios de redescubrimiento personal con el novedoso método “Isha” (¡Que original!) de revolución de la conciencia. En otras palabras, compre el libro de una “Charlatana” vendedora de ilusiones, conferencista metafísica, no muy diferente a cualquier otro que ofrece felicidad enlatada.
Dicho esto, pasare a lo importante del asunto, la reseña de “El diamante negro de Atlantis”, en la cual tratare de que no influya (demasiado) la impresión que me ha dejado su autora.Me gustaría empezar con la forma de la escritura, es descriptiva, exageradamente para mi gusto, valga aclarar que no me refiero a que las descripciones son extensas o que toman un lugar central, sino a que, simplemente, todo el texto está pensado de forma visual, por así decirlo. Este tipo de redacción del texto es de lo más normal para narrar historias fantásticas, pero en este caso no llega a ser suficiente, falta adaptabilidad de entrada. La descripción de los personajes, aunque intenta ser profunda, es artificial en extremo, llegando fácilmente a desmerecer sus acciones, falta intensidad, pero más que todo, falta un concepto que le pueda dar forma a la narración, de modo que llega a ser totalmente lineal, es uno más uno más uno… En cuanto a los personajes, hay dos principales, cuyas historias están entremezcladas, al resto no vale la pena tocarlos, ya que son personajes de guion, que, lamentablemente, tienden a manejar sus roles de una manera totalizada, el malo siempre es malo, el bueno siempre es bueno, y el tonto siempre es tonto. Los dos personajes principales se muestran ligeramente más humanos, pero aun así queda ese mal sabor de los roles extremos, uno de los personajes, Shannon, muestra experiencias que como tales, son interesantes y tienen valor por sí mismas, pero la forma de narrarlas las convierte en algo nimio. La planificación del relato como tal, sin ser remarcable, es interesante, el rumbo de la historia es potable y está presente, como un elemente, tal vez el único, que empuja a continuar con la lectura. El entorno, relacionado con elementos espirituales y metafísicos, tiende a manejar ese estilo de parábola, de vivencia significativa, que es a la vez un conflicto y llega a una resolución por la vía moral y la de enfrentamiento a la situación, al mero estilo de Paolo Cohelo y sus narraciones reflexivas. Lamentablemente el alejamientos de los personajes, por el estilo descriptivo de la narración, no combina bien con esta intención de acomodamiento del libro, por otra parte, la misma escritura aplasta mucho a cualquier reflexión profunda de la autora, cruzando esa delgada línea que separa lo bello, espiritual de lo cursi, inauténtico.Si algo de bueno queda en este libro, está en las ideas, está en el concepto que se ha querido construir, porque no le falta contenido a nivel de relato o de material significativo. Pero es vacío en cuanto a conceptos, pobremente escrito y mal dirigido. Desde mi punto de vista, eso tiene la sencilla explicación de que la persona que ha escrito ese texto, es principiante, va aprendiendo recién, pero posiblemente sobreestimo sus habilidades como escritora.
Calificación final: 3/10

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