Temática: la negación de la pérdida.
Sinopsis: Amelia, una joven viuda, empieza a preocuparse por la extraña conducta de su hijo de seis años, que vive aterrado por un monstruo que se le aparece en sueños y amenaza con matarlos. La madre, empieza a sospechar que los temores de su hijo podrían ser más reales de lo que parece cuando empiezan a aparecer señales de una presencia extraña en la casa.
Comentario: aunque no es la primera película de terror que habla del duelo (véase la acojonadora Al final de la escalera, de Peter Medak), quizás sea una de las más profundas y originales. Una auténtica metáfora sobre el monstruo interior.
Recomendada por: a nivel puramente lúdico, hay una buena dosis de sustos apreciables para los amantes del género, un delicioso monstruo expresionista y una experiencia cinematográfica desafiante y diferente. Y a un nivel más profundo, ofrece una originalísma visión de las consecuencias emocionales de un duelo negado y postergado, al igual que plasma el yo oculto y oscuro que se sepulta bajo el silencio del dolor, en el que nos revelamos con los verdaderos enemigos de nosotros mismos.
La frase: “- Ya van a ser siete años- ¿No es momento de que ya lo hubieras superado?
– Lo he superado. No lo menciono. No hablo de él.”
La crítica dijo: Sin lugar a dudas, una de las mejores propuestas de terror de los últimos años. (Dante Martín, CYB)
Conclusión: A pesar de su paso multipremiado por diversos festivales, muchas personas se quedaron en la superficie sin captar por completo su segunda y mucho más interesante lectura: os invito a abrir la mente para que no os pase desapercibida.
Trailer: