A menudo se ve en las pantallas de cine un reflejo tan perfecto de la realidad que asusta, unas verdades como puños que te dejan tambaleando medio aturdido y una cantidad de información tan trabajada y reflexionada que, como no tiene que convencer a ningún accionista del rotativo o seguir a la letra una línea editorial dictada de antemano, se acerca más al verdadero periodismo de investigación que a una simple película de diversión. Con cambiar los nombres y lugares de los hechos podríamos pensar que estamos en casa.
Santiago Mitre escribe como si Balzac resucitado se decídase a retratar a los Vaurin y Rastignac de la nueva Comedia Humana que, desde hace muchos años, se ha transformada en una Tragedia Corporativa en la que los intereses de los grupos se utilizan para, por, hacia y en beneficio propio. Ya no existen personalidades, sólo personajes que encarnan los defectos de un sistema que llega a su fin.
En su primera película, tras un par de cortos, y su excelente trabajo como coguionista en Leonera (2008) y Carancho (2010), Roque encarna el recorrido sentimental moderno: del ansiado encuentro se pasa al consumo masivo y del amor al interés. Malos tiempos para la lírica y la pastoral.
Visto lo arriesgado de su argumento, el director sabía que no contaría con ninguna subvención y la reducida financiación del proyecto (30.000 $) ha sido asumida por una sociedad de producción creada al efecto. Sin perjuicio de que el presupuesto tan ajustado no ha afectado a la estética de la película, ni ha impedido que arrase con varios importantes premios, en diversos festivales internacionales. Otro motivo más para ir a verla.
Roque es el estudiante (más adelante diremos de qué materia) que se estrena en una universidad bonaerense, encarnado por Esteban Lamothe en estadio de gracia. Como no tiene mucha vocación por los estudios se dedica a lo más estimulante que puede ofrecer una concentración tal de hormonas y testosterona: ligar. Aunque no posee el tipo de galán, su carita de San Bernardo produce su efecto y las conquistas empiezan a desfilar.


