Uno de los grandes temas de la filmografía tanto de actor como de director de Clint Eastwood ha sido el género bélico, aunque domina casi todos ellos como ha demostrado con películas 5 estrellas como Sin perdón, Fuera de la ley, El intercambio y Million dollar baby. Sin embargo, con Gran Torino, una de sus obras maestras, parecía que había enterrado el “hacha” de guerra que vuelve a resucitar con su nuevo trabajo: El francotirador.
Esta película se basa en las memorias de Chris Kyle, que cuenta su experiencia en la Guerra de Irak. Entre los cineastas que barajaron el proyecto estuvo Steven Spielberg. Como dato curioso, este militar antes de morir expresó que el citado Eastwood era el candidato idóneo. La película, de algún modo y salvando las distancias, guarda ciertos paralelismos con El sargento York de Howard Hawks en gran parte del planteamiento porque nos encontramos con que su protagonista protege a sus compañeros, aunque vaya en contra de su modo de pensar.
Estos son los nombres de los actores que participan en este relato cinematográfico: Sienna Miller, Lukes Grimes Kyle Gallner y la indiscutible estrella, Bradley Cooper, que ha recibido su tercera nominación consecutiva, hito conseguido por actores del talento de Gregory Peck, Jack Nicholson, Spencer Tracy o Russell Crowe. El mencionado intérprete muestra gran cantidad de registros, pues esta cinta tiene momentos tristes y alegres, acompañados de trepidantes escenas junto a varias situaciones que nos permitirán esbozar una sonrisa.
Este largometraje presentas distintos dilemas morales a los que se enfrenta un cristiano practicante como el de por ejemplo: ¿Cómo actuar cuando tus compañeros están en peligro y un niño se acerca con una granada en la maño para lanzarla contra ellos? La familia es otro tema de gran importancia porque podemos comprobar cómo la comunicación tanto en sentido positivo como negativo parece esencial para el buen funcionamiento o no de una relación de pareja. Finalmente, el realizador no elude la idea de las consecuencias que la guerra deja en sus participantes y la huella psicológica con la que marca hasta a la persona aparentemente segura.
La dirección de Eastwood vuelve a sorprendernos, ya que ha filmado las escenas de acción con maestría, no siendo una de las especialidades de este hombre, un detalle que no ha pasado desapercibido por parte de la Academia de Hollywood, pues la cinta no sólo ha recibido nominaciones a mejor película o actor, sino a los efectos de sonido. Tras La teoría del todo y Whiplash, ésta es la tercera de mis favoritas, aunque Boyhood y Birdman tienen todas las papeletas para hacerse con la ansiada estatuilla. El único pero que le podemos poner a la producción en cuestión es que puede resultar reiterativa.
La película ha arrasado en la taquilla estadounidense, aunque no está exenta de polémica. Algunos verán un exceso de patriotismo, pero en ese país conocen el modo con el que hay que tratar a sus héroes a diferencia de lo que lo ocurre a los españoles que ahora y muy lentamente están empezando a darse cuenta de la importancia de sus hazañas como es el caso de la Contra armada, Blas de Lezo y otros hechos silenciados. Y es que resulta emocionante el homenaje que muchos estadounidenses rindieron a este recordman de la élite de ejército americano. Por cierto, varias han sido las películas, videojuegos y cómics, donde se destaca la labor para bien o para mal de estos soldados especializados (publicado en Páginas digital).