Revista Arte
El Futurismo es un
movimiento artístico nacido a principios del Siglo XX en Italia,
dentro de la oleada de “ismos” producidos en esa época. Abogó
por una total ruptura con el pasado cultural en todas y cada una de
las ramas artísticas, defendiendo los valores que creían
fundamentales: el valor, la audacia y la revolución.
En 1910, el poeta Filippo
Tommaso Marinetti publicó el “Manifiesto Futurista”, en el que
recogía los principios de este movimiento artístico. Un año más
tarde, un grupo de pintores italianos (Balla, Boccioni, Carrá,
Russolo y Severini) firmó el “Manifiesto de los Pintores
Futuristas”.
El estilo pictórico, a
pesar de querer romper con todo su pasado, se fundamenta en el
Cubismo. De hecho, las primeras obras futuristas poco se diferencian
de algunas de esta tendencia. La obsesión de estos artistas por
plasmar el dinamismo y la velocidad, pronto hizo que el Futurismo
recorriera su propio camino artístico, alejado de la estética
cubista.
Las obras pictóricas del
Futurismo se caracterizan por el color y por las formas geométricas,
y en su obsesión por plasmar el movimiento, idearon una técnica
consistente en pintar el mismo objeto en posiciones diferentes, lo
que con la ayuda del emborronamiento, generaba una sensación de
dinamismo en la imagen. Una rama del Futurismo tendió hacia la
abstracción, dando lugar al Rayonismo.
A pesar de tratarse de un
movimiento propiamente italiano, y que su desarrollo fundamental se
dio en el país transalpino, su influencia traspasó las fronteras,
llegando a estar muy presente en Rusía, Bélgica, España o
Portugal.
El futurismo tuvo poca
presencia temporal, pero su importancia deriva de la ruptura con las
técnicas anteriores, lo que permitió el desarrollo de otras nuevas.
Además, al tratarse de una de las primeras vanguardias, allanó el
camino a los posteriores movimientos artísticos innovadores.
Los principios
futuristas, en su afán renovador, buscan nuevas realidades que le
sirvan de referencia, encontrándola en las máquinas, que
transmitían, según ellos: fuerza, rapidez, velocidad, energía.
Movimiento y deshumanización. El pensamiento futurista tendía hacia
la misoginia y la belicosidad, por lo que fue una base oportuna para
el posterior pensamiento fascista nacido en Italia.