Las emisiones de óxido nitroso (N2O), también conocido como gas de la risa, podrían duplicarse en el año 2050. Este gas tiene un alto potencial contaminante que influye directamente en la recuperación de la capa de ozono, por lo que podría agravar el cambio climático.
“Es el tercer gas de efecto invernadero más potente liberado a la atmósfera. El segundo es el metano”, añadía Jospeh Alcamo, científico jefe del PNUMA. Entre los puntos más importantes que han destacado los expertos están las medidas de mitigación de este gas, que podrían suponer un valor de más de 160 mil millones de dólares al año en sectores económicos diversos. “Un trabajo previo del PNUMA, citado en el informe, indica que una mejora en su eficiencia en un 20% costaría alrededor de 12 mil millones de dólares anuales, pero se ahorraría alrededor 23 mil millones en costes solo de fertilizantes”, apuntaban. Este gas existe de forma natural en la atmósfera en pequeñas cantidades, pero las actividades humanas han aumentado sus concentraciones desde la revolución industrial. Según los científicos, su reducción supondría el aumento de la productividad agrícola y ganadera, la mitigación de la pobreza, la mejora de la salud humana y la reducción de la degradación del medio ambiente. La mayor parte de la destrucción de la capa de ozono de la estratosfera se debe a los clorofluorocarbonos (CFC) y otros derivados. Sin embargo, estos productos químicos –a diferencia del N2O– están controlados por el Protocolo de Montreal, un tratado internacional diseñado para proteger la capa de ozono. La agricultura es, con mucho, la mayor fuente de N2O de origen humano (representa dos tercios de estas emisiones). Otras son la industria y la quema de combustibles fósiles, así como la quema de biomasa y de aguas residuales. (Fuente: SINC)