Fiel a su historia, David Ferrer tuvo que remarla para terminar festejando dentro de un court de tenis. Como sucedió en 2010, la final del ATP World Tour 250 de Buenos Aires tuvo a dos protagonistas españoles pero, en esta ocasión, el valenciano fue quien se quedó con el trofeo luego de superar -en casi dos horas de match- a Nicolás Almagro por 4-6, 6-3 y 6-2.
Sin dudas, la alegría del pupilo de Javier Piles se debía a que saldó una cuenta pendiente en un torneo que anteriormente habían ganado sus compatriotas Carlos Costa, Alex Corretja, Carlos Moyá, Tommy Robredo, Juan Carlos Ferrero (su verdugo hace dos temporadas en los Bosques de Palermo) y el mismísimo Almagro, a quien destronó en nuestro país y, además, le cortó una racha de diez victorias seguidas con la paternidad como bandera gracias al 9-0 sobre el murciano.
Para el nacido en Jávea, la Copa Claro significó la segunda corona en este 2012 (a principio de año ya había conquistado el Abierto de Auckland) y la decimotercera de su carrera. Asimismo, Ferrer se llevó en su raquetero otros laureles, ya que recibió el premio Charly Gattiker a la garra y la Copa Río de la Plata.
Sin tanta repercusión, la impecable tarde vivida en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, había comenzado con el triunfo de David Marrero y Fernando Verdasco, responsables del 6-4 y 6-4 ante Michal Mertinak y André Sá. Por lo cual, la pareja de la Armada Española tomó el legado de Oliver Marach y Leonardo Mayer, campeones de la anterior edición en esta modalidad.
La foto corresponde a la página oficial de la Copa Claro