(Varsovia, 02/12/2011, EFE)
El general Wojciech Jaruzelski, último dirigente de la Polonia comunista, reflexiona en un libro publicado ayer sobre la Ley Marcial de 1981, una medida que dejó cerca de cien muertos y que el militar califica como “mal menor”, ya que evitó el “mal mayor” que habría supuesto una intervención soviética.
Jaruzelski, de 88 años y en delicado estado de salud, reconoce que su libro “30 años después” es su última oportunidad de reflexionar sobre los acontecimientos que durante la década de los 80 agitó el régimen comunista.
“Mi estado físico y mental no me permitirá abordar tener otra ocasión”, reconoció el veterano general en una entrevista en la cadena de televisión TVN24, donde insistió en que la falta de un análisis riguroso sobre lo sucedido hace tres décadas hacía necesaria la publicación.
El que fuera último presidente de la Polonia comunista reconoce el drama que provocó la adopción de la Ley Marcial, que entre el 13 de diciembre de 1981 y el 22 de julio de 1983 restringió drásticamente la vida de los ciudadanos polacos con un saldo de miles de detenidos y cerca de cien muertos.
En la entrevista Jaruzelski asegura que la medida no era ningún secreto, ya que Estados Unidos estaba al tanto de la decisión del Gobierno polaco, aunque sí reconoce que previamente no se informó ni a la Iglesia católica, ni al Papa Juan Pablo II ni al sindicato Solidaridad.
El militar defiende que la imposición de la Ley Marcial pretendía tranquilizar a Moscú, nervioso ante la agitación que se vivía en las calles polacas y el ascenso del sindicato Solidaridad, liderado por Lech Walesa.
Para Jaruzelski la medida sirvió para tranquilizar al Kremlin y evitar una intervención militar soviética en Polonia, algo que habría tenido efectos catastróficos.
“No hablo sólo en mi nombre sino también en el de todos los que entonces apoyaron la Ley Marcial, incluidos los militares a los que ahora se quiere acusar de crímenes contra el pueblo”, subrayó.
El exdirigente comunista también se refirió a la vigilia anual que cada 13 de diciembre se concentra en los alrededores de su residencia en Varsovia, durante la cual sus detractores protestan por la introducción de la Ley Marcial.
El propio Jaruzelski confiesa que el año pasado la concentración fue especialmente numerosa, casi como si se tratase del concierto de una estrella del pop, bromeó el militar.