Revista Arte

El paisaje después de patinir

Por Arela

EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR

BRUEGHEL EL VIEJO: "La cosecha", 1565

EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR

EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR

BRUEGHEL: "Los cazadores en la nieve", 1565
“Los cazadores en la nieve”, es una obra del pintor flamenco Pieter Brueghel el Viejo, perteneciente al ciclo de seis obras sobre los «Meses» del año. Representa el invierno o los meses de diciembre y enero. 

EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR
Brueghel es uno de los pintores que mejor ha sabido captar ls cambios que se producen en la naturaleza a lo largo de las estaciones del año. En la obra de Brueghel los hombres son una parte más del paisaje al igual que las plantas o los animales.
EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR
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EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR

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EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR

SIMON BENING:“Penitencia de San Jerónimo”, 1515

La edad moderna, con su interés creciente por el conocimiento, observará con atención el espacio físico en que estamos inmersos y lo estudiará con el espíritu científico propio de un nuevo modo de entender el mundo, a través de la razón. La geografía se desarrollará en distintos ámbitos inseparables: el físico, el humano y el económico. A partir del siglo XVI la cartografía adquiere valor científico y se convierte en una ciencia auxiliar imprescindible para la Geografía lo que influirá en la pintura, en el interés por representar los espacios naturales, los escenarios físicos donde el hombre despliega sus actividades. 

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CORNELIS VAN DALEM   Paisaje con pastores   c. 1550-1560

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El mundo se podía interpretar como un todo con una serie de interrelaciones. El espacio natural en el que discurre la vida será centro de interés esencial también para el arte. En la pintura se puede advertir la inmensidad de la naturaleza en contraste con la pequeñez de los seres que la habitan.
EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR
El paisaje como espectáculo que depara placer estético se descubrió con Patinir, primer maestro del nuevo género.
EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR
Para plasmarlo, Brueghel sigue la técnica de Patinir: utiliza distintas gamas de color para representar la profundidad, elige un punto de vista alto desde donde observar la amplitud de un paisaje con todos los elementos que lo componen y sitúa la línea de horizonte muy alta.El deseo de abarcar con la mirada una superficie lo más amplia posible era compartido, por razones prácticas, por capitanes y grandes comerciantes. Ambos necesitaban mapas que describieran rutas a larga distancia.
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BRUEGHEL: “Paisaje con la caída de Ícaro”, 1558
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Las figuras en esta obra, ocupan un pequeño espacio. Se encuentran en medio de una bahía con un bosque, montañas, un lejano puerto y un sol ocultándose en el horizonte. Da la sensación de que el artista quiere resaltar la insignificancia del hombre frente a la naturaleza.


EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR

EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR

BRUEGHEL EL VIEJO: "El triunfo de la muerte", 1562-1563
Obra de carácter moralizador que muestra el triunfo de la Muerte sobre las cosas mundanas, simbolizado a través de un gran ejército de esqueletos arrasando la Tierra. Al fondo aparece un paisaje yermo donde aún se desarrollan escenas de destrucción. En un primer plano, la Muerte al frente de sus ejércitos sobre un caballo rojizo, destruye el mundo de los vivos, quienes son conducidos a un enorme ataúd, sin esperanza de salvación. Todos los estamentos sociales están incluidos en la composición, sin que el poder o la devoción pueda salvarles. Algunos intentan luchar contra su funesto destino, otros se abandonan a su suerte. Sólo una pareja de amantes, en la parte inferior derecha, permanece ajena al futuro que ellos también han de padecer. 

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EL PAISAJE DESPUÉS DE  PATINIR
El concepto de “forma de expresión compensatoria” es muy visible  tanto en Brueghel como en EL BOSCO. Aunque unas décadas más joven que Patinir, compartió con él el interés por representar el espacio natural en que actúan los personajes. Tendencia que fue común en la escuela flamenca del siglo XVI. 

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EL BOSCO: "Las tentaciones de San Antonio", 1505-1506

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El panel central muestra la atracción del Bosco por la habilidad santa de rechazar la tentación. Contiene escenas con todas las posibilidades de perversión ofrecidas al ermitañoAntonio se arrodilla ante un altar, bendiciendo con una mano y señalando un Cristo en miniatura, única salvación posible y mirando al espectador. En contraposición, a su izquierda los demonios asisten a una misa sacrílega celebrada por sacerdotisas, entre las cuales hay una negra que lleva una bandeja sobre la que hay un sapo, símbolo de brujería pero también de lujuria; un músico vestido de negro con cara de cerdo y con un búho sobre la cabeza, símbolo de herejía, y un lisiado, que se preparan para comulgar. Junto a ellos, una pareja de ricos engalanados juega a los dados.

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Vuelo y caída de san AntonioPanel de la izquierda: en lo alto del cielo, el santo con las manos juntas, es llevado por una nube de demonios

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Brueghel reflejó fielmente las costumbres del pueblo flamenco mostrando una gran capacidad de observación. Aunque insiste en plasmar la anécdota y el detalle, sus composiciones presentan espacios muy amplios en los que predomina la visión panorámica en la que el paisaje es protagonista.

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Brueghel "el Viejo": "Mercado y lavadero en Flandes", 1620


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