Revista Sociedad

El pazo

Publicado el 15 diciembre 2020 por Salva Colecha @salcofa

“El pazo de Meirás contará la historia de los Franco y de Emilia Pardo Bazán” Carmen Calvo

Ochenta y dos años han pasado desde que llegaron los Franco con sus chancletas, escopetas y ganas de veraneo, de fotografías y de hacer los dientes largos a propios y extraños. A propios porque no se podía entender porque esos

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señores seguían allí después de muerto el dictador al que le habían donado la casa a base de “gentiles aportaciones a punta de pistola. Y a extraños porque no concebimos como   la que fue casa de Emilia Pardo Bazán, donde nació Sabela y correreaba Perucho y donde daba rienda suelta a un carácter que le llevó a enzarzarse en una pelea con Ravachol, el loro del farmacéutico, seguía en manos de una familia que llegó con las manos manchadas de sangre, amenaza y dolor, con el estigma de una guerra civil y una dictadura.

El pazo que construyó doña Emilia no era de los Franco, al igual que el país no lo fue del Caudillo, aunque se comportase como si lo fuese. En el segundo caso sirvió el inexorable paso del tiempo para revertir la situación, en el

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primero una interminable batalla judicial para desalojar a los que se aferraban a la nostalgia. El pazo ahora es de todos, sus torres, sus jardines han pasado a ser de Estado. Pero no lo perdamos de vista no nos vaya a pasar como a los animales de “Rebelión en la granja” que vieron como la casa del granjero acabó ocupada por Napoleón y los suyos, quienes se comportaban como el mismísimo granjero. Reivindico mi derecho a pasearme con mi uniforme de turista (camiseta estampada incluida)  por sus habitaciones, por ese
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baño tan Kisch… . Andar con los ojos abiertos como platos imaginando a la Condesa de Pardo-Bazán escribiendo en cualquier rincón a Don Benito Pérez  Galdós unas cartas que ya quisiera tener en sus zarpas cualquier programa del corazón. O componiendo obras irrepetibles como “Los pazos de Ulloa”   y ¿Por qué no? A Doña Carmen Polo paseando en batamanta.

Deberíamos conseguir que sea público, no vaya a caer alguien en la tentación de apropiárselo. ¿Exagerado? Pues no se yo que decirte en un país en el que parece que las cosas se peguen en las manos como con superglue y más después de

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ver como el líder de la oposición olvida hasta el artículo 14 de la Constitución (ya sabes, aquello de que “Todos los españoles serán iguales ante la Ley y bla. Bla, bla…”) , al igualito que en el libro de Orwell,  para intentar justificar que un monarca emérito  que ha olvidado que su institución se sostiene por el ejemplo y una dosis de “misterio” a partes iguales se haya dedicado a esquivar sus obligaciones fiscales regalando tarjetitas a sus allegados (por supuesto que a los Reyes no…acabáramos!). Todo para sonsacar unos cuartos como si tuviera que hacer malabarismos
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para alimentar a la proloe. Dinero que vendría de perlas visto como las estamos pasando. Y encima lo hace tan mal que le pillan hasta el punto de que el fisco no se acaba de creer la historia, igual piensan que  pueden cerrarnos la boca con una cifra que nos suena a miseria, al chocolate de Ravachol, el loro de don Perfecto. Seguramente siguen sin enterarse que en pleno S.XXI lo único que puede mantener una monarquía es una extraña mezcla de ejemplaridad y misterio en sus dosis exactas. 


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