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Esta es la historia de un chico, un cocinero catalán que por esas vueltas que da la vida terminó viviendo con su familia en Alcalá de Henares. Era un joven hiperactivo y apasionado de los fogones, vamos, un friki de la cocina, tanto, que igual hacía recetas y las colgaba en su blog, elaboraba platos infantiles mientras dirigía talleres con ellos cocinando, se dedicaba a amasar pan de diferentes tipos y experimentar, o concretaba en su cabeza la puesta en marcha algún día de un restaurante, que por ser una idea solo era imaginario. Todo esto mientras trabajaba en otro restaurante como empleado, hacía rutas de varios kilómetros corriendo y criaba dos niños con su mujer. Un crack.
Pues resulta que no hace mucho, ese restaurante que imaginaba dejó de ser imaginario aunque siguió con el mismo nombre.
Y este post es para contaros cómo disfrutamos nuestra visita a El Restaurante Imaginario de Iván Plademunt en Alcalá de Henares.
A Iván lo conocemos desde hace un tiempo, es un chico muy agradable, con un humor negro cuando ya entra en confianza que te hace reír. Se le nota que le gusta lo que hace y eso se refleja en el local, un espacio que resume en varias salas su proyecto: una cocina a la vista donde crea, una barra y sala de aspecto más informal para dar menús del día y servicio de desayuno, más allá un pasillo en donde se exhiben cacharros gastronómicos que están a la venta, y al final lo más especial, un bonito salón con cocina eléctrica donde podéis comer menús degustación los fines de semana y donde el cocinero realiza showscookings y talleres para niños de cocina. Todo en uno.
Iván Plademunt
Pero este post va principalmente de comida, la que hizo Plademunt la noche que fuimos. Le solicitamos un menú degustación para probar un poco de todo, no sin antes advertirle de las muchas alergias de mi chico (el chef, ya sabéis quién es) a lo que se adaptó perfectamente. No obstante, comienzo con una recomendación etílica producto de nuestro descubrimiento de esa noche, la cerveza.
Pedimos una botella de Enigma Premium Ale para probarla por curiosidad, y nos gustó tanto que ya nos quedamos bebiéndola el resto de la cena. Se trata de una cerveza artesanal hecha en Alcalá, y me encantó su sabor suave y tostado con amargor final sin ser nada fuerte. Una pasada. Aquí tenéis la web para que la conozcáis.
Después del hallazgo cervecero comenzamos con la comida, siete platos que fueron progresivamente sorprendiéndonos, os voy mostrando las fotos y os cuento:
Foie micuit con mermelada de arándanos. Un sabor casero que a Iván le traen desde Francia, igual que el pato. Riquísimo.
El segundo plato fue una sorpresa. Como veis en la imagen, a simple vista era un simple trozo de rulo de cabra al horno. Lo interesante se daba al saborearlo con sus acompañantes, una mermelada de cebolla junto a unos claveles chinos comestibles que sabían a cítricos.. La delicadeza de la combinación me encantó. Era hacer de lo sencillo algo especial.
¿A que parece un tomate y poco más? pues era un Bloody Mary y caviar de cítricos. Con una pequeña cuchara comimos el interior de la verdura congelada que tenía todo el sabor del coctel, fuerte y refrescante al mismo tiempo. Buenísimo.
La primera carne: presa ibérica con setas y salsa de ostras, un plato riquísimo totalmente nuevo para mí.
(Paréntesis en los platos). Pan de espelta hecho en casa, tenéis que probarlo.
Este fue el intermedio para el siguiente segundo, y uno de los sabores que más disfruté. Guacamole con nachos. Lo diferente de este guacamole era la preparación, elaborado con hierbalimón, cilantro, tabasco y otros detalles que le daban un gusto refrescante. Se me hace agua la boca mientras os hago la descripción.
He puesto la secuencia para intentar transmitiros lo atractivo de este plato. Al quitar la campana todo el olor de la madera inundaba la nariz (esta frase me quedó poética) y ya quedaba la sensación los siguientes minutos. Esto, junto a las rodajas de manzana horneada, la compota de manzana casera y las miniverduritas que veis en la foto, acompañaban al ingrediente central que era el confit de pato logrando un principal espectacular. Y mira que el pato no es de mi carnes favoritas.
El postre para cerrar, un sorbete de limón, pero no uno cualquiera, era un sorbete de limón al cava con el toque de las rosas que se ven al comienzo de la bebida.
Hasta aquí la cena. Ya veis que mal lo pasamos. Cierro con otro punto que quiero mencionar porque soy la primera que dice que el salón es la zona menos valorada de la restauración. La atención que recibimos de Israel, el jefe de sala. Fue fenomenal, dedicada y esmerada, siempre atento a cualquier solicitud nuestra y dispuesto a resolvernos cualquier duda, eso se agradece y hace que el conjunto sea genial….
Me gusta mucho asistir al comienzo de historias y ser testigo de ellas. Y más cuando son historias hechas con ilusión y ganas como esta de Iván. No olvidéis este sitio cuando visitéis Alcalá de Henares.
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El Restaurante Imaginario de Iván Plademunt Calle/ Francisco Díaz, 1. Junto al parking de los juzgados. 28001. Alcalá de Henares Ticket medio: en carta 20 25 euros. Menú 11.00. Menú degustación 25 y 32. Teléfono de reservas: 637133000Archivado en: Visitas