Oliver Parker ya llevó a la gran pantalla hace poquitos años La importancia de llamarse Ernesto, lo que demuestra la pasión de este cineasta por la obra de Oscar Wilde.
Yo también me considero una apasionada del escritor irlandés y, cuando pasa algo así, vas con miedo a ver una adaptación cinematográfica. Considero que el trabajo de Parker para El retrato de Dorian Gray es bastante correcto y resultón. Ha respetado la obra original, añadiéndole ciertos toques y tramas que al lector pueden sorprender porque no sabe en qué derivará el nuevo enfoque y que consiguen atrapar al espectador que nunca leyó la novela en su butaca (de hecho, creo que si no la hubiera leído, habría disfrutado más). Se podría decir que se ha modificado un poco el original pero sin llegar a profanarlo.
Bien por Bed Barnes y sin duda por Colin Firth y mal por el retrato. De verdad, no hacía falta que se moviera, gesticulara y asustara.
¿Le hubiera gustado a Wilde? Yo creo que un poco sí. Al menos Barnes le hubiera encantado...