– Marina Muñoz Cervera –
El silicio ayuda al mantenimiento de nuestra salud.
El sílice, tras el Oxígeno, constituyen los dos elementos más abundantes de la tierra.
Y con el nombre de Silicio se engloban múltiples compuestos que contienen sílice en su composición.
Vamos a conocer un poco más a fondo este mineral.
Su forma soluble es el ácido silícico, componente de algunos suplementos de sílice.
Pero hay muchos otros compuestos, que derivan de la alta capacidad del sílice para combinar su molécula química.
Es un oligoelemento fundamental para nuestro organismo. Ya que forma parte de las células de nuestros huesos, sangre y del tejido conectivo.
Por otra parte, este mineral se utiliza como materia prima en la fabricación de microchips, entre otros componentes de la electrónica.
También, en la industria del vidrio, células solares, siliconas, implantes y en tecnología alimentaria.
Y en cosmética, ya que mejora la absorción de algunos compuestos cosméticos y forma parte del ácido hialurónico.
¿Qué es el Silicio orgánico?
A pesar de que las formas solubles del silicio pueden resultar efectivas como suplementación, el ácido silícico tiende a polimerizarse formando ácido disilícico, luego trisilícico y después ácidos oligosilícicos, que terminan siendo polisilícicos. Este hecho aumenta la viscosidad del medio y los compuestos formados se aglomeran volviéndose insolubles.
La asimilación del sílice en un organismo vegetal, lo transforma en orgánico, es decir, los vegetales son organismos autótrofos que integran en sus circuitos metabólicos el sílice en su forma oxidada, transformándolo en un silicio que nuestro organismo puede absorber y asimilar.
De ahí que, según se describe, la forma más aprovechable del sílice sea la orgánica.
Alimentos ricos en sílice.
Los alimentos en los que más abunda este mineral son los cereales, frutos secos, semillas oleaginosas, avena, arroz, maíz, remolacha, espinacas, plátanos, puerros, zanahoria, queso, tomates, etc.
En un principio, el refinado de las harinas, reduce su contenido en sílice. Por lo tanto, encontraríamos más cantidad de este oligoelemento en cereales integrales.
El agua potable también se considera una fuente de este mineral.
Es difícil calcular la cantidad de sílice que ingerimos con los alimentos, ya que la industria alimentaria utiliza silicatos en la fabricación de productos comestibles, por ejemplo en la producción de agentes antiaglomerantes o antiaglutinantes, que se utilizan como aditivos, entre otros.
Aunque se estima que en la alimentación humana, el silicio disponible esta entre 20 y 50 mg por día.
Sin embargo, no queda claro que podamos utilizar toda la cantidad que nos llega con los alimentos, sobre todo en personas de edades avanzadas y en mujeres que tienen un bajo nivel de estrógenos.
Silicio y salud.
Muchos son los beneficios que se atribuyen a la suplementación con silicio.
La cantidad de este oligoelemento, presente en el cuerpo humano, se reduce con la edad al igual que la elastina y el colágeno.
No está establecida cuál es la dosis recomendada de silicio. Parece que estudios hechos con animales manifiestan como dosis máxima tolerable 700mg/día. No obstante, la cantidad dependerá bastante del tipo de silicio.
Su déficit se relaciona con fragilidad ósea, caries recurrentes, fragilidad capilar y cansancio, entre otras.
Parece que la suplementación con este elemento ayuda a la mineralización ósea, mejora la elasticidad de las arterias, reduce las arañas vasculares, mejora en la comunicación celular, contribuye a la eliminación del aluminio, ya que dificulta su absorción en el intestino, y un largo etcétera.
También, ayuda en el mantenimiento del cartílago, piel y cabello, siendo muy utilizado como producto «antiedad».
Es necesario mencionar, que la enfermedad conocida como Silicosis no se produce por la ingesta de suplementos alimentarios o alimentos ricos en este mineral.
Esta enfermedad es una especie de neumoconiosis, que causa una fibrosis crónica de los pulmones, como consecuencia de la exposición respiratoria al sílice libre.
Suele afectar a profesionales que trabajan en industrias en la que se desprenden fibras de sílice, como en la fabricación de vidrios, cerámicas, mineros, etc. que no disponen de medios de protección respiratoria adecuados.
Por último, mencionar que si decidimos iniciar una suplementación con silicio. deberíamos informarnos debidamente sobre el tema y en cualquier caso seguir las recomendaciones del fabricante del suplemento o bien consultar con un profesional de la salud.
Fuentes:
– AGUIRRE, César; CHAVEZ, Tztzqui; GARCIA, Pedro y RAYA, Juan Carlos. El Silicio en los organismos vivos. INCI [online]. 2007, vol.32, n.8 [citado 2023-09-15], pp.504-509. Disponible en: <">" rel="nofollow">http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0378-18442007000800004&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0378-1844.
– Dr. R. Saubens Le Loch (2011). «El Silicio Orgánico». Ed. Sirio. ISBN: 978-84-7808-795-2.
– Raya Pérez, Juan Carlos, Aguirre Mancilla César L. . El Papel del Silicio en los Organismos y Ecosistemas. Conciencia Tecnológica [en linea]. 2012, (43), 42-46[fecha de Consulta 15 de Septiembre de 2023]. ISSN: 1405-5597. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=94424470007
– Román R. Veci Viga (2023). «Los minerales como componentes de los alimentos, del agua, de los cosméticos y del organismo: su función en la salud junto a las vitaminas». Page Publishing.
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