Revista Cine

¡El soplón! (Steven Soderbergh, 2.009)

Publicado el 08 abril 2011 por Rugoleor @rugoleor


El soplon (Steven Soderbergh, 2.009)

S/C

 

 

 

 

 Estadísticas:

Crítica: 5,838 Público: 6,007 España: S/C Rugoleor: S/C

Espectadores: 86.238 Recaudación: 538.648,48 € Visitas: 0 Popularidad: 0,00%


 Ficha:

Título original: The informant!

Director: Steven Soderbergh

Guionista: Scott Z. Burns

Intérpretes: Matt Damon, Melanie Lynskey, Scott Bakula, Joel McHale, Clancy Brown, Frank Welker

Productores: Howard Braunstein, Kurt Eichenwald, Jennifer Fox, Gregory Jacobs, Michael Jaffe

Fotografía: Steven Soderbergh

Música: Marvin Hamlisch

Montaje: Stephen Mirrione

Nacionalidad: Estados Unidos

Año: 2.009

Duración: 109 minutos

Edad: Todos los Públicos

Género: Comedia, Crimen, Drama, Suspense

Distribuidora: Warner Bros Entertainment España, S. L.

Estreno: 29-05-2.009

WEB Oficial: http://www.elsoplon-es.com/

 

Sinopsis:

¿En qué estaba pensando Mark Whitacre? De medrar en el gigante de la industria agrícola Archer Daniels Midland (ADM), Whitacre pasa de repente a denunciar prácticas corruptas en su empresa. Mientras informa al FBI de la conspiración de su empresa para fijar precios a nivel multinacional, Whitacre se contempla a sí mismo aclamado como héroe y objeto de un ascenso. Pero antes de que suceda eso, el FBI necesita pruebas, así Whitacre se presta con entusiasmo a llevar una grabadora oculta en su maletín, y se imagina que es algo así como una especie de agente secreto. Desafortunadamente para el FBI, su testigo principal no ha sido muy comunicativo respecto a los detalles financieros de la empresa. El relato siempre cambiante de Whitacre frustra a los agentes y pone en riesgo el caso contra ADM, ya que resulta casi imposible descifrar lo que es verdad y lo que es fruto de la gran imaginación de Whitacre.

Comentario:

Steven Soderbergh recupera una historia real para hacer algo completamente diferente a lo que uno espera del clásico film basado en hechos reales. Encarnado por Matt Damon, que ganó 15 kilos para el papel, Mark Whitacre es el ejecutivo de una gran empresa agrícola que llevó, a lo largo de dos años, un micro a cuenta de la CIA para destapar un fraude. La peculiaridad del film viene del caracter bipolar del narrador, un mentiroso compulsivo que desvía la atención de la trama.

Crítica:

 26.09.2009 – JOSU EGUREN

Triple agente

 Steven Soderbergh sigue siendo uno de esos niños que el día de Reyes dejaban todos los regalos a un lado y se quedaban con el envoltorio. Y que mejor ejemplo que esta comedia bufa rebautizada como “¡El soplón!” (antes de “The Informant!”) para confirmar la errática trayectoria creativa de un director que deslumbró en Sundance con “Sexo, mentiras y cintas de video” antes de pasarse al lado oscuro, aunque estilizado, de “El buen alemán” y la trilogía de “Oceans Eleven”. A Soderbergh le pone el cine clásico setentero, la estocada verbal sin previo aviso, el enredo cómico con perfume y tacto sintético… Quizá por eso el irreconocible Jason Bourne (a.k.a Matt Damon), ha sido escogido para dar vida a Mark Whitacre, en lo que a que a primera vista parece la caricatura exagerada de Michael Clayton.

Pero, no es la maraña de corruptelas empresariales lo que le interesa a Soderbergh, sino el grotesco y caótico choque de identidades mentales de su doble agente. ¿Qué impulsó a Mark Whitacre a arriesgar su brillante carrera como superejecutivo de la multinacional agrícola ADM? Esa es la pregunta que nos plantea Soderbergh. Lo difícil es dar con una respuesta coherente, porque Withacre es un personaje contradictorio capaz de mantener en jaque al FBI, a su propia empresa y al espectador al mismo tiempo. En este juego de dobles identidades, enfatizado por el ritmo endiablado de los diálogos, y la esplendorosa artillería visual de Steven Soderbergh, cuesta seguir la mano de un prestigitador que aquí elabora una metáfora amplificada del americano corriente; los tipos que estafaron a América ya están identificados, y ahora toca saber que parte de responsabilidad tuvo la masa acrítica formada por ciudadanos medios.

Una vez que se detectan sus mecanismos artificiales, y la crítica algo superficial e inocua de esta trampa filmada, es posible que el espectador se desconecte de la película, aunque hay que reconocer que las peripecias de este triple agente puede que den para más, pero no para menos.


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