Será el abierto con mayores premios de la historia del ajedrez. Ha costado diez años de esfuerzos sacarlo adelante. The Millionaire Chess Open tendrá lugar en Las Vegas del 9 al 13 de octubre, con una bolsa de premios garantizada de un millón de dólares. Los organizadores quieren llevar el ajedrez «al siguiente nivel» e incorporar avances tecnológicos con los que esperan revolucionar el juego.
La competición tendrá lugar en el emblemático Planet Hollywood de Las Vegas, con el propósito de cambiar un deporte con millones de aficionados, pero poco dinero para repartir entre sus profesionales. «El ajedrez está listo para este tipo de empresa audaz», asegura uno de sus promotores, el gran maestro estadounidense Maurice Ashley. «El juego ha vivido un repunte espectacular de interés en los últimos tiempos y este torneo está diseñado para montar sobre esa gran ola. Con la increíble explosión en el ajedrez escolar, así como con el aumento masivo en el número de jugadores en línea, creemos que hay una oportunidad para captar una enorme cuota de mercado», añade el jugador, comentarista y divulgador del ajedrez en un país donde priman otro tipo de espectáculos.
Los organizadores prometen además grandes innovaciones tecnológicas, nunca vistas en una competición ajedrecística. La empresa que trabaja en estos adelantos es Playful Systems Lab, dentro del MIT Media Lab. Algunos de sus proyectos son tan llamativos como la creación de un algoritmo para predecir los movimientos de un determinado jugador, algo así como entrar en la mente del gran maestro. La idea última es aplicar luego los descubrimientos realizados en otros campos, como la neurociencia, la psicología y en diversos tratamientos contra el estrés. La tecnología también se aplicará para evitar trampas de algún participante demasiado espabilado. «No será como los controles de un aeropuerto, pero estén preparados», piden a los jugadores.
Se espera la participación de numerosos grandes maestros, que no siempre tienen premios así a su alcance, pero también de miles de aficionados de todo el mundo. «Entendemos el problema de percepción que sufre el ajedrez», explicaba Ashley. «La mayoría de la gente cree que es un juego demasiado difícil o demasiado lento para cautivar al público. Pero el ajedrez ha estado con nosotros durante cerca de 1.500 años por una razón. Creemos que este torneo ayudará a llevar al ajedrez al próximo nivel», añadió el gran maestro.
Amy Lee, emprendedora y cofundadora de Millionaire Chess, también cree que el torneo es solo «un primer paso». «Estamos emocionados por la respuesta entusiasta que hemos conseguido hasta ahora», asegura. «Nos da confianza para pensar que ya es hora de hacer realidad nuestra idea de cambiar un juego como el ajedrez».
El precio de inscripción es uno de los puntos más delicados del torneo: 1.000 dólares. La cantidad no es muy alta para un torneo de póker, pero los ajedrecistas no están acostumbrados a pagar tanto. Eso es seguro. Desde Millionaire Chess aseguran que la proporción entre la cuota y los premios es muy ventajosa, si se compara con otros abiertos. Por otro lado, a los participantes se les proporciona una bolsa con regalos, pase de un día para la sala VIP, desayuno gratis antes de la primera ronda, retransmisión en directo de las partidas, fotos en la alfombra roja y otras atenciones nada habituales en el mundillo.
Otro inconveniente evidente es que en cualquier torneo de póker el último de los jugadores tiene esperanzas de llevarse algún premio o incluso de ganar. En ajedrez, en cambio, un aficionado puede esperar derrotar a un gran maestro en un día muy afortunado, pero quedar entre los primeros de la clasificación final sería un milagro. Habrá que ver cómo se reparten los premios por categorías, pero la política de recompensar a los buenos, absolutamente loable, solo interesa a los mejores grandes maestros. También es justo decir que, en contra de lo habitual, los jugadores titulados deberán pagar la inscripción, al contrario de lo que ocurre en numerosos abiertos. Desde Millinaire Chess creen que la política de «pagar y jugar» redundará en beneficio de todos a largo plazo.
Pese a todo, los organizadores son optimistas en cuanto a la afluencia de participantes y han destacado el ejemplo del primer inscrito, Wayne Hatcher, de 60 años, un «guerrero en silla de ruedas» procedente de Oklahoma, que después de 50 años jugando al ajedrez ha logrado su Elo más alto, 1978 puntos. Como recompensa, la organización le regalará la estancia de cinco noches junto a su mujer.
Fuente: Blogs ABC