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El triunfo de la belleza

Publicado el 27 mayo 2011 por Icíar
Escritor: Joseph Roth
El triunfo de la belleza
Hay mujeres que 'pierden' a los hombres, que como unas víboras se enrroscan y los engañan, haciéndoles creer culpables de lo que en realidad no lo son; sintiéndose enfermas hasta que la misma enfermedad aparece, todo sea por controlar y subyugar al hombre, por resistirse a lo que deben cumplir. Enfermedades que utilizan como si fuesen las mejores armas de defensa. Pero estas enfermedades no siempore acaban con ellas, ya que muy bien pueden acabar , sin embargo, con las de sus “buenos” maridos.
En esta vida de engaños en que a la mujer le gusta desenvolverse; con esa tendencia natural a determinar su comportamiento exclusivamente “por el amor”, se sienten ociosas. No tienen “hambre”, pero son “golosas”, y se sacian con 'deslices', que las curan de sus enfermedades más que las benéficas aguas termales. Todo esto es la mujer que ciega al “buen” hombre. Todo esto es la mujer de este relato de Joseph Roth.
Con esta descripción sesgada, el narrador nos argumenta con un ejemplo, esa naturaleza de la mujer de cierta posición de principios de siglo XX, con una visión tan parcial y superflua, como la superficialidad que de la misma mujer se quiere transmitir.
De aquí el nombre de “El triunfo de la belleza”, pues en esa misoginia, el título cree encerrar una venganza, y es ésta: La belleza de la mujer, que momentáneamente parece que triunfa, pronto desparece también. Es por fortuna, pasajera. En cambio “aquellos hombres que han conseguido sobrevivir” a los engaños femeninos, a sus espejismos, “son recompensados por la naturaleza” ya que su belleza, menos llamativa, perdura en el tiempo.
El relato está lleno de prejuicios-cliché, no sólo en la figura central de la mujer, sino también en otros áreas del pensamiento, que por poner algún ejemplo: cuando analiza la ambición, por decir algo, se considera que  es una característica del hombre de baja posición social, ya que el hombre verdaderamente noble es anónimo; O ese querer clasificar a las personas según elijan a Mozart o a Wagner. (La mujer sería de Wagner, el hombre de Mozart)....
Como cosa buena, diré que me he reído en más de una ocasión, me ha parecido tan misógino, que a mí me ha resultado, a ratos, algo cómico.
Como despedida y para que no se me olvide, el libro es digno de ir a una librería, y por curiosidad, coger exactamente la última hoja y leerla. Todo el rencor, resentimiento y amargura, del narrador de la historia, por no decir del escritor, sobre lo que piensa de la figura femenina, resumida en unas cuantas líneas.
 

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