Abordará el tema de sembrar para la abeja en el marco de la Jornada Nacional de Apicultura.
Abordará el tema de sembrar para la abeja en el marco de la Jornada Nacional de
sábado, 05 de mayo de 2018
.item" data-cycle-timeout="0" class="fotonota floatLeft mb20 cycle-slideshow">Del 16 al 20 de Mayo la Sociedad Rural de Suipacha llevará a cabo ExpoSuipacha 2018, la cual contará con la participación de empresas agroindustriales, comerciales y productoras en general y lácteas en particular.En el predio ubicado sobre la Ruta Nacional N° 5 se llevará a cabo el concurso internacional de quesos, jornadas de producción porcina, láctea y de carne, talleres, giras a campo, campeonato Holando, remate de reproductores, concursos de producción, concursos de conocimientos de universidades, escuelas primarias, secundarias y agrotécnicas; charlas técnicas informativas y de capacitación para productores e industrias, un año con innovaciones y oportunidades.El jueves 17, en la segunda jornada de la muestra, se llevará a cabo la Jornada Nacional de Apicultura, estando entre la lista de los disertantes el médico veterinario Patricio Crespo, para abordar el tema: Sembrar para la abeja.Al dialogar con LA RAZÓN, sostuvo que “desde que la apicultura desembarcó en nuestra tierra el objetivo principal de quienes la practicaban era la obtención de cera. La tecnología, fue llegando: toneles y cascos de madera sujetos con flejes que se armaban a medida que se necesitaban, latas de chapa de 50 kilos, tambores con trazabilidad y registros on-line. Luego, entre temporadas de bonanza y de fracaso el auge de la agricultura de precisión, de monocultivo, desplazó a miles de colmenas en toda Argentina”.“Según cuentan aquellos apicultores maestros hoy retirados eso era apicultura extensiva. Algo similar le ocurrió a la lechería. Pero en esta producción se premia a quien hace las cosas bien y respetando las normativas oficiales En Argentina siguen existiendo cientos de fabricante ilegales de medicamentos que combaten a las enfermedades de las abejas. Para los apicultores todo es lo mismo no hay ni premio ni sanción. A ningún tambero se le ocurriría fabricar sus medicamentos en un galpón”.“Apenas un ítem de este modo intensivo de trabajo es la siembra de especies con aptitud apícola-ganadera. Algo que en países europeos se ejercita desde tiempo antiguo. Esta técnica destacada, hace años por la Comisión de Agricultura del Senado de la Nación, menciona a Chivilcoy como sitio pionero, aunque hoy algunos politiqueros se burlen del sistema, reconocido a nivel mundial. Este Sembrar para las Abejas como lo denominó originalmente el Agr. Herman Zorzin solo pretende tapar el irreversible bache de flora necesaria para nuestras colmenas. En gran parte de la provincia y del país la flora natural desapareció de los campos agrícolas bajo los efectos del glifosato. Solo pueden hallarse, y cada vez menos, en banquinas, montes, o inmediaciones de las vías del ferrocarril, donde también se pasa el matayuyo”.“Pocos parecen reparar en que la Apicultura es también una producción agropecuaria que está ahí compartiendo espacio con otras que también son importantes y que la desplazan. El 80 por ciento o más de los apicultores argentinos tiene menos de 300 colmenas y esa estructura en general no permite la trashumancia hacia áreas de buena floración. De este porcentaje de apicultores la mitad está en la provincia de Buenos Aires en donde la agricultura ocupa casi el 50 por ciento". “Esto significa que un número muy importante de productores apícolas ejerce su producción en campos agrícolas o donde la agricultura a desembarcado recientemente. Pero no solo hay que destacar la pérdida de fuentes nectaríferas y poliníferas sino la destrucción progresiva de un hábitat agroecológico de millones de hectáreas”.Agregó que “la cuestión está planteada, las abejas necesitan néctar y polen de las flores, si éstas no existen nosotros las sembramos. Es atinado este planteo pero la producción apícola necesita rentabilidad y sustentabilidad para seguir existiendo”.“Es válido además pensar en la integración de ambas producciones y es un buen paso por parte del productor apícola ofrecer la idea de siembra en vez de pagar un alquiler por el espacio aéreo utilizado por las abejas sin tener en cuenta el beneficio de la polinización, ésta, con seguridad, la capacidad biológica más importante de las abejas. Los apicultores somos muchos y aguerridos. Nadie nos va a arriar con un rebenque de chala”.