En este siglo el Wifi para la conexión inalámbrica de internet es absolutamente necesario en todas partes, es de una gran ayuda para no tener que estar conectados a un cable y disfrutar del acceso a internet, su descubrimiento y puesta en marcha fue de lo más curioso y se debe al estudio de los agujeros negros.
Todo comenzó con un viaje al espacio profundo para descubrir un determinando tipo de agujeros negros en los años 80 del siglo pasado. Las redes informáticas se estaban volviendo cruciales en todos los ámbitos de la vida pero las computadoras estaban todas conectadas con cables. Los científicos intentaban cortar los cables y enviar los datos por radio. Pero simplemente rebotaban en las paredes, los muebles y cualquier otra cosa, interfiriendo consigo mismo y causando un desorden desastroso ya que no se podía detectar bien la señal exacta de internet.
Pero sin embargo la quiso suerte que el problema se resolviera años antes. Fue debido a un científico australiano llamado John O'Sullivan. Este astrofísico y su equipo en la unidad de radioastronomía de CSIRO estaban tratando de detectar señales de radio de agujeros negros explosivos distantes. Diminutos, más pequeños que los átomos. El científico se inspiró en la teoría de Stephen Hawking sobre la evaporación de los agujeros negros y sus subsiguientes ondas de radio. Se propuso encontrarlos y demostrar que la teoría era correcta.
Mientras lo hacía, descubrió que estas señales débiles eran difíciles de distinguir del ruido de radio de fondo más fuerte de todo el universo. Estas señales habían viajado distancias muy grandes y eran pequeñas y distorsionadas por el gas y el polvo del espacio por el que habían pasado. Esto significaba que su forma de onda se había alterado y sería fácilmente identificable en una gráfica donde se representaran las ondas, ya que aparecería como un pico muy definido. Para ello tuvieron que estudiar la creación de una herramienta que pudiera identificar y filtrar ondas de radio específicas. Para agrupar las débiles señales del espacio en algo significativo, crearon ecuaciones complejas llamadas transformadas rápidas de Fourier, pero no encontraron ningún agujero negro.
John O'Sullivan trabajaba para CSIRO y tenía la tarea de encontrar una forma de que las computadoras se comunicaran sin cables, un sistema inalámbrico de algún tipo. Recordando su investigación anterior sobre los agujeros negros y las herramientas que había creado para identificar las ondas de radio de los agujeros negros de forma inalámbrica, O'Sullivan volvió a la herramienta que había creado anteriormente. Con esas ecuaciones, pudieron desmarcar los datos que se enviaban por radio, y formó la base para una conexión WiFi. Gracias a esta invención O'Sullivan lo patentó en su país natal primero en 1992, luego en los Estados Unidos en 1996.
Eso significa que hay más de 5 mil millones de dispositivos en todo el mundo que se conectan a redes utilizando tecnología de búsqueda de agujeros negros.
Cuando conectemos nuestro Wifi tendremos la sensación de que estamos buscando agujeros negros, y si nos funciona y nos conectamos a internet habremos encontrado uno...