Revista Cultura y Ocio
El gusto por el Jazz en Canadá es evidente, practicamente toda ciudad importante cuenta con su propio festival musical, empezando, evidentemente, por el mas importante y prestigioso del mundo,el Festival de Jazz de Montreal (también conocido como FIJM), donde cada año se reunen alrededor de 3,000 artistas provenientes de más de treinta países diferentes, en mas de 650 conciertos, ante 2,5 millones de amantes de la música. Quince días donde la ciudad se inunda de música y creatividad, y en la que se dan cita las grandes figuras mundiales del Jazz, pero en los últimos años el festival se ha abierto a otros estilos como el Blues o el Soul, ampliando así mas su potencial público. Lo cierto es que la música parece tener una relevante importancia ente los canadienses, desde muy pequeños reciben instrucción musical en las escuelas públicas y privadas, por lo que proliferan numerosas bandas de música de todo tipo, así como orquestas sinfónicas y de música de cámara, pero también un elevado número de grandes vocalistas de Jazz. Si existe un "resurgir" del Jazz vocal, se debe en gran medida a los nuevos talentos surgidos en la fría Canadá, nombres como Michael Bublé, Diana Krall, Holly Cole, Susie Arioli, Diana Panton ó Kellylee Evans, han contribuido de manera muy importante en volver a poner en las listas de éxitos las elegantes melodías que, cincuenta años atrás, popularizaran gente como Frank Sinatra, Nat King Cole, Ella Fitzgerald, Dinah Washington, Anita O'Day, Julie London, o Sarah Vaughan, y como podéis comprobar, tanto antes como ahora, las voces femeninas siempre fueron mas prolíficas y mejor apreciadas por el público. Hoy os traigo una de esas voces canadienses, una incomparable joya del jazz vocal femenino, un talento exquisito, suave, etéreo, que con su sencillez y belleza ha deslumbrado ya a medio mundo, y su carrera sólo acaba de comenzar....
Emilie-Claire Barlow (Toronto, 1976) nació para cantar, predestinada para el escenario, crece en el seno de una familia de artistas, su madre (Judy Tate) es una reconocida compositora, arreglista y cantante de Jazz, su padre (Brian Barlow) es un prestigioso percusionista, su abuelo paterno (Cy Leonard )fue un popular Disk Jockey y cómico televisivo, que además, fue el primer ventrílocuo en aparecer en un show en la televisión canadiense, mientras que su bisabuelo (Bob Homme), fue un popular actor americano de televisión, que se hizo muy popular en Canadá con un programa infantil (El Gigante Bonachón) durante la década de los 60, aunque se mantuvo en antena hasta bien entrados los 80. Toda esta herencia familiar hizo que la pequeña Emilie se convirtiera en una artista precoz, a los siete años ya prestaba su melódica voz a diversos jingles de radio, pronto comenzó a labrarse una carrera como actriz de doblaje en series infantiles y anuncios, carrera que en paralelo a la musical, todavía ejerce con mucho éxito, prestando su voz en series como "Sailor Moon", "Bakugan Battle Brawlers","Martin Mystery", o "6Teen" entre muchas otras (también ha hecho sus pinitos en el cine, pero de manera anecdódica). Pero la música siempre fue la principal ambición de Emilie, por lo que se prepara adecuadamente, estudia piano, violonchelo, clarinete, violín y canto. Animada por su padre, comienza a cantar profesionalmente, acompaña a este en el "Barlow Group" (un octeto acústico creado exclusivamente para acompañar a la joven), con el que en 1997, consiguen una gran popularidad en el circuito Jazz de Toronto, el siguiente paso era, necesariamente, el estudio de grabación...
A pesar de la buena acogida del Jazz vocal femenino en Canadá, las discográficas ponen trabas a la nueva artista, piensan que el mercado está saturado y que con la Krall a la cabeza no queda un hueco rentable para otra más, por lo que con ayuda de su padre, decide producirse su primer trabajo discográfico, "Sings" (1998), un disco magnífico que le abre las puertas al público entendido canadiense, sin embargo (a pesar de sus hallazgos y aciertos) no deja de ser un disco un tanto encorsetado y lleno de clichés, en el que la Barlow no explora todas sus posibilidades vocales y artísticas. Tendrán que pasar un par de años para que la soltura y la experiencia diesen sus verdaderos frutos, en 2001 vuelve a autoproducirse con "Tribute", una amalgama de canciones que representan a diferentes géneros y estilos, incluyendo románticas baladas, melodías Swing, piezas brasileñas, vocalesse y standard Jazz. En el disco se aprecia al fin la claridad vocal de la artista, que demuestra un amplio abanico de tonalidades y colores, un gran aplomo, confianza y madurez, que le llevó a la nominación "Best Vocal Jazz Album" en los premios Juno Awards (los más prestigiosos de la música canadiense) en su edición del 2002.
La carrera de la artista de Toronto despegó imparable, la CBC la llamó "la segunda mejor opción en el jazz", y es que las entusiastas comparaciones con Diana Krall fueron inevitables, aunque, la verdad sea dicha, Barlow no suena para nada como la Krall, mientras Diana (que creció en en Nanaimo, una pequeña localidad de pescadores de la Isla de Vancouver en la Columbia Británica de Canadá) posee una sensual, cálida y "nocturna" tesitura vocal, la Barlow posee un brillo juvenil, una dulzura y una vitalidad inocente, que separa a ambas artistas en hemisferios musicales muy distintos. Durante los siguientes años la carrera internacional de la artista se dispara, con su álbum de navidad "Winter Wonderland" (2005), su nombre empieza a ser conocido en medio mundo, comenzando una exitosa gira internacional junto a su padre, con sus siguientes discos "The Very Thought of You" (2007), y "Haven't We Met?" (2009) dos maravillas del género que, principalmente, se apoyan en el Great American Songbook de los años 30 y 40, con los que consigue afianzar su estilo y cosechar un gran número de premios y alabanzas. Pero en 2010 decide dar un ligero giro y concibe el que, para mi, es el mejor álbum de su carrera, "The Beat Goes On", una mirada nostálgica al colorido y vistoso repertorio de los años 60, un trabajo impecable y personal que incluye maravillas como "Will You (Still) Love Me Tomorrow?" de Gerry Goffin y Carole King, "Raindrops Keep Falling On My Head" que popularizó B. J. Thomas, "Sunshine Superman" de Donovan, "Breaking Up Is Hard To Do" de Neil Sedaka o el clásico de Nancy Sinatra "These Boots Are Made for Walkin'", un disco imprescindible que no debéis perder de vista.
Al parecer, con "The Beat Goes On", Emilie ha comenzado una nueva e interesante etapa profesional, su último trabajo "Seule ce soir" (2012) sigue la misma hoja de ruta que su predecesor, reavivando clásicos del pop de los 60, con los mismos músicos y el mismo espíritu, pero con una nueva premisa, en su mayor parte, está interpretado en la lengua de Molière. Y es que para la Barlow, la lengua francesa tiene un cierto "je-ne-sais-quoi", que le da un toque bohemio y cultureta a sus canciones, un lenguaje hermoso y musical, que hace que su voz cambie de tono sin esfuerzo, haciendo de paso, un homenaje a su público mas fiel, que le recibe año tras año con los brazos abiertos, el de Quebec, una carta de amor y agradecimiento abierta al público de habla francesa de Canadá, y por ende, al resto de sus seguidores que contiene joyas como "C'est si bon ", "La plus belle pour aller danser" o "La Belle Dame Sans Regrets" de Sting. Puro Jazz, Bossanova, Chanson, Swing, elegancia, belleza, estilo, sentimiento, inspiración y mucho, mucho talento. Una voz a seguir de cerca, que espero os guste y emocione, al menos, lo mismo que a mi, Emilie-Claire Barlow, no olvidéis ese nombre, hasta pronto!