En esta ocasión, quizá pueda ser

No he podido evitarlo, tras el sufrimiento que he tenido en el partido de esta tarde-noche en el triunfo agónico de España sobre Paraguay, y mi afición al fútbol desde mi más tierna infancia, como digo, ponerme a escribir sobre el mismo, no he podido evitarlo. Quebrantando, de este modo, la norma que me impuse cuando comencé el blog, de escribir sólo, y exclusivamente, de temas relacionados con la esencia de horno para bollos y pan. Pero espero y deseo ser comprendido, pues para quienes amamos profundamente el fútbol, además de otros deportes, como es mi caso, debe reconocerse que lo de hoy ha sido muy intenso, y si se quiere importante, pues desde el lejano año 1950, en el que yo nací, nuestra selección absoluta de fútbol, nunca había conseguido lo que ya hemos conseguido, sin más, terminar cuartos, y eso ya lo tenemos. Y en consecuencia, como reitero, no he podido evitarlo. Quiero comentar que, como tocado por un conocimiento de visionario fútbolero, en este mundial, he acertado prácticamente la mayoría de los resultados. Mi círculo más íntimo de amigos pueden acreditar que les manifesté de antemano la eliminación, primero de Italia y Francia, en la fase previa, y posteriormente la de Brasil y Argentina. Pero igualmente les predije la goleada de España a Paraguay, y el error en este caso ha sido mayúsculo, pues no sólo no hemos goleado, sino que hemos pasado, como suele decirse: 'por los pelos'. Cualquier matización al desarrollo del partido, a la actuación del, previamente presionado, arbitro guatemalteco, a la forma de entender este maravilloso juego por Paraguay, sería aceptable. Pero lo cierto es que a siete minutos del final, nuestra selección absoluta de fútbol, la mejor con diferencia que conozco, desde que tengo uso de razón, no ha podido doblegar a un conjunto, disciplinado, con la lección aprendida y con ganas de hacer más historia de la que han hecho, en este mundial, que no es poca. Por todo ello, insisto de nuevo, no he podido evitarlo, y pido disculpas a mis seguidores que no sean partidarios del popular deporte, pero una alegría, como sería ganar el mundial de Sudáfrica, para nuestro país, precisamente en estos momentos, podría ser la mejor medicina para la autoestima, la confianza y la fé en el futuro. Al fin y al cabo, la vida está llena de pequeñas cosas, cosas sencillas, que nos producen una gran satisfacción, y nos convece de que somos capaces de cosas mayores, por ello, y por que creo firmemente en las cosas sencillas, si ganamos el mundial seremos mas felices, con seguridad. Deseo fervientemente que ello ocurra.