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Enseñar a tu gato a pasear con correa y arnés

Por Jgallego19
Enseñar a tu gato a pasear con correa y arnés

Enseñar a tu gato a pasear con correa y arnés es una magnífica manera de permitir que tu gato disfrute del aire libre al mismo tiempo que garantizas su seguridad. Los paseos al aire libre pueden reducir la obesidad y los problemas de comportamiento relacionados con el aburrimiento, que muchos gatos de interior pueden desarrollar.

Entrenar a tu gato a caminar con correa también es útil durante los viajes al veterinario y para otras salidas necesarias. Antes de empezar, asegúrate de que tu gato está al día con sus vacunas.

Cómo entrenar a tu gato a usar un arnés y caminar con una correa

La mayoría de los gatos pueden ser entrenados para caminar con un arnés y una correa. Los gatitos son naturalmente más receptivos a esta nueva experiencia, pero los gatos de edad avanzada también pueden ser entrenados con paciencia. Debemos llevar a cabo el entrenamiento en pequeños pasos, premiando cada progreso.

Comienza poniéndole el arnés dentro de casa para que tu gato se sienta cómodo antes de salir a la calle.

  • Compra un arnés diseñado para gatos. El accesorio para la correa debe estar ubicado en la parte posterior del arnés, no en el cuello. Éste de la marca Trixie sería una buena opción, ya que es fácil de usar y de ajustar.

Arnés para gatos Trixie

  • Deja el arnés y la correa cerca de la comida de tu gato o su lugar favorito para dormir, durante varios días. Él se acostumbrará a verlo y lo asociará con momentos buenos.
  • Adicionalmente (o en lugar del paso anterior), coge el arnés y deja que tu gato lo huela. Ofrécele una golosina mientras lo hace. A continuación, coloca el arnés sobre el cuello de tu gato y ofrécele otra golosina. Cuando esté olfateando la golosina, retira el arnés y deja que se la coma.
  • Mientras tanto, si a tu gato no le gusta mucho ser retenido ni siquiera unos segundos, tendrás que conseguir acostumbrarle para ponerle el arnés. Con su merienda favorita o su juguete preferido cerca, sujeta a tu gato con firmeza pero con suavidad durante unos segundos. Mientras lo haces, acaríciale suavemente y muéstrale una golosina y deja que se la coma. Repite este ejercicio a menudo durante varios días, haciendo uso siempre de las golosinas, y aumentando el tiempo que le tienes retenido un par de segundos más cada vez.
  • A continuación, coloca el arnés (sin ponérselo todavía) sobre los hombros de tu gato, bajando por su pecho hasta sus patas delanteras. Deja que reconozca el arnés y la correa mientras que le das una golosina, y retira el arnés de inmediato. Haz esto varias veces hasta que tu gato esté lo suficientemente confiado como para que te deje colocarle el arnés por encima de su cuello y sus hombros y entre sus patas delanteras, sin dejar de distraerlo con golosinas.
  • Ponle el arnés a tu gato, pero no lo ajustes demasiado, ni conectes la correa todavía. Deja que se acostumbre un poco a la sensación de tener el arnés puesto. Pasado un rato, ajusta el arnés. Debes ser capaz de deslizar dos dedos (pero no tres o cuatro) entre el arnés y el cuerpo de tu gato. Deja el arnés puesto un par de minutos, y quítaselo antes de que tu gato pierda el interés por las recompensas. Repite este entrenamiento a diario durante varios días. Si tu gato se queda tranquilo y relajado cuando le pones el arnés, aumenta gradualmente el tiempo que se le tienes puesto cada día. Si alguna vez se siente incómodo con él, intenta distraerlo con golosinas y quítale el arnés. Inténtalo de nuevo más tarde con una mejor recompensa y quítale el arnés un poco más pronto, antes de que tu gato tenga la oportunidad de sentirse molesto.
  • Ahora es el momento de enganchar la correa. Lleva a tu gato a una habitación con pocas cosas en las que pueda quedar atrapada la correa. Coloca el arnés a tu gato y conecta la correa, dejando que arrastre por el suelo detrás de él. Distráelo con golosinas o jugando con él. Repite este paso durante varios días, supervisando siempre que la correa no quede atrapada en algo y tu gato se asuste.

Gato con correa y arnés

  • Cuando tu gato parezca relajado y cómodo mientras arrastra la correa, cógela suavemente (sin tirar) mientras camina por tu casa. Déjale que vaya donde quiera, y mantén la correa suelta mientras le sigues a todas partes. Mientras él camine con el arnés y la correa puestas, alábale a menudo y recompénsale periódicamente con sabrosos premios. Practica este paso durante unos días.
  • Con esto podrías estar satisfecho y dar por concluido este entrenamiento aquí, y salir a pasear con tu gato al aire libre. Pero antes de salir, también puedes practicar un poco la posición donde tu gato caminará con respecto a ti (en lugar de sólo seguirle detrás), ya que necesitarás dirigirlo una vez que estéis fuera. Algunas pautas para hacer que tu gato camine junto a ti podrían ser las siguientes:
    • Anima a tu gato a seguirte, usando una voz dulce y suave.
    • Deja una golosina en el suelo, y mientras que él se la come, avanza hacia el extremo de la correa. Cuando se ponga de nuevo a tu lado, alábale y recompénsale con otra golosina. Repite esto varias veces.
    • Tira de la correa de manera suave y persistente si tu gato intenta ir en otra dirección. Nada de tirones, simplemente espera pacientemente. Cuando tu gato finalmente dé un par de pasos hacia ti, se sentirá aliviado por librarse de la tensión de la correa, y puedes premiarle de nuevo con una golosina.

Y con estos pasos tu gato está más que preparado para salir a la calle a pasear contigo. La mayoría de los gatos que no han estado antes al aire libre estarán nerviosos y se asustarán fácilmente. Así que empieza a pasear en un lugar tranquilo y protegido. De primeras, simplemente siéntate con tu gato y déjale que explore el entorno todo el campo que dé la correa. Al igual que hiciste dentro de casa, comienza siguiéndole detrás suyo según avanza, llegando cada vez más lejos cuando esté relajado y listo para seguir adelante.

Consejos adicionales

  • Tu gato no te molestará constantemente para que vayáis a pasear fuera de casa si sólo le sacas a una hora determinada cada día. Intenta establecer un horario regular para caminar.
  • Ponle el arnés a tu gato siempre dentro de casa, y después cógele y sácale fuera. Nunca dejes que ande suelto o podría tratar de escaparse.
  • Nunca le pongas el arnés a tu gato cuando esté llorando o molestándote. No le hagas caso hasta que esté tranquilo. Cuando lo esté, puedes recompensar su buen comportamiento con un buen paseo.
  • No ates la correa de tu gato a algo de fuera (como una farola) y le abandones, incluso si va a ser sólo durante un minuto o dos. Tu gato puede enredarse en la correa y lastimarse, y no será capaz de escapar si un perro u otros animales se aproximan y le atacan. De hecho, lo mejor es no dejar a tu gato al aire libre sin vigilancia en ningún caso, esté atado con una correa o no.

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