Un inusual grupo de 19 garzas reales Ardea cinerea descansa en el centro de la ensenada de Llodero, coincidiendo con la bajamar, el mediodía del 08/10. La garza real se puede observar durante todo el año en Asturias, y más ahora que han comenzado a criar en diversos puntos, pero es en los meses de septiembre y octubre cuando llega la gran masa de migrantes europeos.
La situación en Asturias de esta especie, donde como digo ha empezado a reproducirse, es un reflejo de lo que ocurre en Europa, donde ha ido en aumento y se estiman ahora entre 200.00-400.000 parejas. Varias poblaciones son sedentarias y otras migradoras. Por los estudios de anillamiento se conoce el origen de las aves que llegan a la Península Ibérica, y tal como sucede para la gran mayoría de aves las que llegan a Asturias proceden del oeste de Europa, desde Escandinavia hasta Holanda.
El número de aves invernantes en Asturias oscila entre temporadas, aunque suele ser de varios cientos, con una media de 400 en los censos llevados a cabo en los primeros años del presente siglo. Es éste un buen número, bastante superior al de zonas vecinas como Cantabria o País Vasco, que suman más efectivos en otras aves acuáticas. Es posible que esto ocurra porque una parte de la migración que llega de las zonas que antes cité llega aquí después de atravesar el Golfo de Vizcaya, no es raro registrar bandos de garza real entrando desde la mar como el que localicé en Llodero.
Un buen porcentaje de las garzas reales que llegan aquí se quedarán a invernar, después de todo en Asturias tienen un hábitat óptimo para su supervivencia, con buenos estuarios, embalses, ríos, arroyos o incluso prados húmedos donde cuentan con gran disponibilidad de alimento. Es una especie con un amplio espectro alimenticio.
Para saber más:
CAMPOS, F., FERNÁNDEZ-CRUZ, M. y PRÓSPER, J. 2001. Movements of Grey Herons Ardea cinerea to and within the Iberian Peninsula and Balearic Islands. Ardeola, 48: 209-215.