Cristina (moderadora): Ya han pasado algunos años desde la publicación de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, último tomo de la exitosa saga de J. K. Rowling que ha hecho disfrutar a millones de lectores en todo el mundo. No obstante, parece que su controvertido epílogo no va en sintonía con el resto de la obra y todavía sigue dando que hablar entre los fans. Hoy os presentamos un nuevo debate tiramillote en el que se discutirá al respecto: los redactores Óscar L. Mencía y T. C. Ferri defenderán su visión favorable a ese final, y Alba Úriz y Alberto L. Martínez harán lo propio con la perspectiva contraria. Van a spoilear el contenido de ese epílogo, así que estáis advertidos si no habéis leído el libro. Y dicho esto… ¡luces, cámara, acción!
Óscar (combatiente nº1): A mí el epílogo me encantó. Rowling mostró lo que quería, una vida tranquila y feliz para su personaje.Alberto (combatiente nº2): Dices su personaje, pero la realidad es que el final roza a todos los personajes. No me habría importado ver una vida feliz y tranquila para Harry, pero lo que muestra el epílogo del libro es a casi todos los protagonistas que han sobrevivido con su correspondiente pareja y con varios hijos, en un entorno excesivamente irreal e idealizado. ¿Acaso son esas las únicas maneras de ser feliz, estar casado y tener hijos? ¿Era necesario tanto amor, hasta el punto de causar una indigestión?
Moderadora: Alberto ha sacado un tema interesante: el amor idealizado y los finales excesivamente felices. ¿Qué opinan los demás combatientes sobre el tema?
T. C. (combatiente nº3): Quizá para Rowling es esa la idea de la felicidad, y a mucha gente más (me incluyo) le parece que es el más bonito de los finales que un personaje podría tener. Por otro lado, recordemos que ella tenía esa idea desde que comenzó a escribir el primero de los libros de la serie, lo que le honra. No se ha sacado ningún final de la manga, sino que ha escrito lo que tenía en mente desde el comienzo, haciendo caso omiso de los deseos de los lectores. Creo que eso lo convierte en un desenlace digno y verdadero, con peso, que puede gustarnos más o menos, pero que no se queda en un intento de “hagamos-felices-a-todos-los-lectores”, que es lo que sucede en alguna que otra saga.
Alba (combatiente nº4): Respeto que Rowling estaba en su derecho de escribir el final que quisiera y respeto el final en sí mismo. Pero no lo soporto, me parece empalagoso hasta sangrar azúcar, con detalles de happy ending totalmente innecesarios. Por no hablar de que tantísima felicidad chirría y rompe con el resto de la saga, amiga de lo oscuro, los problemas y el conflicto inteligente. Me hubiera gustado que repartiese un poco de ese exceso de amor a lo Disney en los desenlaces de los demás libros.
Óscar: Pero ¿por qué os molesta tanto? ¿Acaso preferíais que en el epílogo también hubiera muerte y destrucción? Después de tantos años, qué menos que ofrecer una escena tranquila, pacífica y familiar. Rowling simplemente quiso dejar claro que Harry había logrado tener una familia, ¡al fin! ¿Qué escenas son las que os parecen empalagosas?Alberto: No se trata sólo de una escena: todo el epílogo en sí me parece un cúmulo deempalagosidades. Desde algún nombre de los que eligen para sus hijos (Albus Severus Potter, por ejemplo) y alguna escena familiar demasiado ñoña, hasta el hecho de que todos los protagonistas tengan una pareja y varios hijos. Y coincido con Alba en el detalle de que ese epílogo no es típico de Rowling. Después de ver su forma de escribir a lo largo de siete libros, después de tantos momentos agridulces y de muertes de personajes muy importantes en las últimas páginas del séptimo libro tan rápidas que casi pasaban inadvertidas (¿alguien recuerda la muerte de Lupin y Tonks?), parece que ese final lo escribió otra persona o que la obligaron a ello. Me parece genial mostrar un final feliz y tranquilo para Harry como contrapunto a una adolescencia repleta de muertes y enfrentamientos, y es lo que yo esperaba. Pero no hasta ese extremo.
T. C.: Bueno, el epílogo es prácticamente una sola escena. Son pocas páginas de felicidad después de siete libros enteros de estrés mental para Potter y sus amigos, de peligros, de muertes… Era lo que tocaba, lo justo para los personajes. Incluso para aquellos que se habían portado mal y lograron sobrevivir, ha llegado esa felicidad, tal vez como premio por algún acto de honradez que cometieron al final.
Moderadora: Parece que las posturas han quedado claras. ¿Alguien quiere añadir algo más?
Alba: Desde que leí ese epílogo he tenido en mente la cantinela de “para gustos, colores”, y a eso le añado que no deja de ser un final digno y respetuoso. Pero, como ya he dicho antes, por mucho que los supervivientes se merecieran terminar en paz y con cierto grado de felicidad en sus agotados corazones… tanta, tanta, tanta buena suerte y buen rollo, y amor, y colegueo me parece que estuvieron de más. Después de tanta muerte y destrucción no puedes regalar unas páginas de azúcar, sencillamente porque resultan absolutamente incoherentes e ilógicas con todo lo anterior. Es decir, enfrentamos un puñado de párrafos de co
lor rosa chillón frente a cientos y cientos de color oscuro y aterrador: ¿dónde está el equilibrio?, ¿qué hay de un final menos al gusto de un inmejorable sabor de boca y más acorde con el resto de la saga?, ¿era necesario ser tan empalagosa y convertir al trío protagonista en padres de hijos con nombres no aptos para diabéticos? Sinceramente, con ese desenlace me sentí estafada, porque no le encuentro sentido. Los supervivientes claro que se merecían una buena despedida, pero las cosas en su justa medida, caray.Moderadora: Con la última intervención de Alba damos por finalizado este debate. Breve pero intenso, con las ideas muy claras. Ahora nos encantaría que los que nos leéis nos comentarais cuál es vuestro punto de vista al respecto: ¿un final demasiado idealizado o un desenlace merecido tras tanto sufrimiento?