Revista Pareja

¿Es que no hay nadie “normal”?

Por Cristina Lago @CrisMalago

parejas raras

Personas con miedos. Personas que inician algo contigo y salen huyendo. Personas que sólo te quieren cuando no te tienen. Complejos de Edipo, filofobia, manías extrañas, miedos al compromiso, traumas de la infancia, ex parejas no superadas…¿Por qué todo el mundo es tan raro? 

Hay quienes optan por una vida independiente, sin buscar un vínculo de familia o de pareja, dedicados a alguna meta particular o a disfrutar de su soledad. ¡Afortunados! dirán algunos. Pero la gran mayoría estamos, en algún momento (o varios) de nuestras existencias, en un proceso de búsqueda -consciente o inconsciente- del amor, de estar enamorados, de revivir sensaciones pretéritas o simplemente de conocer a alguien que nos recuerde el tacto, el sabor  y la consistencia de la ilusión.

En este proceso puede que te hayas preguntado más de una vez: ¿es que no hay nadie normal? Harto/a de tropezarte con piedras de diversas formas y tamaños, en un camino que nunca parece allanarse, quizás estés olvidando la verdadera pregunta que debieras hacerte ¿qué estoy transmitiendo yo a los demás?.

Tenemos que empezar por asumir que lo que llamamos normalidad, no es más que un espejismo tranquilizador que nos hemos fabricado para justificar una dinámica basada en el necesario cumplimiento de una serie de estándares, más basados en cimientos económicos que en unas verdaderas necesidades personales, individuales o emocionales.  

En definitiva: me alegra decirte que tú tampoco eres normal.

Si en tu búsqueda del amor sólo ves taras, defectos y rarezas en los demás, puede que estés mirando en la dirección equivocada.

¿Cómo estás tú? ¿Qué buscas? ¿Has superado tus propias heridas? ¿Estás buscando un reemplazo para tu ex? ¿O alguien que te devuelva las ganas de vivir? Y lo más importante ¿realmente estás dispuesto a amar, a abrirte a  otra persona, a ser tú mismo/a sin miedos, a vincularte, a dar? ¿O sólo sabes que necesitas a alguien que te ame?

Si has dado un sí a alguna de estas preguntas, coge el espejo, porque a lo mejor la persona con taras, defectos, miedos y rarezas que está proyectando sus carencias en los demás, eres tú. ¿Cómo no vas a rechazarlo en los otros si no lo aceptas en ti mismo/a?

Me temo que hacerlo no te garantiza encontrar el amor, ni que te toque la lotería, ni que caerle bien a todo el mundo, ni  te va a librar de alguna que otra decepción más.

Para lo que te sirve es para comprender porqué lo que te encuentras no es raro. Es normal y es humano. Y es como tú. 

Antes de perder tiempo y energía en amargarte o comerte la cabeza porqué aquel chico no te volvió a llamar…o porqué aquella chica que parecía tan enamorada finalmente te dejó para volver con tu ex…o porqué esa relación que iba tan bien, de repente se enfrió…ponte en su lugar. Tus miedos son sus miedos. Tus rarezas son sus rarezas. Y tus carencias son sus carencias.

La clave no está en encontrar a una persona mentalmente estable, con unas emociones correctas y adecuadas a cada momento y sin cargas o heridas del pasado (más que nada porque, por mucho que te cueste asumirlo, tú tampoco puedes ofrecer todo ello). Ni tampoco en aceptar cualquier cosa que no te guste con tal de no estar solo/a. La clave está en aceptar que nosotros tampoco somos ideales, ni especiales, ni mejores, ni peores y aprender a amarnos así, imperfectos, heridos y muy lejos a veces de aquello que hubiéramos querido ser y nunca fuimos.

Sé anormal. Sé felizmente anormal. Asume que los demás también lo son. Empieza a creerte que ya no hay reglas. Reconoce que el mundo es más bello, divertido y variado cuando no asumes que hay que ser de una manera u otra para integrarte, para ser funcional o para cumplir las expectativas de otros. Date permiso a ser extravagante, políticamente incorrecto o equivocarte diez, diez mil veces.  Y asume que hay otras personas que también luchan día a día por librarse de sus propios condicionantes para poder ser ellos mismos. 

De este modo, dejaremos de conectar con relaciones raras y empezaremos a darnos cuenta de que no se trata de buscar amores impolutos con seres intachables (menudo aburrimiento) , sino de saber conectar con aquellos cuyas taras sean compatibles con las nuestras. 


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