La artista coreana Jin Young Yu (1977) crea conmovedoras esculturas de plástico PVC que reflejan tanto sus emociones adolescentes como su personalidad adulta...
Para capturar estos sentimientos y características, la escultora da a sus figuras transparentes caras bastante estoicas con una apariencia de conteniendo un mar de lágrimas, lo que da a sus esculturas un toque de misticismo.
La intención de la artista no tiene nada que ver con el sentido comercial. Al contrario y según ella misma explica, su pretensión es materializar a las personas que existen pero que, por diferentes motivos, prefieren no ser reconocidas por el mundo que les rodea. El resultado atrapa.