Ilustración de Joseba Morales + Doc Pastor.
Pues ayer esa era la noticia, el FBI (coordinado con distintas agencias, también de otros países) cerraba MegaUpload. Debe ser que no había nada mejor que hacer, casos que investigar o redes de pornografía infantil, lo urgente es dar carpetazo un servicio de almacenamiento y descarga de archivos. Será que mi concepto de importancia es otro o igual es que sencillamente ha sido, y perdón por el taco, una tremenda gilipollez.
No voy a entrar en si en Twitter se dijo tal o cual cosa, que si era Trending Topic (que para lo poco representativo que es esta red de microbloging, hay que ver la cantidad de veces que sale una noticia diciendo eso), tampoco en las muchas personas que piensan que es bueno por los motivos que sean. Mejor hablaré de Napster.
Sí, he dicho Napster, un programa servía para bajarse canciones o al menos para eso lo usaba yo. Una época en que lo ponías antes de ir a clase y al volver ya tenías la música en el ordenador. Vaya velocidad, era flipante y abría un mundo increíble en el que ya no estabas obligado a pagar 3000 pesetas por una sola canción (ya que tenías que llevarte todo el disco, sí o sí). Por supuesto las conexiones no permitían demasiado y no digamos ya el tener una película, algún amigo te copiaba un disco y esas cosas, pero no es que se pudiera mucho más.
Recuerdo que luego se cerró, no supe el porqué realmente hasta muchos años después, pero tampoco me causó mayor problema ya que en otros sitios seguían pudiendo cogerse canciones e incluso ver algunos vídeos on-line. No digo que estuviera bien o mal, tampoco me lo planteaba siendo un adolescente, estaba al alcance de mi mano y era lo que me importaba, por suerte luego aprendí que no era solo eso, las cosas fueron cambiando y mi conocimiento de estas cuestiones creciendo.
Poco a poco cada vez más gente de mi círculo comenzó a tener Internet, podíamos intercambiar trailers (poco más) y pasarnos algunas fotos gracias al MSN (muchos recuerdos), además en mi grupo de amigos teníamos a uno que estaba muy puesto en informática y nos tenía siempre la mejor versión, los trucos y todas esas cosas que nosotros no sabíamos. Una auténtica maravilla, todo iba a más y yo no dejaba de sorprenderme.
Y hasta aquí es lo que recuerdo claramente. Luego ya todo es más difuso, más rápido y sin parón alguno. De pronto la gente se bajaba canciones y películas, todas esas ventas que se llevaban años perdiendo se empezaron a justificar con la Red. Nunca vi sentido a esa afirmación ya que si yo tardaba toda una mañana para lograr una canción, y con todo tampoco se pirateaba cine, ¿cómo podía ser culpa de ese soporte lo que llevaba sucediendo más de un lustro? Pero era así, eso se decía y se estaba defendiendo.
Luego vino el Canon Digital, Sinde, Sopa y su puta madre. Una larga lista de nombres, siglas y actos que quizá tuvieran una intención positiva en su origen, pero que cada vez más estaban dejando algo más claro: los ciudadanos eran criminales que se lucraban con lo que los artistas hacían, eran todos malos y no querían que ellos pudieran vivir de su trabajo. Mucha gente lo cree o al menos eso parece, Álex de la Iglesia estaba en ese grupo pero cambió de opinión y solo fue por decidir que debía escuchar, entender y quitarse prejuicios de encima.
La única forma de evolucionar es evolucionando. No es el todo gratis, esa es una mentira que hace mucho debería haberse dejado de creer, ya que entonces no existirían iTunes o Filmin sin olvidarnos de los chicos de Koomic. Sí, claro que algunas personas no van a pagar nada, pero tampoco lo hacían antes y no hay que confundirse, si no van al cine no es por hacer descargas es que sencillamente no quieren ir, y tampoco compran discos por el mismo motivo. Mientras tanto Torrente es la película más taquillera en España y Bublé sigue vendiendo discos elegantemente. Quizá el defecto no sea del cliente y sí del producto.
Se ha cerrado MegaUpload. Muchos motivos a favor y otros muchos en contra pero hay una cuestión muy sencilla de entender, era un servicio de almacenamiento y descarga de datos, nada más, los datos que los usuarios decidieran subir y bajar solo dependía de ellos, o ¿acaso ha ido el señor MegaUpload diciendo que hay que piratear y lucrarse? No, no creo que haya sido así, pero si conocéis alguna historia parecida no dudéis en contarlo.
Este acto perpetrado por el FBI (en momento así pienso lo bien que vendría la T.I.A) no servirá de nada o al menos no para lo que parece que se pretende que sirva. No va a ser la solución al problema, de hecho esto sería más bien el propio problema, y la solución no se tiene clara ya que hay un buen montón de intereses políticos y económicos impidiendo que se llegue hasta ella.
Lo que ha pasado es otro clavo más en el ataúd que algunas industrias se van tallando a sí mismas, unos cuantos martillazos más y estaremos ante su último aliento. Si tu producto no gusta, igual debías cambiarlo y más si el de otros profesionales sí logra reventar la taquilla.
¿Y cuándo la gente siga sin ver vuestras películas ni escuchar vuestros discos? ¿De quién será la culpa?
Doc Pastor
Hace tiempo inicié Ruta 42 (@ruta42 en Twitter), una gaceta para la que dedico la mayor parte de mis escritos y fotografías. También colaboro actualmente con el periódico AQUÍ en Valladolid y en la revista LaRAÑA de Sevilla. Cuando no estoy por aquí es que estoy jugando con mi perrito (se llama Loki).