Revista Cultura y Ocio

Esta noche no hay luna llena, de Care Santos

Por Eltiramilla

Esta noche no hay luna llena, de Care SantosHace dieciséis años, once meses y veintinueve días el mundo era un lugar tranquilo para Rosa, pero todo cambió al nacer su hijo Abel, cuando un misterioso forastero se cruzó en sus monótonas existencias y la vida se convirtió en una casa sin ventanas y puertas con seis cerraduras. Una cárcel en la que vive Abel y de la que escapa cuando se conecta a Internet. Allí es Weirdo, ama a Oscura y puede disimular lo que es. En el mundo real son las 18:22 y, al volante de su coche, una mujer con los nervios crispados busca en las cunetas cuerpos de animales. Diluvia y Abel acaba de despertarse. Mañana cumplirá 17 años y sigue esperando algo que no llega…

Así comienza esta historia, al más puro estilo road movie: una carretera desierta y una mujer al volante que me recuerda –no sabría por quién decidirme– a la madre deCarrie o a la de Norman Bates. A pesar de estos detalles, nada hace sospechar el giro que dará la historia. Atención, porque ahí va el regalo: lo que pasa aquí no es cotidiano. Y este es un buen planteamiento, además de lúgubre y siniestro, para una –otra– novela de chupasangres y licántropos ambientada esta vez en España. Lo raro y lo que atrapa en esta narración es, precisamente, la extraña normalidad que se respira en las páginas del libro. Esa rutina en la que intentan (sobre)vivir sus protagonistas, atrapados en la bipolaridad del ser y el aparentar, pone los pelos de punta. En un mundo en el que nada es lo que parece, Care Santos da otra vuelta de tuerca al amor imposible entre vampiros y lobos utilizando como telón de fondo Internet y las leyendas tradicionales leonesas, y aunque el tema está más que usado, surge una historia que engancha y que deja en segundo lugar elementos tan recurrentes en los últimos tiempos como beber sangre o la necesidad de aullar a la luna. La disposición de los capítulos es otro acierto, por no mencionar la edición de SM, que es genial. Con esto está todo dicho. Bueno, casi todo, porque ha habido cosas que no me han convencido y soy un mar de dudas al respecto: ¿era necesario incluir las letras de las canciones de Weirdo?, ¿los vampiros beben agua?, ¿por qué Arístides no envejece y Abel sí?, ¿los blogueros son tan indiscretos como Oscura, empeñada en airear su vida –y peor todavía, a su familia– en la red?

A pesar de estas preguntas en el aire, Esta noche no hay luna llena es una buena historia, está bien estructurada, engancha y se despega de la mayoría de sagas vampíricas actuales –aunque redunde en el mismo tema–. En ocasiones me ha recordado, salvando las distancias, a Déjame entrar, de John Ajvide. Podéis quedaros en la historia de amor entre Weirdo y Oscura, es una buena opción, o podéis ir más allá y buscar todo lo que guarda esta novela entre sus páginas. Podéis elegir, como Abel y Olivia. Aún estáis a tiempo.


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