Como dice Germán Gullón,
Estrellas sobre Tauranga, de Anne Laureen, no puede calificarse, a mi entender, y visto desde esta perspectiva, como un buen libro. Si la literatura ha de profundizar en ciertas realidades y abrir horizontes, esta novela hace más bien lo contrario: en vez de un análisis con detalle y humanidad de la situación y lucha de una mujer a finales del siglo XIX que quiere realizarse personal y profesionalmente alejada de los cánones conservadores de la época, pinta un cuadro superficial a vista de pájaro, lo que le resta profundidad y, desde luego, interés a la novela."La lectura de un buen libro satisface cuando traspasamos los límites de lo real y nuestra imaginación otea perfiles de la vida desconocidos."
Estamos en 1893 y Ricarda Bensdorf, la protagonista, ha acabado sus estudios de medicina en Zurich y regresa a la lujosa casa familiar de Berlín con la intención de solicitar una plaza de asistente médico en la Charité. Ante la oposición de su conservadora familia, que espera para ella un futuro más ligado a su condición de mujer, esto es, casarse y formar una familia, Ricarda se ve obligada a trasladarse a la otra punta del mundo, en donde cree va a poder realizar su sueño. Emprende rumbo a Nueva Zelanda, en concreto al pequeño pueblo de Tauranga. Y aquí, en un escenario ya familiar a muchos lectores gracias a la obra de Sarah Lark comienzan sus aventuras.
Tauranga
Recuerdo aquí la cita de El alquimista, de Paulo Coelho, (que es, con algunos matices, la teoría base de El secreto, de Rhonda Byrne),Y es que todo el universo, con mínimos escollos, parece confabularse a favor de Ricarda y su sueño. Ojalá fuese tan sencillo en el mundo real modificar arraigadas ideas y transformar viejas mentalidades, la lucha por la consecución de ciertos derechos humanos hubiese sido más fácil y rápida. Tauranga parece rendirse a los encantos, como digo, de Ricarda, a excepción de contados personajes malos malísimos desde de su primera aparición, que por supuesto recibirán su merecido castigo. Del mismo se sabrá desde el principio el papel que desempeñará en la historia el encantador Jack Manzoni. Todo demasiado previsible, creo yo."Cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo."
Ricarda, una mujer a la que se nos presenta como una mujer fuerte y luchadora en básicamente una mujer a la que la fortuna acompaña, un mujer con suerte. El resto de personajes dan la impresión de estar ahí para satisfacer las necesidades de Ricarda: amor, amistad, realización profesional,...
Hay grandes peliculones, que llegan al corazón y emocionan, y telefilmes, para pasar un rato distraído frente al televisor. Estrellas sobre Tauranga ha sido escrita como lectura ligera para el verano, con un lenguaje y un planteamiento muy sencillo, sin complicaciones. No creo que ganase ningún premio de excelencia literaria pero tampoco creo que la autora lo pretenda. Es una novela simpática, agradable, sin más pretensiones ni ambición que el entretenimiento.
Marcapáginas 120
Esta reseña se inscribe en la lectura conjunta que ha organizado Laky en su blog Libros que hay que leer. Gracias a Laky por darme la oportunidad de participar y a Ediciones Maeva por el envío del ejemplar.