El último caso lo viviremos esta tarde en la semifinal entre Portugal y España, donde la UEFA ha denegado
Pero aquí no quedan las incoherencias de la UEFA y seguimos sin salir de la Euro. Porque son muchos los que todavía no entienden cómo las sanciones a las Federaciones por el racismo del que ha hecho gala parte de su afición tenga una sanción 'rídicula' al lado de, por ejemplo, la que le impusieron a Bendtner por mostrar publicidad en la goma de sus calzoncillos en el gol ante Portugal, entendiéndolo como una promoción comercial no controlada por ellos. Mientras que las primeras han rondado los 25000 €, la broma de la ropa interior le saldrá al delantero danés por unos 100000€. Está claro que la UEFA debe velar, de forma secundaria, por salvaguardar la relación comercial y de exclusividad de sus proveedores que tan bien le pagan, pero anteponer de esta forma esos intereses a los del respeto ya no a un jugador profesional, sino al de un ser humano, parece algo que merece una revisión urgente.
Porque tampoco hay que olvidar cómo se ha tratado a las prostitutas que casi siempre de manera pacífica utilizaba el ruido mediático de los actos pre Eurocopa en Ucrania para hacer saber al mundo su dura realidad y cómo iba a ser tapada por el Gobierno local presentando al país como socialmente sano cuando no es así.
El fútbol es una terrible máquina de hacer dinero que, sin lugar a dudas, debería ser usada para hacer de este mundo un lugar mejor.
Anexo: Lista de Federaciones sancionadas e importes de los castigos.