La imagen pertenece al interior de la mezquita de Córdoba, que es uno de los edificios más importantes del arte islámico. Se enmarca dentro del arte del periodo califal, que corresponde a ladominación de la dinastía Omeya.
La mezquita es el edificio más característico de la arquitectura islámica. Es el lugar en el que se
reúnen los fieles para hacer la oración común de los viernes. Aunque su función era eminentemente religiosa, también se administraba en ella la justicia y se enseñaba el Corán en su madraza.
mismas partes:
§ El patio, en el que se ubican la fuente para hacer las abluciones y la torre o minarete desde la que el
almuédano llama a los fieles a la oración.
§ La sala de oración, con columnas o pilares y orientada hacia la ciudad santa de La Meca.
§ La madraza, que es la escuela coránica.
En la sala de oración, se distinguen, a su vez, varias partes:
§ La quibla, que es el muro del fondo (en la parte superior del plano presentado en el ejercicio) frente al cual se colocan los fieles para rezar.
§ El mihrab o capilla.
§ La macsura, que es un espacio acotado que precede al mihrab y que está destinado al califa y a lasautoridades.
§ El mimbar o púlpito desde el cual se dirige la oración.La mezquita de Córdoba fue construida por Abderramán I en el año 785 y sufrió posteriormente diversas ampliaciones. A mitad del siglo IX, Abderramán II, debido al crecimiento de la ciudad, amplió la mezquita de Córdoba prolongando las naves hacia el sur, derribando la quibla y añadiendo ocho tramos nuevos. Posteriormente, Abderramán III amplió el patio. La tercera reforma llegó en la segunda mitad del siglo X, en tiempos de Alhaken II, que continuó la prolongación de las naves hacia el sur y construyó varias cúpulas gallonadas. Por último, a finales del siglo X, Almanzor amplió la mezquita hacia el este y el mirhab quedó descentrado.
La mezquita de Córdoba refleja la importancia política, económica, cultural y artística que adquirió la Córdoba califal del siglo X y a través de ella podemos observar muchas de los rasgos que caracterizaron a las construcciones hispanomusulmanas. tIENE 19 naves longitudinales perpendiculares al muro de la quibla
La arquitectura hispanomusulmana empleaba, generalmente, materiales constructivos pobres, que contrastan poderosamente con la riqueza decorativa interior. Ésta produce gran dinamismo, como puede apreciarse en la imagen que nos ocupa. La profusa ornamentación se conseguía a través de yeserías, placas de mármol o alabastro, mosaicos, escritura decorativa o, como en este caso, mediante la multiplicación de arcos dobles cuyas dovelas alternan el colorido.
Los arquitectos musulmanes solían aprovechar columnas procedentes de construcciones
preislámicas, por lo que los edificios presentan generalmente una gran diversidad en los soportes. En este caso, los arcos alternan dovelas en blanco y rojo, como se aprecia en la imagen del interior de La mezquita presentada en este ejercicio. Las columnas no tienen basa, su fuste es liso y el capitel se decora con hojas de acanto. Sobre estos últimos, se superponen modillones de rollo.
El interior de la mezquita es oscuro para crear el clima intimista que favorezca a la oración. La multiplicación de arcos y columnas transmite, además, la sensación de un bosque arquitectónico que propicia la oración. ESTE PODRÍA SER OTRO COMENTARIO
La parte más antigua (la más cercana al patio) la construyó Abderramán I en el siglo VIII (780-785) sobre la base de la catedral hispanocristiana de San Vicente (probablemente transformando las 5 naves de ésta en 11 naves).
FIG 6
Abderramán II amplió la mezquita en 833 en la misma dirección, y construyó la arquería que da al patio y la torre o minarete (la actual es una reconstrucción renacentista tras un terremoto).
Alhaquem II prolongó la mezquita hacia el sur, llevando la quibla hasta el río.
Almanzor (990) amplió la mezquita a lo ancho, construyendo 8 naves más al este.
FIG 7
Tras las sucesivas ampliaciones, la mezquita adquirió su configuración actual:
Es una gran construcción de 19 naves longitudinales, 2 patios delanteros, y 180 metros de longitud por 120 de anchura.
Las arquerías son de tipo visigodo, con la novedad de usar 2 soportes superpuestos: primero columnas de las que salen arcos de herradura[1] (que sirven de estribo y evitan que los soportes se quiebren con el peso) y sobre ellas pilares que soportan arcos de medio punto sobre los que destaca la techumbre (FIG 6). Esta solución arquitectónica permite dar gran altura a la mezquita y tiene un precedente en el acueducto romano de Mérida.
FIG 9
El arco de herradura está descentrado en su trasdós respecto al intradós, y se usa profusamente el arco de lóbulos[2] (FIG 7), haciéndolos cabalgar unos sobre las claves de otros, creando una decoración llamada “red de rombos” (esto son novedades de la época de Alhaquem II). (FIG 8 y FIG 9)
FIG 10
FIG 11
El mihrab está muy decorado y su portada tiene arco de herradura (con la novedad de decorar las dovelas[3] alternando una decoración en relieve sobre piedra a base de ataurique). El alfiz[4] está decorado con círculos de ataurique o albanegas. (FIG 3) (FIG 10)
Una novedad introducida por Alhaquem II es la bóveda de nervios apoyados en la cornisa, que no se cruzan en el centro; los espacios van decorados profusamente. (FIG 11)
[1] Arco típico hispanomusulmán, de herencia visigoda.
[2] Los lóbulos, de herradura, se suelen disponer sobre un arco apuntado y su número es impar, coincidiendo el del centro con la clave del arco.
[3] Piezas que componen el arco, normalmente con distribución horizontal hasta la mitad del arco y luego oblicua hasta alcanzar la vertical coincidiendo con la clave del arco.
[4] Unión del dintel y de los soportes, que encuadra el arco.