Revista Cine

Exodus, dioses y reyes: lo que Dios quiera

Publicado el 15 diciembre 2014 por Juancarrasco @JuanCdlH

Christian Bale no tiene la presencia de Charlton Heston y esta película no tiene la consistencia de Los Diez Mandamientos, bastante más cercana a la mística y la introspectiva que esta propuesta casi eminentemente de aventuras que nos viene de la mano de Ridley Scott. Es por ello que resulta casi imposible que no tenga momentos de entretenimiento y espectáculo esta particular historia de Moisés, un hombre que desafió al todopoderoso imperio de Egipto y condujo a su pueblo hasta más allá de lo racional guiado por su inquebrantable fe.

Exodus, dioses y reyes: lo que Dios quiera
Bale pone el oficio de un buen actor algo sobrevalorado en este personaje de barba y paciencia infinita, que al principio del metraje ejerce de consejero del gobernante para acabar enfrentándose a él tras alguna revelación terrenal y algunas más de origen divino. Son esos algo descafeinados encuentros del protagonista con Dios, que el director coloca con forma de niño despiadado, claro ejemplo de la tónica general del proyecto: interesante pero un poco descafeinado de contenido y de profundidades, más allá de la del Mar Rojo.

Por el reparto podemos observar el desfile de nombres como los de Joel Edgerton (Ramsés), John Turturro, Ben Kingsley o, en papeles de aparición breve, una testimonial Sigourney Weaver (más como homenaje a Alien de su director que otra cosa, tiene toda la pinta) y María Valverde correcta en su puesto de encantadora esposa de Moisés.

Es mucho lo que este rodaje tiene de España, además de la citada María Valverde, ya que varias son las localizaciones ubicadas en nuestro país, que van desde Almería hasta Canarias, además de parte del equipo creativo y técnico, Alberto Iglesias (nos levantamos y descubrimos) entre ellos, aportando una más que interesante banda sonora. Quizá por ello da un poco más de pena acabar la cinta con la sensación de que se trata de algo ameno, pero bastante alejado del mejor momento de quien dirigió Blade Runner o Gladiator, aunque nos tenga ya acostumbrados a estos altibajos en su carrera.

Es por supuesto, lo habrán adivinado, la grandiosa, mastodóntica, faraónica (nunca mejor dicho, y pueden seguir añadiendo calificativos) faceta técnica la que aporta el grado máximo de interés de este trabajo, con especial espectáculo de maxiproducción en los consabidos y esperados momentazos de las plagas y la apertura de las aguas con olas de proporciones bíblicas, permítaseme de nuevo el jugueteo de palabras, que dejan pequeña a la de Lo imposible. En suma, estamos ante una película que se asemeja metafóricamente a las palomitas, de agradable sabor, mejor olor, pero que se enfría con excesiva facilidad y de peor digestión de lo que aparenta…

Dirección: Ridley Scott. Título original: Exodus: Gods and Kings. Países: Reino Unido, USA y España. Duración: 150 min. Género: Drama. Intérpretes: Christian Bale (Moisés), Joel Edgerton (Ramsés), John Turturro (Seti), Aaron Paul (Josué), Ben Mendelsohn (Hegep), Sigourney Weaver (Tuya), Ben Kingsley (Nun), María Valverde (Séfora). Guión: Steven Zaillian, Adam Cooper, Bill Collage y Jeffrey Caine. Producción: Peter Chernin, Ridley Scott, Jenno Topping, Michael Schaefer y Mark Huffam. Música: Alberto Iglesias. Fotografía: Dariusz Wolski. Montaje: Billy Rich. Diseño de producción: Arthur Max. Vestuario: Janty Yates.


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