Revista Televisión
"May God bless and keep you always,may yor wishes all come true,may you always do for others,and let others do for you.May you build a ladder to the stars,and clim on every rung,may you stay forever young,forever young, forever young,may you stay forever young"
Los Braverman nacieron a rebufo de los Walker. Nunca llegaron a disfrutar de su audiencia, ni tampoco del amor que siento por la familia liderada por la gran Sally Field, pero hay que admitir que los de la NBC han puesto toda la carne en el asador para que los walkeristas nos hiciésemos bravermanistas. Y admito que conmigo lo han conseguido (aunque nunca se pondrán a la altura de los de la ABC). De aquí en adelante toca hacer un repaso de la que ha sido la tercera temporada de "Parenthood", así que si no la llevas al día, mejor no sigas leyendo.
Adam y Kristina comenzaron la temporada en una situación muy delicada. 18 capítulos después su situación es muy diferente. La cuestión económica ya no es un problema: Kristina está trabajando en la campaña de Bobby Little, y Adam se lanzó de lleno, junto a su hermano Crosby, al mundo de la música. Ahora bien, esto no quita para que cada uno de ellos haya tenido sus propios problemas. Adam y Crosby comenzaron con ilusión su aventura en el Luncheonette, su estudio de grabación, pero han vivido dos enfrentamientos: primero como consecuencia de ocupar Adam la portada de la revista que mejor publicidad les dio; y segundo, tras recibir una suculenta oferta para vender el estudio. Kristina dio trabajo a su sobrina Amber, sin ser consciente de las consecuencias que ésto traería. Por su parte, Haddie vio cómo su relación con Álex terminaba, y su futuro en la universidad se tambaleaba; además de perder a su hermano Max un día que le tocó ejercer de canguro. Lo de Max ha ido por capítulos: los ha habido en los que era insoportable, y en los que estaba un poco más aguantable. Eso sí, su trama nos ha regaldo momentos lacrimógenos como el de la llegada de su nuevo amigo Micah a casa. Y además, el episodio en el que conocimos a Nora (la más pequeña de la familia Braverman) fue AMOR. Amor del bueno.
Sarah ha encontrado la estabilidad junto a Mark, aunque esto no significa que no haya tenido problemas. Tuvo que cuidar de su ex Seth, lo que sembró las dudas en torno a la posibilidad de recuperar lo que un día tuvieron y fue consciente de que la diferencia de edad entre ella y Mark podía ser un gran incoveniente (sobretodo después de conocer a sus amigos). Y el tema bebés, que le ha llevado por el camino de la amargura. Además, su hijo Drew les pilló en la cama, lo que convirtió en una gran incomodidad el viaje que hicieron de visita a la madre de Zeek. Precisamente Drew parece que este año ha estado algo más presente: con su padre, con su novia Amy y con sus preocupaciones en torno a la "nueva familia" de su madre. Pero si alguien ha vivido un quebradero de cabeza este año ha sido Amber: el trabajo que le dio su tía Kristina le permitió conocer a Bob Little, su jefe, casi 10 años mayor que ella. Las chispas estallaron desde que coincidieron en la fotocopiadora, y de ahí a irse juntos de viaje a Sacramento sólo hay un paso. Un paso al que puso la zancadilla la propia Kristina, ayudada por Haddie (que actuó como prima preocupada por su prima). Al final han acordado trabajar juntos, haciendo lo posible por dejar a un lado los sentimientos.
Julia y Joel han vivido la decepción en sus carnes. Han vivido una trama única que no ha tenido un final feliz. O sí, pero diferente al esperado. Zoe, la chica del café, accedió a entregar su bebé a Julia. Y aquí comenzó su drama. Desde el principio, Julia y Joel (ella especialmente), se involucraron con Zoe. Demasiado. Buscándole trabajo, casa, comprándole comida, teniéndola viviendo en casa, convirtiéndola en amiga de su hija Sydney, alejándola de su novio Troy... Pero a pesar de estar tan encima de Zoe, parecía que todo iba a seguir adelante. Hasta el día del parto. Zoe no quiere ver ni coger a su hijo (normal). Pero cuando Julia llega con Joel y Sydney para que conozcan al bebé, se encuentra a Zoe con el niño en brazos. Su historia termina ahí. Zoe les pide perdón y le da las gracias, pero el bebé se lo queda ella. Pero Joel y Julia no se rinden, y han comenzado de nuevo el proceso de adopción, abiertos a todas las posibilidades. Y así es cómo Victor ha llegado a sus vidas, un niño ya crecidito (mayor que su hija Sydney).
Y por último, Crosby. Crosby en Septiembre puso fin a su relación con Jasmine (en realidad fue al revés). Ella comenzó una relación con Joe, el pediatra de su hijo, con el que se iba a mudar, mientras que Crosby fue teniendo "amigas especiales" hasta que Lily llegó al Luncheonette. Jasmine se reveló como uno de los personajes más caprichosos y abofeteables de la televisión, que ha hecho lo que le ha dado la gana (y Crosby ha sido todo un calzonazos). Total, que al final se van de camping con Jabbar, y después de pasar una noche compartiendo tienda de campaña, y bajo una lluvia torrencial, Jasmine declara su amor absoluto a Crosby y le pide que se case con ella. Sin importarle lo más mínimo Joe y mucho menos Lily. Y, por supuesto, Crosby dice que sí. Y como está cabreado con Adam por que está dispuesto a vender el Luncheonette, le castiga dejándole sin ser su padrino. Al final, Adam da el discurso de padrino que debía haber dado Billy, rompe con la oferta que les hicieron por el Luncheonette, y hace las paces con su hermano.
Una gran temporada la que nos ha regalado la NBC. Una temporada con la que emocionarnos y con la que reír. Una temporada que me ha enamorado un poco más de los Braverman. Una temporada que podría ser el punto final de la serie (esperemos que la NBC, después del fracaso que ha tenido en cuanto a dramas, o mejor dicho, series en general, la renueve por una cuarta temporada).