Fibra. Un pilar imprescindible en nuestra alimentación

La fibra es un componente básico en nuestra alimentación, y sobretodo para nuestro sistema digestivo, que es donde va a realizar las principales funciones. Un consumo correcto de fibra en nuestra alimentación facilitará el transito digestivo y tendrá efectos beneficiosos en nuestra salud Podemos describir la fibra como un hidrato de carbono que no es capaz de ser digerido por las enzimas digestivas, lo que da como resultado la no absorción y pasa íntegra por todo el aparato digestivo. Hay que diferenciar dos grupos: la fibra soluble y la insoluble. Dependiendo de una u otra tendrá diferentes consecuencias, efectos y beneficios. Fibra soluble La podemos encontrar en alimentos como la fruta, legumbres, verduras y ciertos cereales como la cebada y avena. Esta fibra sí se puede solubilizar en agua, y cuando entra en contacto con el líquido aumentará su volumen y capacidad para circular por el intestino. Los beneficios de la fibra soluble son: equilibrio del nivel de colesterol, prevención del cáncer de colon, combate las subidas de glucosa en sangre, regular el tránsito intestinal. Fibra insoluble Se encuentra en los derivados integrales de: pan, pastas y cereales. Esta fibra no se disuelve en agua, pero tiene la capacidad de absorberla. Es la que más acelera el tránsito intestinal y es la más importante para el intestino grueso. Cantidad diaria de fibra recomendada

• Consumir de 2 a 3 raciones de verduras o ensalada al día.
• Ingerir frutos secos con cierta regularidad entre 2 y 3 veces por semana. A ser posible que sean frutos secos con la cáscara comestible.
• Consumir legumbres (alubias, garbanzos, lentejas, etc) al menos 2 veces por semana.
• Consumir 1 litro 1/2 de agua como mínimo al día.