Revista Vino
En mi experiencia como bebedor contumaz de blancos de este país y con la firme convicción de que una parte importante del futuro vínico pasa por ellos, aquí tenemos a uno de los grandes. Celler Martí Fabra, Sant Climent Sescebes, DO Empordà. 12 meses de crianza en roble francés, siento que usado por lo menos una vez. Pero tampoco lo sé con seguridad. Moscatel de Alejandría. 13,5%. Dos años de botella le han sentado de maravilla. Sigue con unos aromas delicados y complejos pero ha ganado en estructura. Es fresco y algo glicérico. Es ácido (vivirá seguro unos cuantos años más) y meloso. Me sabe y huele a sol, bien protegido por la sombra de un limonero. A corteza de ese cítrico en un pastel de yogurt. Sabe a pera conference. Sabe a membrillo. Sabe a ese racimo de Teulada en su punto. Sin estridencias, con suavidad. Lo he tenido cinco días abierto en la fresquera y sigue entero, vivo y coleando, dando muestras de manzanilla en la apoteca, de espliego y tomillo. De campo y mineral calizo. Arenisca tras la lluvia. Lo compré en la tienda de referencia de mi barrio (La botiga d'Uve-i). Pagué 8,5€ por él y es, ahora mismo, un vino * * * *